Capítulo 2.

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Capítulo 2

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Capítulo 2.

Experimentaba una mezcla de emociones que no facilitaban a mi poco equilibrio emocional cada vez que tenía que salir de casa. Sentía pánico debido a mi jodido trastorno de agorafobia. Sin embargo, haber visto a Nick tan cerca como nunca antes, opacó mi temor de estar sola, de estar rodeada por un cúmulo de personas o encontrarme en espacios abiertos. Era un sinnúmero de contradicciones emocionales, pero una pizca de felicidad estalló en todo mi ser, así como también emanó la enorme tristeza de saber que jamás existiría para él.

«¿O debería decir tortura?».

Socializar con las personas no era lo mío, pero no era porque no quisiera, sino porque no se me daba muy bien.

«Respira, Rose». Presioné los párpados un par de segundos al inhalar y exhalar el aire que contenía, ya que no quería que me diera un ataque de pánico justo en mi primer día de clases en la universidad. «Solo sería un día normal de clases». Intenté convencerme a mí misma de que eso era cierto. «Pero ¿a quién quería engañar?».

Sabía perfectamente que sería de todo menos normal, cuando hacía un rato había escuchado en las noticias que habían encontrado el cadáver del hijo de un importante funcionario del gobierno encadenado en la simbólica estatua de una de las universidades más prestigiosas del mundo en el área de la literatura. Sentía que era la excusa perfecta para no salir de casa nunca más, pero después de mentalizarme una y otra vez que debía comenzar a hacer las cosas por mí misma, decidí continuar con mi trayecto hacia la institución.

El camino hacia la universidad me resultó pacífico para relajar los pensamientos negativos de mi mente. Era una ruta con hermosas vistas, así que no era para menos. Solo esperaba no tener que encontrarme con cadáveres mutilados en cualquier momento, así como las autoridades encontraron dos cuerpos en el Lago Candlewood. No obstante, aunque tal lago se distanciaba a una hora del pueblo donde vivía, se rumoraba que el responsable de tales asesinatos también era «El Destripador de Westport».

De tan solo pensar que había un asesino serial que podría estar en cualquier parte y en cualquier momento, me hacía temblar de horror. No sabría si podría soportar algo como eso, pues, sería para nunca salir de mi habitación.

La vida siempre nos daba sorpresas, pero yo no me sentía lista para recibir las sorpresas de las atrocidades que podían surgir de la oscuridad inhumana de un ser dañado que asesinaba sin escrúpulos.

En cuanto llegué a la universidad, estacioné el vehículo y cuando salí al exterior, fruncí el ceño al percatarme de que a lo lejos había un cúmulo de personas, entre ellas policías e investigadores. Tragué saliva con dificultad al caer en la cuenta de que era donde se encontraba la estatua donde había ocurrido los hechos.

—Ay, no —entrelacé los dedos cuando agarré mi mochila y cerré la puerta del vehículo con cierta dificultad—. Creí que ya habían terminado con la escena del crimen —me quejé por lo bajo, porque me resultaba horrible tener que encontrarme con dicho panorama.

Sinuosa Obsesión ©️Where stories live. Discover now