(+21) La ilusión podía llevarla hacia el enamoramiento y luego hacia el amor. Cuando los sentimientos se convirtieron en obsesión, la llevó por un camino oscuro y siniestro.
Lo que ambos sentían era de todo, menos normal. Aunque fue él quien decidi...
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Capítulo 15.
Nick se mantuvo neutral, como si mis acciones asustadizas y mi caída no le hubieran afectado en lo absoluto. De hecho, no parecía tener la intención de ayudarme a levantarme, ya que mantenía sus manos en los bolsillos de su jean negro.
—¡Nick, tenemos que irnos de aquí cuanto antes! —respiré con desesperación y miedo—. Creo que vi al destripador y... —mi labio inferior temblaba al verlo desde el suelo como si yo fuese un cordero para el matadero.
—¿En serio? —su pregunta estaba cargada de ironía. Sin embargo, estiró su brazo y me tendió la mano, ayudándome a ponerme en pie.
—Sí, escucha... —sujeté sus manos mientras yo no dejaba de temblar—. ¡Estaba con mis amigos en el lago y tuve que ayudarlos, pero hubo un momento en el que me quedé sola y vi a alguien que tenía la intención de acercarse a mí, Nick! ¡Creo que quería asesinarme por estar en ese lugar! —comencé a llorar desesperadamente, llena de impotencia—. ¡Tenemos que irnos! ¡Aquí estamos en peligro y no querrás ver la escena del lago! —hice ademán de tirar de su mano para que me siguiera.
Nick no parecía muy convencido ante todo lo que le estaba diciendo en un santiamén. Me sentía peor que la protagonista de una clásica película de terror de los años 70' y 80', en donde el chico que me gustaba no me tomaba en serio ni me creía en lo absoluto cuando le decía que había un asesino.
—Así que usted es la que está haciendo escándalos en la escena del crimen —de repente, un hombre sumamente alto interrumpió mi discurso ante Nick, causando que me girara sobre mis pies—. Bien dice el dicho que: "El que busca, encuentra". Y yo la encontré a usted —el individuo, que vestía con una garbadina negra de lana, mostró su presencia ante nosotros con una mirada seria y sombría—. Y al parecer no vino sola...
Me alejé un poco de Nick y este bajó la capucha de su abrigo tranquilamente, manteniendo la neutralidad que lo caracterizaba. Sus ojos grises mostraban estabilidad, control y, evidentemente, nada de temor.
—Bueno, yo...
—En realidad, solo pasábamos por aquí —Nick me interrumpió, mirando fijamente al hombre—. ¿Hay algún problema con eso, detective Dankworth?
El hombre frunció el ceño con recelo mientras sujetaba una cinta de material polietileno que se utilizaba para rodear las escenas de los crímenes. Al darme cuenta de que se trataba del detective que atendía el caso del lago mientras llegaba la policía, me sentí muy avergonzada al haber hecho un escándalo en vano.
Pero, vamos, la situación y el ambiente tampoco ayudaban en lo absoluto a mi sistema nervioso. Sin embargo, al observarlo mejor, me di cuenta de que ya lo había visto antes; en mi primer día de clases, cuando encontraron el cuerpo de Paul Davis. El detective Niall Dankworth se había presentado antes de hacer que nos alejáramos de la escena del crimen de ese día.
