CAPÍTULO 42

1.8K 285 51
                                    

4 horas después.

Jungkook seguía pensando en lo que había sucedido horas atrás. Sabía que Hirai tenía alguna obsesión con Kim pero... ¿llegar a un punto de pagarle a alguien para tomar fotos?, todo lo que había vivido... pudo haberse evitado si tan sólo ella no fuera tan... tóxica.

Su padre aún lo querría en aquella casa o... quizás no. Era dificil entender cómo algo "infantil" había llegado a algo mucho más fuerte. Si aquella directora no fuera la madre de Taehyung, ya lo habrían despedido.

— Joven Jeon, el señor Jung lo necesita en su oficina. —Informó aquella secretaria.

— Te apuesto 15 mil wones a que de nuevo intentará invitarlo a la cena. —Musitó Yugyeom a la adversa.

— Acepto. —rió sin quitar la mirada del menor.

Este último al llegar a aquella oficina se quedó de pie frente a él luego de preguntar qué era lo que necesitaba. Aún seguía bastante distraído por estar pensando en lo que pasó en la universidad pues él debía salir rápido por lo que no podía saber nada hasta que pudiera hablar con Taehyung o con amigos.

— Toma asiento, por favor. —Ordenó.

El omega un poco nervioso obedeció. ¿Lo iban a despedir?, era lo más seguro, había estado llegando muy tarde y hoy no había sido la excepción.

— Ayer... no pudimos terminar de hablar. —Observó detenidamente al azabache—. Ese alfa... ¿es tu novio?

— Señor... —desvió la mirada hasta sus manos por unos segundos— Tengo mucho trabajo que hacer, no creo que esto sea tan importante.

— ¿No es importante? —levantó levemente una de sus cejas— para mi sí lo es. Bueno, voy al punto. ¿Te gustaría salir y tener una cena? A pesar de llegar tarde... has hecho muy bien tu trabajo a pesar de no tener experiencia. ¿Qué dices? —Sonrió.

Jungkook suspiró viéndolo. Llevaba tantos días así que incluso había perdido la cuenta. Ahora que lo pensaba, quizás si estaba coqueteando de más con él pero... no iba a aceptar tan fácil. No lo conocía muy bien y salir con cualquiera sería algo peligroso.

— Lo siento, señor Jung. Estoy... muy ocupado con las tareas de mi universidad y no me queda tiempo para nada. —Musitó con pena—. Gracias por la invitación pero me temo que será para otro momento. ¿Necesita algo antes de que vuelva a mi trabajo? —Preguntó poniéndose de pie.

— No, puedes irte. —Musitó serio.

Aquel omega sólo hizo una pequeña reverencia para luego salir de aquel lugar yendo de nuevo a su escritorio. Realmente estaba pasando por momentos de extremo estrés y que un alfa cualquiera lo estuviera cortejando era muy... castroso. ¿Acaso no podía oler el aroma de Taehyung en él?

Nunca salía de aquella universidad sin tener impregnado el aroma de él ya que siempre lo marcaba, pero, ¿le daba igual?

Luego de unas horas se sentía incluso más fatigado que antes. La cabeza le dolía tanto que en su mirada se notaba que no la estaba pasando para nada bien. Estaba de un lado hacia otro y pensar en que al volver a casa debía hacer todas aquellas tareas... quería morirse.

Llegando ya la hora de salida tomó su mochila para así comenzar a salir de aquella empresa. El dolor iba intensificándose más y... sólo quería llegar pronto a casa. Estaba tan cansado que creía no aguantar más de aquella forma y sólo llevaba dos meses.

Al subirse en aquel metro fue directo a un asiento para así poder sentarse al fin. Recargó su cabeza en la ventana observando a las demás personas que estaban ahí dentro, hasta que su mirada dio con aquel chico. El otro hijo de su padre.

Este había sido el primero en nacer, lo había tenido justo un año después de que él naciera. Era asqueroso saber que desde muchos años había estado engañando a su madre y teniendo hijos por todos lados. Pero ahora que lo veía a él, notaba que incluso estaba mucho mejor vestido que él unos meses atrás, y por su físico notaba que él si había sido alfa.

Sus ojos comenzaron a cristalizarse por lo que sólo suspiró para así pensar en otras cosas. Ya tenía suficiente con el cansancio y los dolores cómo para estar al pendiente de la gente que más odiaba.

Al cabo de unas horas finalmente había terminado su viaje por lo que comenzó a caminar hasta la casa de su amigo. ¿Ahora también le había dado fiebre?, sin duda ese no había sido para nada su día.

En ese momento pudo escuchar y sentir la presencia de alguien más a unos metros de él. Quería pensar que sólo era una persona más volviendo de su trabajo pero... ¿Por qué fingía buscar algo cada vez que lo volteaba a ver?

El miedo comenzó a invadirlo por lo que sus pasos fueron cada vez más rápidos hasta que por fin aquella casa se veía a simple vista. Fue ahí cuando, sin pensarlo más, comenzó a correr hasta que por fin pudo estar en la puerta de esta y así adentrarse. ¿Lo estaba siguiendo?, ¿había sido su mente?

— ¿Jungkook? ¿Pasa algo? —Habló aquella mujer preocupada para así acercarse a él—. Por dios, estas hirviendo.

— No es nada, fue porque... venía corriendo. —trató de regular su respiración—. No te preocupes, mamá. —Sonrió.

— No, anda, ve a tomar un baño. Te daré medicina cuando salgas. —Habló preocupada.

El menor sólo asintió para luego comenzar a caminar hasta la que era su habitación, justo al lado de Jimin.

Todas las noches iba a saludarlo pero ahora sinceramente no tenía fuerzas ni ánimos de nada. Sólo quería dormirse por mil años, o morirse.

Al llegar a su cama no dudó ni un momento en acostarse y así tomar aquella sudadera que estaba a un lado de él, la sudadera que Taehyung le había prestado días antes y aún no regresaba. Sin pensarlo sólo la atrajo hacia él para así esconder su rostro en esta pues su aroma lograba tranquilizarlo.

Quería estar con él y ser mimado cómo la noche anterior. ¿Por qué ahora sentía esa desesperación por estar con él? Quizás ese beso había hecho que su lobo no quisiera alejarse de él.

A los pocos segundos entró en un profundo sueño, al menos eso le ayudaba a ya no sentir aquel dolor de cabeza y podía descansar.

DON'T PLAY WITH THE TEACHER | OMEGAVERSE  +19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora