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CAP 11

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"Lo siento, Majestad, pero no podemos cancelar la gira publicitaria", dijo Ayda, frunciendo el ceño. "Su visita a las provincias ha sido anunciada públicamente, y cancelarla sería una mala noticia que no necesita".

Joshua no dijo nada, mirando por la ventana de su despacho, con las manos en los bolsillos.

Momo lo miró con curiosidad desde su asiento en la esquina de la sala. Nunca había visto tanta tensión en el cuerpo de Joshua. Estaba tan rígido y tenso que ella podía sentirlo con su piel, a pesar de la distancia que los separaba.

"¿Es realmente tan malo?", dijo ella, manteniendo su voz suave. Normalmente, le gustaba irritar a Joshua, pero sentía que sería una mala idea en este momento. Joshua era un telépata de alto nivel, su poder en bruto era peligroso incluso para ella. Hacerlo enojar en serio cuando estaba así de nervioso era una pésima idea.

"¿Qué piensas?" dijo Joshua, con un perfil duro e inflexible.

Momo se permitió apreciar por un momento su físico. Joshua podía ser un capullo malhumorado y miserable, pero estaba buenísimo. En un sentido de no me impresionas y te voy a joder. Era una pena que no le gustaran las mujeres. No le importaría follar con él, a pesar de los problemas que tenían entre ellos. Aunque se rumoreaba que follaba más duro de lo que ella prefería.

"Personalmente, follar con el perfecto Príncipe Jeonghan no sería una dificultad", dijo Momo con una sonrisa. "El tipo está buenísimo, aunque no estoy segura de cómo me sentaría follar con un hombre mucho más guapo que yo. Soy demasiado vanidosa para eso".

Ayda escondió una sonrisa divertida tras su mano, y Mmo le guiñó un ojo, haciendo que la mujer se sonrojara un poco. Huh. Ayda estaba bastante buena. Tal vez debería intentar meterse en sus bragas antes de salir mañana hacia Tai'Lehr.

"No es hermoso", dijo Joshua, con la voz oscura.

Momo alzó las cejas. "¿Pasa algo con tu vista? El tipo es ridículamente hermoso".

"La belleza viene del interior. Es feo, por muy bonito que parezca".

Momo se burló, poniendo los ojos en blanco. "Por favor. ¿Desde cuándo los hombres se preocupan por la belleza interior y toda esa podredumbre cuando se trata de mojar la polla? No me digas que fue una dificultad follar con él, no te creeré".

Notó con curiosidad que la mano de Joshua se apretaba dentro de su bolsillo. "Apenas recuerdo nada", dijo rotundamente. "Cuando la droga se apodera de mí, me siento como si estuviera poseído". Miró a Ayda. "No puedes esperar en serio que vaya a esa gira publicitaria en este estado. Apenas puedo pasar unas horas antes de que los síntomas se vuelvan abrumadores".