Después de la Quinta Gran Guerra Ninja, sí bien Konoha recuperó un poco de paz, los sacrificios que hicieron y las personas que perdieron, aún dolían.
Tras la batalla el Séptimo Hokage, quedó gravemente herido, inconsciente y sólo mantenido con vid...
Apenas dio el primer bocado de su ramen, Kawaki derramó una lágrima. Aquella vez, cuando se durmió en la espalda del Séptimo, antes de quedarse completamente dormido, escucho su voz, algo le dijo, pero ¿qué?. No podía recordar lo que el Hokage le dijo aquella noche y por alguna razón, ahora le parecía que olvidó algo muy importante.
Agarró su cabeza con ambas manos, intentando recordar lo que el Séptimo le dijo, pero no logró recordar nada. Terminó de comer su ramen y partió a buscar a Sarada.
-Kawaki llegas tarde- -me dormí... ¿y Mitsuki?- -está con Konohamaru-sensei- -¿tenemos que esperarlos?- -será lo mejor para no desencontrarnos otra vez- -¿otra vez?- -bueno, la última vez Boruto...-preocupada. -no seas idiota- -¡Kawaki!- -mientras yo éste aquí, el idiota de Boruto no vendrá- -chicos...- -será mejor que me vaya- -espera... tu última misión fue muy peligrosa- -¿y?- -es mejor que trabajemos juntos- -sí quieres que Boruto regrese a hacer misiones con ustedes, yo debo estar lejos- -son hermanos...- -no, claro que no- -pero...- -mejor olvidalo- -Kawaki...- -haré está misión con ustedes pero luego seguiré tomando misiones sólo- -...- -podrás decirle a ese idiota que regrese a trabajar con ustedes- -no lo sé...-
Al mirar el rostro entristecido de Sarada, el joven recordó como su compañera se angustiaba al pensar en sus padres o tener que tratar con ellos. Por un momento se compadeció de ella e intento comprender su dolor.
-¿cómo has estado?- -¿a qué viene eso?- -me refiero a...- -bien-tajante. -puedes hablar conmigo sí no tienes a nadie...- -estoy bien, no hace falta que te preocupes- -pero...- -además, tu situación no es muy diferente a la mía...- -...- -¿lo viste?- -sí...- -¿cómo se encuentra?- -es complicado-cabizbajo. -por favor Kawaki... ¿cómo se encuentra el Séptimo?- -como dicen en las noticias... se encuentra estable y...- -¡Kawaki!-al borde del llanto. -Sarada...-sorprendido. -por favor... no me mientas como ellos...-conmocionada. -físicamente recibió mucho daño, sí llegará a despertar es muy probable que ya no pueda caminar- -no puede ser- -y no es sólo eso... aún continúa inconsciente y los médicos no saben qué tan grave es el daño cerebral que sufrió- -Kawaki...- -tal vez nunca despierte-
Pese a su tono de voz secó y sus palabras llenas de frialdad. El rostro de Kawaki lucia entristecido. Sarada comprendió al muchacho y lo abrazo en silencio.
El joven se apartó de su compañera y se sentó en una roca sin mirarla. Realmente necesitaba que alguien lo abrazara pero no quería que fuera ella.
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La primera vez que alguien lo abrazo, fue poco después de llegar a Konoha. Los brazos fuertes del Séptimo lo rodearon y lo llevaron contra su pecho. Podía escuchar los latidos tranquilos de su corazón, un corazón bondadoso y lleno de compasión. Probablemente fue desde ese momento que...
-Kawaki, ya llegaron... vamos- -sí...-
Con una gran sonrisa, Konohamaru se acercó a los jóvenes, pero al ver sus rostros, supo que no era un buen momento. Desde que el Hokage había sido internado, Kawaki se había vuelto más taciturno y sólo hablaba con pocas personas.
