Capítulo 5: Obsequio

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-tsk... odio esto-

Apenas murmuró estás palabras el joven y golpeó la mesa de luz junto a él. Tomó una bata, se la colocó y se acercó al ventanal.

Sin importar lo que hiciera, su cabeza estaba inundada de recuerdos con el Séptimo. Cada conversación por más absurda o trivial que fuera, se encontraba allí, en sus memorias.

Después de escuchar cómo el Hokage lo defendió, pese a estar desolado por la sentencia de Sasuke sobre que él sólo le traería sufrimiento al Séptimo, no pudo evitar sonreír.

Escucharlo decir que era importante para él y que no lo sacrificaría, fue demasiado para alguien que nunca escuchó una sola palabra de cariño. El Hokage era un gran hombre, siempre pensaba en los demás y daba lo mejor de sí para proteger y garantizar la felicidad de todos en la aldea. Pero era eso mismo lo que más lo inquietaba. ¿hasta qué punto pensaba en él y en su propia felicidad?, ¿qué hacía feliz al Séptimo?

El Séptimo le había preguntado qué quería como obsequio de regalo pero al nunca haber recibido uno, no sabía que pedir. Aunque tal vez sí había algo que quería, pero no podía pedírselo.

Después de vagar un poco, Kawaki llegó a la aldea. Comenzó a caminar por allí, mirando algunas cosas, intimidando a algunos niños y protestando cuando alguien lo miraba demasiado.

Camino un tiempo hasta que vio algo que llamo su atención. En la vitrina de una tienda de joyas, había un pendiente con forma de cruz. Era interesante y podría quedarle bien.

Se puso a contar las monedas de su bolsillo, cuando alzó la mirada por un momento y lo vio. Un collar con dije de zorro. No es que le gustarán ese tipo de cosas, pero parecía un buen collar, tenía varios detalles y quizás...

-podría quedarle bien...-se dijo esto para sí y entró a la tienda.

Miró de reojo y comprendió porque le había llamado tanto la atención. Por las piedras que poseía, era una pieza exquisita y cara. Él no contaba con ese dinero pero era un buen collar.

Disimulo y se perdió entre los demás clientes. Y en un descuido del vendedor tomó el collar. Sonrió victorioso, creyendo que sería suyo, pero no reparó en el hombre de ojos claros que lo comenzó a seguir.

Sus ojos se parecían mucho a los de Hinata por lo que probablemente era un miembro de su clan. Maldijo su suerte y comenzó a correr.

Antes de poder hacer algo más, el chico se encontraba en un techo, rodeado por al menos 8 guardias. Extendió su brazo, preparándose para la pelea, cuando sintió el primer golpe.

Logró esquivar el siguiente golpe y lanzar a uno de los guardias por el aire. Golpeó a otro con su brazo y esquivo los golpes de un cuarto guardia. Lo estaba sobrellevando bastante bien hasta que aparecieron cinco guardias más y todos ellos equipados con herramientas ninjas. Realmente odiaba esas herramientas.

Lo atacaron al mismo tiempo y lo obligaron a arrodillarse por culpa del dolor ocasionado.

-ahora verás como castigamos a los ladrones asquerosos-

El guardia sacó una herramienta que parecía un bastón electrificado. El joven no vacilo ni un segundo e inmediatamente se puso de pie, pese al terrible dolor.

-¿no pediras perdón?, muy bien, prepárate-

Antes de que aquella herramienta hiera aún más al joven, una gran capa blanca con letras rojas lo deslumbró.

-señor Hokage, cuánto lo siento... no quise golpearlo a usted... es sólo que ese chico...-
-¿a causado algún problema?-
-es un vulgar ladrón, robo en una tienda y no pidió disculpas por lo sucedido-
-lo haré yo entonces-
-¿qué?, ¡no!, ¿por qué?-
-su nombre es Kawaki y está bajo mi tutela, cualquier error suyo es mi error-agachando la cabeza.
-por favor, señor Hokage... no haga eso... no es una joya tan cara...-
-¿cuánto cuesta?-
-bueno, eh...-
-dime cuánto, la pagaré por él-
-pero...-
-déjame retribuir a la tienda, utilizando una de sus piezas-
-claro... cuesta...-

La Distancia Entre NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora