Kim Taehyung Mí Pequeño Pervertido

venite

El sonido vibrante del velador amarillo de la cocina era lo único que se escuchaba en el silencioso lugar.

El niño resentido y la joven entristecida parados en el umbral de la puerta no decían ni una sola palabra. El pequeño ansioso abrió sus finos labios y dijo....

   -M-mami?

   -Pequeño- susurro- Estás bien?

   -S-si, eso creo...

   -Mmm ... Bueno, solo vine por agua

   El jovencito se apresuró, tomó un vaso de la alacena y lo llenó de agua para Lhea. Ella lo recibió dándole las gracias.

   - M-mami yo en verdad lo siento, lo siento mucho- trato de no llorar pero en verdad estaba triste

   -Cariño, ven aquí- Abrió sus brazos y el  joven apresurado la abrazo para cargar su delgado cuerpo- No llores

  - Lo siento mucho mami- sorbió su nariz - Lamento no ser lo tu querías

  - Eres perfecto así, perdóname, no quiero que cambies- besaba su sien con ahínco - sólo tenía miedo

  - No debes tenerlo mami yo te amo y aceptaré todo lo que tú digas. Si tu quieres que pare con esto lo haré, incluso no entraré a tu habitación ni trataré de besarte.

   -Puedes volver a mi habitación, no puedo dormir si tu no estás ahí, extraño a mí pequeño ladrón de mantas.

  - Mami te amo tanto

  - También te amo Taehyung- apretó más el abrazo - Vamos a dormir

  - Si M-mami - le respondió a la chica que aún cargaba

  - Bájame- pidió riendo

  - N-no, voy a llevarte así

Y así se fueron juntos. Paso tras paso subía la escalera con cuidado de no caer. Llegando a la puerta, casi somnolientos

A Lhea le relajaba que Taehyung estuviera a su lado durmiendo plácidamente y a Taehyung le relajaba el aroma que el cuerpo de la joven desprendía que por cierto era un aroma a ropa limpia y a su perfume favorito.

 Tumbados en la cama durmieron hasta tarde. El señor Bang que había sido testigo de la situación, decidió no despertarlos y dejar que descansaran .

 Lhea era la que siempre despertaba primero pero debido al estrés durmió como un angelito, sin embargo el jovencito ya había despertado. Aunque ya se habían reconciliado él joven ojos tristes se hallaba pensativo y preocupado.

Le había prometido a Lhea que pararía con todo, pero estaba en una situación difícil, la joven dormida lucía increíblemente bella y se le hacía irresistible. 

Cómo todo joven adolescente siguió sus impulsos rompiendo la promesa que le hizo a Lhea. Cuando mojando sus labios presionó los suyos con los de ella dándole un efímero beso el cual no la despertó. Al menos es lo que él pensó, por qué cuando cerró sus ojos en el beso, Lhea entre abrió sus ojos y se dejó llevar, rompiendo su promesa también.

Ambos habían fallado, no resistieron ni un día, él prometió parar pero no quería y no lo iba a hacer.

Ella prometió ser fuerte, pero no lo era y no le importaba serlo. Ignorando todo, dejaron a sus corazones latir sin medir las consecuencias que conllevan sus actos.

-Mami te amo y voy a hacer que me ames como yo te amo a ti- susurro decidido

( Ya te estoy amando) Era lo ella pensaba