Shen Jiu escoge la puerta izquierda

Part 4

Seis meses habían pasado desde que Shen Jiu comenzó a vivir con Xie Yan.

Decir que estaba sorprendido era poco. Menos de una semana había sido lo máximo que se había quedado con una familia.

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Después de saber la verdad sobre sus padres, preguntó a Xie Yan si sabía algo más de ellos.

El hombre había hecho todo lo posible por encontrar más información quizá parientes, pero todo parecía indicar que solo se tenían ellos dos.

Tras días de investigación y pagando a detectives privados, logró dar con el lugar donde los padres de Shen Jiu vivían.

El casero del lugar, a pesar de los años, recordaba a la pareja con mucho cariño. Uno podía ver lo mucho que se amaban y siempre lo invitaban a cenar en el calor de su hogar.

Cuando escuchó que su hijo sobrevivió, hubo lágrimas de alegría al momento que le decía a Xie Yan que el niño podía venir cualquier día que quisiera para con gusto contarle todo lo que sabía de sus padres.

Cuando Xie Yan mencionó el tema, Shen Jiu aceptó conocer al casero.

Sus padres, los Shen, eran una pareja joven proveniente de un pequeño pueblo, teniendo que mudarse ya que su padre había obtenido una oportunidad laboral. Su madre ya estaba embarazada 4 meses de él.

Estaban realmente emocionados pensando que esta era una gran oportunidad para darle a su bebé la mejor vida, a su vez que lo estaban de conocer a su pequeño bollo.

El anciano le dio a Shen Jiu una caja que contenía un álbum de fotos, un diario y una cámara vieja.

Abre el álbum.

Su madre era hermosa: largo cabello castaño oscuro, piel pálida, ojos azules, labios rosados; su padre: pelo corto y negro, complexión delgada, ojos verde jade. Se parecía un poco a Xie Yan.

Pasan la noche allí ante la insistencia del anciano que estaba tan feliz de ver a Shen Jiu con buena salud y le pidió a Xie Yan que lo cuidara bien. Xie asegura que lo hará.

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La escuela a la que va ahora es mucho mejor, sobre todo porque nadie le hace bullying, aunque sospecha que es porque todo el mundo sabe con quién vive. Ese hombre tiene mucha influencia.

Shen Jiu además de estar interesado en la electrónica, había comenzado a interesarse por la música tradicional China, queriendo aprender a tocar algún instrumento como el erhu o el guqin.

Un día le comenta sobre ello a Xie Yan quien simplemente se fue sin decir nada, dejándolo sólo en la sala – haciendo que Shen Jiu pensara que tal vez ya era demasiado, pero después de unos minutos, Xie yan regresa con un guqin en brazos. Este le dijo que podía enseñarle a tocarlo y que, a partir de ese momento, el guqin era suyo, mientras le sonreía cálidamente.

Pasar los dedos por las cuerdas del instrumento musical le hace sentir algo familiar y, cuando menos lo esperaba, ya estaba tocando una melodía, sorprendiendo a Xie Yan.

Siguió tocando las cuerdas con manos expertas, cerrando los ojos – sin preocuparse por su entorno – solo eran él y el guqin. Se pierde en la melodía. Tan nostálgico.

Se sentía natural.

Pasan algunos minutos antes de detenerse, posando su mano en las cuerdas para que dejaran de vibrar.