Capítulo 7: Descubierto

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Naruto tomó su bata, se la colocó y salió del lugar. Por un momento el corazón de Kawaki que no dejaba de palpitar acelerado, se calmó un poco. El chico de cabello bicolor, respiro hondamente y se relajó un instante, pero hasta él comprendía la situación.

No sabía mucho sobre esas cosas pero sabía lo que estaba pasando. Apreto con fuerza el dije de zorro que le recordaba al Séptimo y aunque sentía tranquilidad por no haber sido descubierto, también sentía cierta curiosidad... ¿qué hubiera hecho el Séptimo al ver su cuerpo de esa forma?

El chico terminó de lavar su cuerpo y llevo la ducha hacía su pecho. Cambio el nivel del agua, para que le cayera agua fría y así poder bajar su excitación.

Cuando por fin se tranquilizó y todo en él regreso a la normalidad, se dirigió hacía las aguas termales. Shikadai e Inojin se encontraban allí, charlando junto a sus padres, que los ayudaban indicándoles qué hacer y cómo comportarse allí.

Realmente no sabía qué hacer en ese tipo de situación, después de todo, nunca había ido a un lugar como ese. Este pensamiento lo abatió un poco, pero antes de que pudiera angustiarse, sintió el roce de los dedos del Hokage acariciando su cabello.

-ven, Boruto y Mitsuki vendrán cuando terminen de bañarse-
-¿los dejaron pasar?-
-les dije que estaban con nosotros. Sabes, sí un adulto hace las reservas, no hay problema- sonriendo.
-¿un adulto...?-para sí.
-¿te encuentras bien?-
-ah, sí... ¿qué hay de ti?-observando al hombre con las mejillas enrojecidas por el alcohol.
-¿oh esto?, lo siento, bebimos unas copas-riendo suavemente.
-claro...-algo molesto.
-vamos-pasando su brazo sobre el chico.

Tal vez era porque había bebido un poco de más o quizás por su personalidad algo descuidada, pero Naruto no media sus acciones. Por un momento el adolescente tomó aire, no quería reaccionar ante cada acto del Hokage... pero ¿Cómo podía tocarlo con tanta soltura?

Kawaki se apartó del Séptimo, desviando su mirada. Éste último lo miró con cierta tristeza y luego procedió a quitarse la bata.

El joven no pudo evitar mirar la espalda del Hokage. Sus hombros y cadera. Todo su cuerpo era atractivo. Pero cómo se sentiría tocarlo, besarlo y recostarse sobre él.

Siguiendo al Séptimo, el muchacho se despojó de su bata e ingresó a las aguas termales. Estás eran cálidas y relajantes. Apenas entro en ellas pudo comprender porque tenían tan buena fama.

-¿Cómo te sientes Kawaki?-sonriendo.
-estoy bien-apenado.
-me alegro mucho de que sea así-
-Séptimo...-
-¿sí?-
-¿acaso ese hombre y tú han...?-

Antes de qué el joven pudiera concluir su pregunta, el hombre al que veía con recelo, se acercó hacía ellos.

-vamos Naruto, deja que los niños se entretengan y ven con nosotros-
-¿qué quieres Sai?-
-bueno...-le hizo seña con su cabeza para que viera bajo el agua.

Naruto arrojó una risa divertida y se dispuso a seguir a Sai.

-regreso en un rato, no se queden mucho tiempo chicos-

¡Qué molesto!, ¿qué le puso haber enseñado ese tipo para que el Séptimo se fuera sin más?

Kawaki sentía mucho enojo y no quería seguir estando en ese lugar. Sus amigos comenzaron a observarlo preocupados, por lo que Inojin de entre todos, le pregunto:

-¿qué te ocurré?-
-nada-
-tranquilo, ya nos dimos cuenta...-suspirando.
-¿de qué?-nervioso.
-que nunca has estado en un centro de aguas termales-
-...-

Por un segundo Kawaki sintió temor de las palabras de Inojin, luego se calmó.

-¿a dónde habrán ido?-
-¿no es obvio?-
-¿el qué?-
-mi padre trajo una botella de sake, seguramente se habrán escabullido para seguir bebiendo-

Los chicos comenzaron a reír y renegar de sus padres. Se lamentaban por tener padres así y se reían de lo inocentes que eran.

Por su parte Kawaki continuaba intranquilo. Le preocupaba que el Séptimo tomará y anduviera por allí tan vulnerable, sin ropa y rodeado de tantas personas.

Sin decir nada, se levantó, se colocó la bata y fue en busca del Hokage. Paso junto a las aguas donde Sai, Chouji y Shikamaru estaban bebiendo, pero no vio al hombre de cabellos rubios.

Continuó caminando por el lugar y finalmente lo encontró recostado sobre un sofá, junto a los armarios. Tenía la bata mal puesta y su boca estaba entreabierta.

-Dios... no puede ser tan despreocupado-

Se acercó para despertarlo cuando algo lo hizo detenerse. Su respiración comenzó a acelerarse, nadie los estaba viendo. De por sí, había poca gente en el lugar y todos estaban entretenidos.

Lentamente se arrodilló, quedando casi a la misma altura que el Hokage. Acarició sus cabellos húmedos, su rostro y sus labios. Pese a ser un hombre adulto, no parecía alguien mucho mayor que él y por su personalidad, aparentaba ser más joven aún.

-Séptimo...-

Repasó con las yemas de sus dedos, los labios del Hokage y en un impulso, sin pensarlo, metió uno de sus dedos en la boca de Naruto. El hombre que se encontraba dormido producto del alcohol y el vapor, comenzó a succionar inconscientemente el dedo de Kawaki.

Aunque sabía que estaba mal, no se apartó del Séptimo. En su mente podía imaginar como la boca del Hokage se abría más para él y como se animaba a acercarse y dejar que una parte de él, entrará allí.

Eso quería... quería sentir los labios del Séptimo apretandolo y succionando su miembro con la misma intensidad que tomaba su dedo. Por un instante lo pensó, ¿qué pasaría sí lo colocará allí?, ¿también lo apretaría con la misma fuerza?

Con sólo pensarlo, su cuerpo volvía a calentarse y no podía controlarlo. miró por sobre su hombro y bajo su mano libre hasta su cintura.

Comenzó a acariciarse, pensando que tal vez así se sentiría tocar al Séptimo. Apretó y soltó su puño tantas veces como pudo. No quería detenerse pero tampoco podía permanecer mucho tiempo allí.

Continuó tocándose hasta que escucho como el Séptimo lo nombraba entre balbuceos.

-Kawa... Kawaki...-

El Hokage aún dormía pero empezaba a despertarse. El joven intento terminar rápido para no ser atrapado, aunque después de escuchar su nombre, saliendo de la boca del atractivo hombre, no podía pensar con claridad.

Apenas acabó, un líquido blanquecino y caliente, salió de su pene aún erecto. Lo limpió lo mejor que pudo y se apartó de allí.

Su rostro aún permanecía rojo y no quería que nadie lo viera. Tomó su ropa, se cambió y huyó del lugar. Comenzó a correr por los techos en medio de la noche, quería escapar y esconderse.

Se odiaba tanto por actuar así. Sí tuviera otro tipo de personalidad, quizás hubiera despertado al Séptimo y lo hubiera acompañado al hogar o habría tenido el valor de verlo a los ojos y decirle que...

-Kawaki... ¡espera!-
-no...-en tono suave.
-Kawaki... por favor, detente-

El chico no se animo a voltear. Había reconocido la voz del Séptimo y no quería confrontarlo, ¿qué podría decirle? Había sido descubierto...

La Distancia Entre NosotrosWhere stories live. Discover now