12.Una...Diosa?

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La noche pasó en un suspiro, yo no sabía si era por los nervios o por el poco descanso de estos días, pero tenía el cuerpo molido y me faltaban muchas horas de sueño, aún así, empecé a escuchar voces desconocidas y cosas arrastrándose de un lado a otro y me desperté.

Al principio no sabía muy bien dónde estaba con eso de que estaba recién levantada, pero empecé a echarle un vistazo a la pequeña tienda y los recuerdos de todo lo que pasó ayer vinieron a mi mente como un remolino.

Sabiendo dónde estoy y consciente de lo que pasaba, pegue un salto de la cama y salí de la pequeña cabaña a toda prisa, a ver qué nos deparaba ese día.

Cuando salí, los rayos del sol me deslumbraron y durante un segundo no podía ver absolutamente nada, conforme iba adaptando mis ojos al sol puede ver un tragín de gente de un lado a otro, parecían todos muy ocupados.

Pude ver a la tripulación, iban cargando pieles, maderas y grandes cestos uno tras otro en una larga fila. Me acerqué a ellos para ofrecerles ayuda.

-Chicos, buenos días. En qué os puedo ayudar?

-Señorita Sabari, al fin despertó, aquí nuestros amigos indígenas nos desperaron a todos cuando empezaban a brillar los rayos del sol para empezar nuestro trabajo, a usted no porque es la señora diosa. -El capitán me dijo esas palabras con un poco de rintintin.

-Sabari!!.-me gritaba Leila mientras se acercaba a mi con pequeños saltitos.-Como está nuestra gran diosa y salvadora esta mañana?

Leila parecía estar muy contenta el día de hoy, le gustará trabajar?

-Pues bastante bien, gracias. Y vosotras que os han mandado hacer a las mujeres?

-A nosotras nos han puesto en un grupo con otras muchas mujeres, estamos cosiendo telas, haciendo cestas y lavando algunas cosas. La verdad pensaba que sería peor, pero son muy buenas con nosotras.
Una de ellas nos a echo trenzas, otra nos a regalado estos colgantes. -me dijo señalando su cuello y mostrando un bonito colgante de flores. -y otra de ellas está cantando bonitas canciones para que no muramos de aburrimiento.

-Wao, entonces estás contenta con tus que haceres por lo que veo. -la verdad me tranquilizó mucho a ver a Leila tan contenta con su trabajo, me preocupaba lo que podrían hacer con ella.

Los hombres tampoco se veían enfadados o en mal estado, ellos se estaban dedicando a transportar y colocar cosas de un lado a otro, parecía que estaban organizado algún tipo de fiesta o celebración.

Me acerqué al lugar donde estaba el pelirrojo y el jefe.

-Señor, en qué puedo ayudar? Parece que están organizando una fiesta o celebración.

-Si señorita Sabari, vamos a celebrar la noche de la luna roja, hoy vendrán otras tribus de diferentes lugares de la isla, para nosotros, esta fiesta es muy importante.-me explicó el hombre del cabello de fuego.

Yo no podía dejar de asombrarme al ver lo bien organizados que estaban y lo bonito que estaban dejando el lugar.

-Entonces, jefe yo que puedo hacer?-La verdad es que me aburría mucho.

-Usted tendrá la misión más importante hoy, se encargará de recibir a todos los miembros de las demás tribus y les dará la bienvenida y su bendición.-El pelirrojo me traducía todo lo que decía el jefe.

Un poco atónita por las palabras del jefe me dispuse a preguntarle al hombre del cabello de fuego unas cuantas cosas.

-Pero....y como ago yo eso? Tenéis algún tipo de tradición? O tengo que decir algo en específico? Se le da la mano o dos besos?.- El nerviosismo era visible en mi, no sabía cómo tenía que actuar o comportarme.

la leyenda en el tiempoWhere stories live. Discover now