Part 14

254 36 16
                                    

¡Es mi culpa, es mi culpa, es mi culpa!

Luo Binghe se encontraba en su habitación repitiéndose aquello una y otra vez. Sosteniendo con fuerza sus cabellos, pareciendo en cualquier momento se los terminaría por arrancar.

Shen Jiu se encontraba en el hospital, completamente sedado. Fue algo necesario, ya que comenzó a gritar como desquiciado una vez lo bajaron de la ambulancia.

Luo Binghe había permanecido a lado de Shen Jiu. Privándose del sueño, temiendo que, si cerraba los ojos, en cuanto los abriera volvería a estar en la prisión de agua. Su shizun frente a él, no siendo más que una vara humana.

De no ser por Xie Yan, tampoco habría comido nada. El mayor casi tuvo que obligarle a que probara alimento, pues no ayudaba a nadie si terminaba desmayándose de inanición.

"Ve a casa," le dice Xie Yan un día, "descansa un poco. Si pasa algo te llamaré."

No quería alejarse de él ni por un instante, pero después de aquel ataque que tuvo Shen Jiu al verle, ¿qué más opción tenía?

Si así iba a reaccionar su shizun cada que abriera los ojos notando su presencia, entonces le estaba haciendo más daño quedándose a su lado.

Regresó caminando a casa. Era un largo recorrido, pero no le importaba. No tenía prisa por llegar a un lugar vacío, carente de aquella alegría de la cual hace unos meses rebozaba.

¿Realmente todo fue a razón de aquel incidente?

¿O simplemente, estaba destinado a pasar?

Sea como fuera, no era justo para Shen Jiu tener que recordar todo aquello, causándole sufrimiento. Reviviendo aquel dolor que debió quedar en el pasado.

Y la presencia de Luo Binghe, su sola presencia hacía que el cuerpo de su shizun recordara las torturas infligidas por un odio que le cegaba de ver la verdad.

Tenía que alejarse.

No solo de visitar el hospital...

Si... era lo mejor. Al menos, durante el camino se convenció de ello.

Shen Jiu estaba demasiado vulnerable en estos momentos y cuando regresara a casa, su presencia le volvería a causar un ataque mandándolo nuevamente al hospital.

Así esa escena se la repitió una y otra vez, como una película en su cabeza, haciendo más firme su decisión.

En cuanto llegó al apartamento, fue directo a su habitación sin titubear. Buscó una maleta, guardó sus pocas pertenencias y dejó aquel lugar al que pudo llamar hogar. Dejando atrás su celular – pues no confiaba en que no trataría de ponerse en contacto con su shizun o que si este le llamara no podría contenerse en contestar – y una nota, disculpándose y algo que Shen Jiu solo entendería si ya había recordado.

Una vez fuera del complejo, pensó por unos momentos a dónde ir. Quizá de vuelta a donde vivía...

No.

Shen Jiu le dio la oportunidad de una nueva vida y no iba a regresar a ese agujero solo para deprimirse.

Esta vez trabajaría más duro.

Por un momento consideró en pedirles ayuda a Mobei y Shang, pero probablemente le persuadirían de no irse o delatarían su ubicación.

Tenía suficientes ahorros para irse a otra ciudad, rentar un lugar pequeño y quizá estudiar. También contaba con el dinero que su tío aun le depositaba—

Cierto... ese dinero no duraría mucho puesto que en unos días cumpliría 18 años.

Ya lo había olvidado.

Shen Jiu escoge la puerta izquierdaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora