Veintinueve

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Los últimos copos de nieve del invierno caían sobre las ramas que permanecían sin hojas. Tan solo en dos días la primavera llegaría a ellos .

Entró sin golpear asombrado por el frío que hacía en la gris habitación del niño.
Llevando sus manos a la perilla, cierra la ventana y enciende la calefacción para climatizar el ambiente.

Un joven recién bañado salía del baño con un paño húmedo en sus manos, el cual con diligencia pasaba sobre los muebles dándole brillo y dejando así una habitación impoluta la cual lucía como nueva.

Asombrado por tal acción halago al joven y curioso preguntó.

- ¿A qué se debe este milagro?- Apretando sus labios para no reír

  - ¿A qué se debe este milagro? Lo dices como si jamás limpiará mí habitación- Indignado guardaba su ropa doblada en los estantes de su clóset.

  -Woow el baño también está limpio y huele realmente bien- Permanecía asombrado mirando como había ordenado cada producto en las gavetas del baño.

  -Ya deja de molestar debo terminar de limpiar todo, en cualquier momento llegará mami y esto tiene que estar limpio- Ahora Hoseok comprendía todo

-Ahh así que es por eso que estás así... Justo vengo a hablar contigo, de ti y Lhea- Dejo lo que hacía

-De mami? Que paso? No vendrá verdad?- Se estaba alterando, cómo era posible que tan solo un nombre hiciera que su estado cambiará tan drásticamente?

  - Si vendrá, por cierto, su vuelo ya llegó. Lo que quiero hablar contigo es otra cosa y espero que entiendas para poder evitar problemas futuros

  -Que problemas, hice algo?

  -De hacer hacer no. Pero debes tener mucho cuidado. No puedes besar a Lhea o tratarla de una manera distinta que no sea de hijo me explico?

  - Se más específico- Miro su rostro y vio confusión así que suspiro para explicarlo mejor.

- Presta atención Tae, prácticamente toda la gente que trabaja en la mansión sabe que tú y Lhea tienen una relación.- Sus ojos parecían salir de sus cuencas - Lhea ya habló con ellos para que de esta casa no saliera nada. Ahora debes poner de tu parte y hacer el esfuerzo de controlar tus impulsos

-E-esta bien me portare bien, no haré nada que perjudique a mami

-Bien, solo venía a eso. Tengo que ir a casa. Nos vemos mañana pequeño - Se despidió para luego salir.

Aún seguía sorprendido, hasta los empleados lo sabían. No podía ser más obvio?
Termino de limpiar el piso. Por qué como dijo Lhea, él mismo se encargaría de limpiar su habitación y de lavar su ropa.
Cómo todo niño obediente sacó de su estante la mochila. Prendió su laptop para hacer su tarea y pasar el resto del día con ella. Si tenía suerte sería recompensado.

Al llegar al último punto completo lo que solicita es la consigna y cerró con un suspiro frustrado. Habían pasado dos horas desde que Hoseok se había ido y su madre no aparecía.

Se sentó frente a la ventana con su mano en su mentón, su aliento hizo que el vidrio se empañara y en el dibujo un corazón.

               💜Lhea💜

El vuelo fue agotador, solo quería llegar a casa para quitarme este incómodo traje y estos malditos zapatos.

Las horas pasaron hasta que por fin pudimos bajar del avión. Sentía que mí niño me llamaba, por cinco minutos pude dormir solo para soñar con su rostro. Quería llegar ahora mismo a casa.

Al bajar fui a buscar mí maleta, mis piernas entumecidas temblaban con cada paso que daba. Aún así me apresure para salir de ese lugar.

El sonido de mis tacones era lo único que se escuchaba en el solitario estacionamiento. Ahí mí chófer me esperaba paciente.

Antes de ir a casa debía pasar por la empresa. Una vez ahí deje los documentos para luego ir a casa

Sentada en el asiento trasero cubría mis piernas con la manta que mí niño había dejado ahí. Olía rico, olía a él.

Mientras viajaba a casa me sentía en una nube, el andar del auto era tan relajante que llevar la manta hacía mí rostro para seguir sintiendo ese delicioso aroma.

Cosquillas en mí estómagos era lo que sentía. Mí pequeño estaba en su ventana mirando hacia la acera.

Baje descansa corriendo, corrí y corrí lo más rápido que pude. Di un grito llamando a ese niño el cual al sentir mí voz se asomo por el marco de la puerta.

De un salto llegue a sus labios colgando me de sus hombros.
Me sentía feliz, desesperada por llenar mí corazón de esa sensación que solo él causaba.

-Mami estás aquí- sonreía sobre mis labios.

-Si pequeño aquí estoy, he tardado verdad?

-Si fueron dos horas- Comía sus labios caminando con ella en brazos y con su pie cerró la puerta de su recién aseada habitación para acostarla  sobre su cama.



Kim Taehyung Mí Pequeño PervertidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora