Yo No Me Enamoro

Capítulo 9

"Hay verdades que es mejor, estén ocultas y mentiras con engaños que jamás debieron serlo".

La semana había pasado exageradamente rápido, el sábado por la mañana Edrick tendría que dedicarse a estudiar, estaba harto y no llevaba tanto tiempo en clases. La noche anterior Idunn le había dicho que sus padres estaban organizando una refacción para conocer a su padre, él no quería tener tanta formalidad ante la "relación", pero eso era parte del juego que había impuesto Dick.

Trataba de convencerse que una vez su papá terminara la relación con su novia, las cosas entre él e Idunn terminarían. Mientras tanto, la castaña sólo pedía que Edrick se cansara de ser su novio, por una parte quería ser la "novia" que sus padres exigían que fuera y por otra, quería cansarlo para que él la dejara y no se viera como la culpable de no cumplir con el lapso de tiempo impuesto. Pero, ninguno de los dos estaba planeando terminar la relación, ni Edrick de dejar a Idunn, ni Dick dejando a su pareja.

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Salía de la ducha y el espejo reflejaba el cuerpo de un chico que cuidaba del mismo, él sabía que contaba con características físicas atractivas, podía ser considerado el chico más guapo, su padre siempre le había molestado con que llevara una novia a casa, incluso a veces tuvo una charla en confianza sobre su heterosexualidad. El hecho que no trajera novias a casa le causaba dudas a Dick, pero no, Edrick sí estaba interesado en las chicas, sólo que no encontraba a la persona que él considerara la adecuada o quien cumpliera con un nivel similar al que é poseía.

Ver de pequeño como su madre huía de casa con su amante, le había marcado la infancia, sabía que existían mujeres buenas, no lo dudaba, como claro ejemplo tenía a la madre de Max y de Cameron, ahora se incluía a Melissa. Pero su temor a que alguien llegara a su vida a destruir un sentimiento fuerte, que no a cualquiera se le puede dar, era más grande que el gusto que podía sentir hacia alguna chica. No quería darle a nadie el poder de destruir algo que él sabía, era valioso.

Esa soledad a la que su madre lo había condenado —Como decía él—, lo orilló al mundo de los videojuegos, así como la temporada en la que Dick se volvió un adicto al alcohol. Todas esas tardes, noches y hasta años, lo llevaron a volverse un crack de los juegos —Eso solían decir sus amigos—, aún mantenía relación con algunos de ellos, como lo eran Max y Cameron, pero estos eran más allá de simples amigos, sin embargo, su padre siempre repetía: "Llegará el momento en que todos tomen sus parejas, ¿y tú? Te podrás enamorar, pero no te estás dando esa oportunidad de conocer a la persona indicada, a la persona que corresponda a tu amor".

A sus cuarenta y dos años, Dick no era un hombre de avanzada edad, pero tenía palabras tan sabias en los momentos correctos, eso siempre se lo reconocía. Quizás se debía a su unión familiar a una edad temprana, al abandono de su esposa, la muerte de la misma y el hecho de tener que cuidar de un hijo, mientras se mataba trabajando para que el pequeño tuviera todo. Aquello permitía que Edrick sintiera gran admiración por ese hombre, le había enseñado muchas cosas y vaya que le habían servido, algunas más que otras. Su relación de padre e hijo, mezclada con la de amigos, causaba que a veces tuvieran roces y es que Dick era testarudo y con actitud jovial, que a veces solía desesperar al castaño y por lo mismo tenían problemas, los cuales se solucionaban más rápido que lo que dura destapar una cerveza.

Sus ojos en aquella tarde se veían de un tono gris, era como ver a Dick unos años más joven —No podía olvidar las imágenes de su padre, unos años atrás—, vaya que se parecían, en varios rasgos. En ocasiones parecía que veían a dos hermanos —Dick se aprovechaba de esto para poder obtener una conquista—, con la diferencia que uno tenía los ojos grises y el otro... su tono variaba mucho, podrían estar en un azul, casi celeste, para luego verse grises y de la nada, se cambiaban a un verde oscuro o musgo con tintes grises.