SIEMPRE TUYO (Saga Gemel@s)

Capítulo 3

La voz molesta de Razvan lo hace detenerse, no quería lidiar con su odio en esos momentos.

-Le hice una pregunta – Dice Razvan mirándolo con el ceño fruncido – ¿Qué hace aquí?

-¿Qué no es obvio? – Dice Alec con altanería – He venido a ver a Aurora.

-Ella no quiere verlo – Dice Razvan con el ceño fruncido.

-Si es así, quiero que Aurora me lo diga personalmente – Responde Alec molesto por la intromisión – No necesito a ningún mensajero que hable por ella.

-Pues tendrás que conformarte con hablar conmigo – Dice Razvan molesto – No tiene nada que hacer aquí y será mejor que se vaya – Le exige.

-Todo esto es por Alice – Dice Alec y Razvan frunce el ceño muy molesto.

-Esto no tiene nada que ver con Alice – Razvan le aclara rápidamente, muy molesto de que la haya mencionado – Yo sería incapaz de hacer una bajeza como esa, esto tiene que ver solamente con Aurora, pero usted eso no lo entendería y ahora le exijo que se vaya de mi propiedad inmediatamente.

Las palabras de Razvan le hicieron pensar que había algo que él aún no sabía.

-Insisto en que no me iré sin ver a Aurora – Declara Alec muy obstinado.

Razvan toma a Alec del cuello del suéter y él aparta sus manos molesto, mirándolo fijamente.

-¡Deténganse! – Grita Vladimir al verlos al borde de los puños.

Ellos se detienen inmediatamente y Razvan gruñe molesto, fulminando a Alec con la mirada.

-¿Es enserio que pretenden irse a los golpes? – Pregunta Vladimir divertido.

-El señor, no debería estar aquí – Dice Razvan con desdén.

-Y tienes toda la razón – Concuerda Vladimir mirándolo brevemente – No debería estar aquí.

-Ninguno de los dos va a intimidarme – Dice Alec de inmediato, manteniéndose alerta, listo para atacar.

-Oh no, si yo no busco intimidarlo – Le Aclara Vladimir – Solo viene a decirle que está perdiendo su tiempo, Aurora no está aquí.

Ya lo sospechaba.

-¿Y donde estás Aurora? – Pregunta Alec más ansioso de lo que quisiera  – Quiero verla.

-Confórmate con saber que no está – Zanja Vladimir – Así qué ahora puedes irte por donde viniste.

Alec gruñe y frunce el ceño molesto antes de salir corriendo entre el bosque.

Habían pasado tres días desde el incidente con los Stoian y el fin de semana había llegado.

Alec estaba más que desesperado, eran cuatro tortuosos días en los que no había podido verla y eso era más de lo que sentía que podía soportar.

Sabía que desde un inicio, no había tomado las cosas de la mejor forma, pero esos días le habían servido para pensar en lo imbécil que había sido al siquiera pensar en rechazar a Aurora, que era totalmente inocente de lo que sucedió esa fatídica noche y en lo mal que se había portado con su hermana, Alice.

Y ahora estaba allí, en su habitación parado frente a la puerta, indeciso en si debía o no, ir a hablar con Alice, después como se había portado con ella todo este tiempo.

Dejando su orgullo atrás y sin pensarlo, sale rápidamente de su habitación directo a la de Alice.

Alec entro sin previo aviso y por poco Alice lo mata con la mirada, al encontrarla casi en paños menores. Pero debido a la urgencia que tenía, a él no le importo. En lugar de eso se encaminó hasta ella pidiéndole ayuda con Stoian.