Capítulo 14: El consejo de una tía

302 27 21
                                    

— ¿Tú papá vendrá para tu cumpleaños? —pregunté a mi mejor amiga

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿Tú papá vendrá para tu cumpleaños? —pregunté a mi mejor amiga.

—Si, pero no creo que llegue para la fiesta. Por esa razón será la celebración dos días seguidos.

—Entiendo.

Estábamos en la clase de educación física, sudando y muriendo mientras trotábamos alrededor del campo de fútbol, pero obviamente eso no era un impedimento para ponernos a chismear durante la clase.

Si morimos, al menos morimos como lo que somos: chismosas.

La fiesta de Alex era este fin de semana, los meses habían pasado muy rápido. Así que ahora yo le estaba llenando de preguntas sobre cómo haría para controlar las cosas en su fiesta, había decidido hacerla en su casa, por la noche, invitando a todo el instituto prácticamente y con su mamá ahí.

Eso iba a ser un desastre.

—No te preocupes mucho, mi madre se va a la cama a las 9, además, cuando se queda dormida no hay ni terremoto que la despierte. Así que si quieres follar con Marcus y tienes miedo de que mi mamá te escuche, pues dudo que lo haga con la música a todo volumen y su sueño pesado.

Me puse roja al instante.

— ¡No te preguntaba por eso!

— ¿En serio?

La miré incrédula.

—Solo te lo decía porque invitaste mucha gente y sabes cómo son los adolescentes en las fiestas.

—No te preocupes, Em. Todo está bajo control.

Cuando el entrenador nos dijo que ya podíamos dejar de trotar, yo ya no sentía mis piernas. Junto con Alex nos acercamos a las gradas para tomar un poco de agua.

—Te juro que me estoy muriendo, de paso que me cargo el período y me duele todo —me dijo Alex.

—Pues el moverte ayuda a que te baje y no te duela tanto, en realidad —le expliqué.

—En este momento tú deberías decir «Pobre, Alex, el entrenador es un desconsiderado por obligarte a trotar con el período mientras él solo come y nos ve sufrir» Ese entrenador necesita más ejercicio que nosotros y no hace nada, solo manda.

—Alex, él no tiene la culpa de que estés en tus días, es tu nota y es su trabajo. Además, apuesto a que ya no duele tanto.

—Tener una mejor amiga que quiere ser médico al parecer ya no me funciona porque ya no me da la razón.

—Admite que estás siendo ridícula, amiga.

—Ridícula no, envidiosa, porque a ti nunca te he visto con el período durante una clase de educación física.

Me encogí de hombros restándole importancia.

Saqué mi móvil del bolso para revisar mis mensajes.


Déjà Vu [#3] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora