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CAP 12
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Partieron para la gira publicitaria a primera hora de la mañana.
Jeonghan no estaba acostumbrado a viajar en vehículos terrestres. Era demasiado anticuado para su gusto. Pero tenía que admitir que el coche de época que había elegido la gente de Joshua era impresionante y cómodo. Era bastante grande, con mucho espacio y todo lo que necesitaban: una zona de comedor equipada con un servicio de teletransporte -podían pedir cualquier cosa y se les entregaba la comida-, dos camas, un baño con ducha sónica y una pequeña zona de estar. El coche estaba insonorizado y las ventanas eran unidireccionales, lo que les proporcionaba privacidad, algo muy necesario teniendo en cuenta lo que estaban haciendo.
Sus días eran así:
Jeonghan solía despertarse con la polla de Joshua ya dentro de él, penetrándole con fuerza. Se quedaba tumbado, medio dormido, disfrutando de la sensación de ser tomado por un macho viril en la flor de la vida y ser bombeado con su semilla. Cuando se corrió, se separaron, evitando los ojos del otro, y se retiraron a los extremos opuestos del vehículo hasta que llegó la hora de su primera parada del día.
Fue increíblemente chocante poner una máscara impasible y educada ante Joshua y llamarlo Su Majestad, como si no hubiera tenido la polla de Joshua dentro de él hace poco tiempo, como si no estuviera ya deseoso de más. No es que Jeonghan tuviera ganas de más. Era la droga, no él.
Después de las sonrisas y los besos de bebé, volvieron al coche. Para entonces, Jeonghan temblaba de impaciencia y deseo, pero no follaban a menos que fuera absolutamente necesario, lo que solía ocurrir cuando uno de los dos no podía aguantar más y cedía. Para vergüenza y molestia de Jeonghan, la mayoría de las veces era él quien estaba desesperado. Era totalmente injusto, porque el doctor Jihan había dicho que la concentración de la droga era mayor en el organismo de Joshua. Jeonghan tenía la ligera sospecha de que Joshua, como telépata de alto nivel, utilizaba técnicas avanzadas de meditación para controlarse.
