Part 7

927 94 62
                                    

 "Shizun~" Luo Binghe llama con un tono juguetón y sonrisa burlona a la figura sin brazos ni piernas que se encontraba elevado a unos centímetros del suelo por cadenas "¿Sigue shizun sin querer reconocer a este discípulo?"

Los duros chasquidos de sus botas resonaron dentro de la prisión de agua. El rostro de Luo Binghe se oscurecía con cada paso que daba al no ver reacción del hombre que convirtió su vida en un caos en sus días en el pico Qing Jing.

Toma con fuerza la barbilla del antiguo señor de cumbre para obligarlo a que le mire con el único ojo que le quedaba.

O al menos eso creyó que vería, pero en lugar de uno eran dos ojos. Lágrimas recorrían las mejillas del antiguo señor de cumbre de Qing Jing, que de pronto se veía un poco más joven, volviendo a tener sus brazos y piernas.

Este ya no era Shen Qingqiu, sino Shen Jiu.

"Binghe..." su nombre salió de aquellos labios partidos y secos en un susurro apenas audible provocando sintiera su estómago hundirse y sangre helar, ante la realización de lo que estaba haciendo.

Recordando que este hombre, Shen Qingqiu, en su primera vida realmente nunca abusó de él, sino que le protegió y cuidó lo mejor que pudo e incluso aceptó el castigo que le había impartido sin queja, solo insultos vacíos, o al menos eso creyó, llamándolo pequeña bestia.

Ahora siendo Shen Jiu, sin 'conocerlo' le había salvado la vida, le propuso ser compañeros de piso... le ofreció ayudarle para seguir con su vida y dejar atrás la culpa que lo encadenaba al pasado.

Luo Binghe quiso detenerse en ese instante, dejar de apretar los dedos que sostenían la barbilla de Shen Qingqiu Shen Jiu que ya sangraba por la fuerza infringida, pero no pudo.

No tenía control de su cuerpo y las torturas comenzaron.

Los gritos de su joven shizun perforaban sus oídos, cada que lentamente le iba arrancando una de sus extremidades, volviéndolo nuevamente una vara humana.

La sangre se acumulaba debajo del cuerpo elevado, volviéndose un charco más y más grande. Parecía no tener fin.

Binghe no podía detenerse, sus manos no le obedecían mientras infligían dolor al cuerpo demacrado de su shizun.

Quería gritar, pero de su boca sólo salía una risa malévola denotando cuanto 'disfrutaba' infligir dolor a su shizun.

*

"¡Binghe!" una voz le llamaba a lo lejos. Sonaba como la de su shizun, pero era imposible... ya le había arrancado la lengua, la sangre borboteando de su boca.

Su mirada fija en la sangre que goteaba de la barbilla de su shizun.

De pronto sintió como si algo le estuviera jalando, tratando de sacarlo de aquel lugar lúgubre. Sintió un fuerte agarre en su brazo, pero no había nadie a su lado, solo su shizun que continuaba elevado por cadenas desangrándose.

"¡Despierta, Binghe!" se volvió a escuchar aquella voz parecida a la de su shizun. Sintió al momento algo cálido presionar contra su rostro.

El frío que había sentido comenzaba a disiparse, la prisión de agua, así como su shizun, se desvanecieron como arena.

Oscuridad absoluta lo rodeó y al fin pudo abrir los ojos, descubriendo que se encontraba en un cálido abrazo, su cabeza apoyada contra un pecho cuyo corazón comenzaba a calmar sus nervios.

Se escuchó un sollozar en aquel cuarto que no había reconocido como suyo en un principio.

"Sshh" alguien parece tratar de aplacarlo "Shh, Shh ya pasó" escuchó la voz de su shizun susurrar a su oído.

Shen Jiu escoge la puerta izquierdaOnde histórias criam vida. Descubra agora