25: Bar

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Él no era una persona de tomar ni mucho menos, pero su mejor amigo de años, Suigetsu, se casaba con su novia Karin.

La relación de esos dos era extraña, normalmente estaban juntos, se peleaban, rompían, se disculpaban, y volvían. Parece que ya era la definitiva, seguían peleando pero ya sabían controlarse un poco, esos dos se quieren y por más veces que terminen, se aman lo suficiente para volver.

Para celebrar su despedida de soltero fueron al bar nocturno más conocido y peligroso: Akasuki. Más que bar parece discoteca porque las personas podían ir a bailar sin ningún problema.

Él no había bebido ni una sola copa, tenía que mantenerse sorbio ya que sería él quien manejaría a casa, además que Karin le había encargado cuidarlo. Había muy pocos conocidos ya que hace tiempo que no tenía contacto con ellos. Aprovechó que estaban distraídos para ir a la barra y descansar un poco del atrajeo de sus amigos.

-Qué vas a pedir?- le dijo un hermoso doncel de cabellera rubio oscuro y ojos negros, muy parecidos a los de Kaoki

-Un vaso de agua- asintió y le trajo su pedido

-Qué lo traen por aquí? No cualquiera viene a un bar a pedir un simple vaso de agua- dudó unos segundos, él nunca había sido una persona que contaba de su vida pero por alguna razón pudo confiar en ese joven

-Vine a una despedida de soltero de mi amigo, se casa mañana-

-Y te toca cuidarlos- completó el joven

-Sí-

-Bueno, así funciona la vida, naces, creces, te reproduces y mueres. Si tienes suerte te casas y vives en una familia feliz hasta que venga la infidelidad y arruine todo-

-Así cómo lo dices suena feo-

-Es feo, pero no hay necesidad de hacerlo así. Busca las cosas buenas de la vida y disfrutalas- le sonrió antes de ir a atender a otra persona. Lo miró detenidamente mientras iba de un lugar a otro, parecía buena persona mientras sonreía a todos por cortesía. Su uniforme se le pega un poco al cuerpo dejando ver una muy buena figura, y veía como uno que otro hombre lo miraba con lujuria y le insinuaba para follar.

No supo porque se sentía molesto, normalmente no le importaba si los demás veían a otros pero ya llevaba rato que no soportaba cosas así. Primero Daiki, segundo Kurama, después Kaoki, luego Ryu y ahora este chico?!

Debería ir al psicólogo o se volvería loco.

-Gustas algo más?- le preguntó aquel chico

-No, cuánto es?-

-Tomalo gratis, hay agua de sobra-

-Cómo te llamas?-

-Soy Kuro- dijo el chico mostrando su gafete dónde relucía su nombre

-Yo soy...- se calló, no podía decir quién era o arruinaría su noche, no vió cuando el chico le bajó los lentes y lo miró a los ojos

-El híbrido vampiro y hombre lobo- sonrió el muchacho -Eres más guapo de cercas- devolvió los lentes a su posición. Sus dedos habían llegado a rozarle la cara y los había sentido tan suaves.

-Eh... gracias-

-Seguiré trabajando si no te molesta-

-No, no, tu sigue- el chico le sonrió y fue a atender a otros, se quedó embobado con su figura y no le pudo despejar el ojo en toda la noche. Sus amigos ya estaban fuera de combate y debía devolverlos a casa pero no quería abandonar a Kuro, no todavía.

Despertó en una cama que no reconoció y vió que estaba completamente vestido a excepción de sus zapatos.

-Veo que ya despertaste- dijo ese chico apareciendo por la puerta con una bandeja en manos

-Que... cómo...?-

-Te dormiste en la barra, estás en una habitación del bar creados para este tipo de situaciones y tus amigos también están en otras habitaciones, todavía durmiendo. Te traigo algo para que comas y te lleves a tus amigos para la boda- dejó la bandeja en la mesita de al lado -Ya me tengo que ir, fue un gusto conocerte-

-Adios-

ActorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora