Capítulo 28: Anhelo

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Ambos hombres comenzaron a correr rápidamente. Para refugiarse de la lluvia y para llegar cuánto antes al departamento del joven.

Kawaki no podía parar de temblar, la ansiedad que sentía, sacudía su cuerpo por completo. Cada parte de él se encontraba expectante. Le costaba respirar, quería llegar pronto a su hogar. Quería estar a solas con el Séptimo. Era lo que más deseaba y no podía aguantar más.

Podía sentir como algo se encendía en su interior. La sangre fluía por todo su ser, calentándolo por completo. Podía sentir como su excitación aumentaba a medida que se acercaban aún más a su apartamento.

Apenas llegó a vislumbrar el lugar, cuando recordó algo importante. El rostro del joven se iluminó y en el se dibujó una gran sonrisa. Sin volver sobre sus pensamientos, se detuvo abruptamente.

-¿qué ocurré?-preocupado.
-vamos a otro lugar mejor-sonriente.
-comprendo-dolido.
-ven-toma la mano de su compañero.
-eh...-sorprendido.

Completamente agitado y confundido por la situación, Naruto se dejó llevar por el joven. Se concentro en el calor de su mano y lo siguió sin cuestionarse más nada.

Se sentía desbordado, cientos de emociones que creía olvidadas, lo estaban sobrepasando. La ansiedad, el temor, la expectativa, el deseo... todo parecía demasiado e intentaba no demostrarlo, aparentando una tranquilidad que ya no poseía.

Continuaron corriendo bajo la lluvia, hasta llegar al lugar que se encontraba entre los pensamientos del muchacho. Su lugar favorito en todo el mundo.

Naruto abrió sus ojos de par en par al llegar allí. Antes de comenzar la guerra, habían estado en aquel lugar. En aquel entonces resplandecía y se encontraba lleno de personas. Hoy se encontraba abandonado y parecía no haber estado ocupado en mucho tiempo, aún así, algo de aquella pequeña cabaña le resultaba misterioso y atrayente.

-¿lo recuerdas?-
-esto...-
-descuida, no te preocupes...-
-vinimos aquí por tu cumpleaños-sonríe.
-lo recuerdas-estupefacto.
-sí, el lago, los árboles, las cabañas...-
-Séptimo...-
-aunque...-
-¿qué?-
-¿por qué siento tanta nostalgia?-entristecido.
-Séptimo...-se acerca más.
-...-

La lluvia comenzó a intensificarse nuevamente. Ambos hombres se apresuraron en acercarse al lugar.

-¡vamos Kawaki!-
-¡sí!-
-...-

Ambos hombres entraron a la cabaña para refugiarse de la lluvia y de la pronta tormenta. Naruto, apenas entró, se quitó los zapatos y los dejó en la entrada, mientras ingresaba, quitándose su campera.

Kawaki lo miró sonrojado y siguiendo su ejemplo, se quitó los zapatos, los dejó junto a los del atractivo hombre y se acercó a éste. Dentro no habían muchos muebles, sólo una mesa, cocina y una cama amplia.

-oh Kawaki, debes quitarte la ropa o te enfermarás-
-s-sí...-nervioso.
-¿Kawaki?-
-¿sí?-
-...-

Naruto trago saliva al reparar en el chico frente a sus ojos. Kawaki se encontraba temblando. Su rostro estaba enrojecido y sus ojos brillaban expectantes.

No lo había pensado con detenimiento, pero pedirle que se desvistiera tan ligeramente, quizás lo intimidó un poco.

-Kawaki, ¿me quieres ayudar a encender el hogar?-
-cla-claro...-
-gracias-
-...-

Ambos se acercaron a un pequeño hogar, que tenía algunos leños. Naruto comenzó a encender el fuego, mientras que Kawaki buscó una silla para quebrar y arrojar al fuego.

-perfecto, gracias Kawaki-sonriente.
-n-no... no es nada...-sonrojado.
-ahora podemos secar la ropa y calentarnos-
-s-sí...-mira hacía abajo.
-Kawaki...-
-sí... Séptimo...-
-¿por qué quisiste venir aquí?-
-b-bueno... éste es mi... mi lugar...-
-sí-
-es mi lugar favorito, quizás no lo recuerdes del todo pero...-
-tu regalo de cumpleaños, te lo dije-sonriente.
-¿entonces... realmente lo recuerdas?-sorprendido.
-perdón por no decírtelo antes-
-pero... ¿desde cuándo recuerdas?-
-comencé a recordar hace poco...-
-ya veo... ¿entonces?-expectante.
-bueno... ahora recuerdo claramente que nos besamos más de una vez-levemente sonrojado.
-p-perdón...-completamente rojo.
-está bien... te besé más de una vez...-
-s-sí...-
-sí...-sonríe mientras recuerda.
-¿qui-quieres comenzar?-apenado.
-eh-desconcertado.
-tú... tú sabes... tú... eh...-
-está bien-sonriendo.
-eh...-
-no te esfuerces-le besa la frente.
-pero...-
-vamos a dormir-
-¿qué?-
-no te preocupes... vayamos a dormir, ya habrá tiempo para hablar...-se aproxima al lecho.
-Séptimo... pensé que...-
-está bien, no tenemos que apurarnos, además aún no tenemos en claro lo que...-riendo.
-Séptimo, yo tengo muy en claro mis sentimientos-en tono serio.
-Kawaki...-
-te quiero-
-pero...-
-...-

La Distancia Entre NosotrosOnde histórias criam vida. Descubra agora