Capítulo 30: Atrapado

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El sonido de las primeras gotas de lluvia cayendo sobre la tierra caliente y el fresco aire que comenzaba a llenar la habitación, poco a poco reemplazaron a las preocupaciones que habían estado atormentando a Naruto. Dejó de pensar en todo aquello que lo perturbaba y comenzó a admirar todo lo que lo rodeaba.

Aspiró suavemente y llenó su nariz de aquel cándido aroma. Abrió y cerró sus ojos, tratando de perpetuar aquel sonido y aquella dulce fragancia en sus retinas. Quería recordar claramente cada instante junto al bello joven frente a él.

El dulce hombre de ojos claros, ahora sólo podía pensar en la delicada lluvia y en las cálidas manos de Kawaki recorriendo su cuerpo con deseo. El  aroma a tierra mojada, lo llevaba a recordar lo que habían hecho en la cabaña. Aunque era una sensación placentera, por un instante la culpa tiñó sus bellos iris de preocupación.

Al contemplarlo con detenimiento y descubrir la visible preocupación en la mirada de su querido Séptimo, el joven bajó la intensidad de sus besos y calmó la ansiedad de su cuerpo por sentirlo. No quería apresurarse e incomodar a su compañero por ello. Por el contrario, quería hacerlo sentir bien y ser la razón de que sus penas se despejaran.

El muchacho de cabello bicolor, besó suavemente los labios de Naruto. Relamió su lengua y luego con ella, humedeció los delicados labios de su compañero. Lo besó con lentitud, una y otra vez, dándole pequeños besos, hasta que finalmente, introdujo su lengua, dentro de la amplia boca del Séptimo, atravesando su sonrisa por completo.

Naruto correspondió una vez más el tímido beso del joven. Y a medida que sus lenguas se reconocían, sus movimientos se acoplaban a los del muchacho, aumentando su ritmo. Ambas lenguas se trenzaron en una riña sin ganadores ni perdedores.

Las manos de Kawaki, comenzaron a deslizarse bajo la ropa del Séptimo, acariciando la ancha espalda de éste. El inocente hombre, se estremeció, al sentir como su piel era tratada con tal candor. Los ágiles dedos del muchacho comenzaron a hundirse entre las comisuras de su columna, haciendo que se le erize la piel.

El joven de mirada profunda, se acercó aún más a su querido Séptimo, pegándose por completo a su cuerpo tembloroso. Naruto podía sentir al atlético muchacho y cada parte de su ser, buscando unirse a él.

Los latidos del atractivo hombre, comenzaron a acelerarse lentamente. Podía sentir como el joven frente a él, comenzaba a excitarse más y más. Entre sus piernas, podía sentir como el falo del joven se pegaba contra el suyo, ensanchándose levemente.

Inmediatamente Kawaki buscó la mirada de su compañero. Quería perderse en aquella mirada azul una vez más y permanecer allí. Buscó con desesperación y al fin encontró una respuesta afirmativa.

El temeroso hombre, pese a su mirada llena de confianza, temblaba y lucía acongojado. Aunque una parte de él quería avanzar, su lado más ingenuo, sentía temor. Los nervios de la noche anterior, aún prevalecían en su ser.

Kawaki se enterneció por completo al observar a Naruto y descubrir una parte de él que jamás había visto. Sonrió con ternura y lo besó suavemente. Realmente amaba profundamente a aquel dulce hombre que se entregaba a él, pese a su temor.

Robó los labios de su querido Séptimo y los soltó lentamente. Su saliva tibia, podía verse con claridad, uniendo ambas bocas, que parecían no querer apartarse. Besó la mejilla y cuello de su compañero.

Recorrió la blanca piel de Naruto, repasando con su lengua, el delicado cuello. Lo apretó suavemente y luego bajó hasta sus hombros. Abrió la chaqueta del atractivo hombre y con movimientos rápidos, dejó su atractivo torso al descubierto.

Comenzó a besar y morder el pecho de Naruto, hundiendo una vez más, sus dientes en las pequeñas marcas que se vislumbraban de la noche pasada. Procuró cubrir con sus pequeñas huellas de pasión por completo la tersa piel de su adorado Séptimo, sin lastimarlo.

La Distancia Entre NosotrosWhere stories live. Discover now