23: Noche

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No sabe porqué terminó aceptando, tal vez por su cuerpo bien ejercitado o porque no ha tenido sexo desde hace un tiempo.

Estaban en una habitación de motel devorandose a besos y manoseandose.

Él no podía ver porque era su único requisito, a cambio de acostarse tenía que cubrirse los ojos, y el doncel podría quitarse la máscara sin preocuparse de revelar sus identidad.

Estaba encantado de tocar ese hermoso cuerpo, aunque no podía verlo. Escuchaba los gemidos y los gritos ahogados cuando le tocaba. Estaban más que desnudos y no pudo evitar gemir cuando el doncel lo masturbó con su boca, se sentía tan placentero tener esa linda boquita chupando fuertemente su miembro era toda una delicia y se corrió sin previo aviso. Lo escuchó tragarse su escencia.

-Eres delicioso Uchiha- escuchó la voz seductora del doncel.

Lo tumbó contra la cama poniéndose encima y volver a besarlo, follandole la boca y saboreando su saliva. Le encantaba sentir su piel tan suave y las manos que sujetaban fuerte su cabello y su espalda, esperando que lo follara. Bajó su mano a su entre pierna, tocando disimuladamente su pezón de pasada y enrollar su mano en el miembro duro del doncel.

-Ah~ ah~ mmm-

Los gemidos eran música para sus oídos. Le hubiera encantado ver su cara cuando corría pero no quería arruinar el momento. Fue a torturar su pezón con su boca cuando metió su dedo sin previo aviso.

-Auch! Eso duele!- apenas había metido el primer dedo y se confundió por eso

-Eres virgen?-

-Soy campeón, no puto- pudo sentir sus mejillas rojas de vergüenza

-Lo siento- el doncel tomó su rostro y lo besó

-Siempre he querido perder la virginidad contigo, solo sé gentil por favor- por alguna razón le gustaba escuchar su voz de sumiso

-Claro- el dedo que todavía no había sacado empezó a moverlo círculos de manera lenta escuchando gemidos suaves del doncel.

Se duró su tiempo preparándolo y prolongando la exploración a ciegas, disfrutando al máximo. Su miembro era grande y para prepararlo metió tres dedos. Cuando estaba listo, le avisó y sacó sus dedos. Se puso un condón, alineó su pene a dónde entraría y empujó.

Era lo más delicioso que había probado en su vida, lo había preparado tan bien que su miembro deslizaba fácilmente y en menos de un minuto había entrado entero.

-Follame!- no se hizo esperar y golpeó tan fuerte que sus cuerpos temblaban del placer.

Se perdieron en la lujuria de esa noche.

ActorWhere stories live. Discover now