❝ 𝐕𝐈𝐂𝐈𝐎. [ ─𝑴𝑨𝒀𝑳𝑶𝑹 ] ❞ ✓

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Hola:

Tanto tiempo ha pasado ya, no crees?
Y han pasado cosas que no te imaginas, y quizás no estés listo para saber.

Todavía no es el momento de que lo descubras, pero sólo quiero decirte que el dolor sigue ahí.
Que ese vacío que carcome, aún persiste en mi alma, en tu alma.

Sin embargo, mientras se nos está cayendo una parte de nuestra vida, ten por seguro que la otra mitad está más feliz que nunca, estable y llena de amor.

Por cierto, Charlie está precioso, cómo siempre [papá orgulloso] y aunque anda un poco rebelde, sigue siendo un niño adorable y tierno.

Roger y Duff ya habían llegado a la feria, y llevaban un rato ahí mismo.

Habían pasado al rededor de 2 horas de un juego a otro, divirtiéndose y gritando hasta quedarse sin voz, el rostro de ambos estaba sonrojado por la adrenalina y la emoción que sentían, sus cabellos estaban desordenados y tenían los bordes de sus pantalones un poco sucios de tierra.

Parecían dos niños pequeños despreocupados y alegres, divirtiéndose por todos lados sin importarles lo imprudentes o escandalosos que parecieran.

── Duff... ven... vamos acá ─Dijo entre carcajadas que le quitaban el aire. Acababan de bajar de la montaña rusa, dónde se animaron a subir a pesar de tenerle fobia a las alturas. Y ahora procedían a ir a las canastitas giratorias.

── No Rog, voy a vomitar. ─Exclamó divertido mientras se recargaba en sus rodillas, recobrando el aire y energías.

── Anda, por favor! ─Exclamó mirando hacia los juegos que deseaba subirse.

El alto no pudo negarse al ver cómo brillaban los ojos del rubio ante las deslumbrantes luces reflejando en ellos, y la emoción que transmitía.

── Bien, vamos. ─Le sonrío y tomó su mano, ambos corriendo hacia las canastitas giratorias, una ronda ya había terminado y podrían subir.

Escogieron la indicada y subieron ambos, sentándose juntos.
Roger decidió subir sus piernas encima de las de Duff, luego aferrándose a su brazo.

El alto lo abrazó un tanto sonrojado y nervioso, acercándolo más a él.

Finalmente el juego empezó y estaban de un lado para el otro, dando vueltas sin detenerse.

Se oían los gritos y risas de muchas personas, pero para Duff sólo existía la voz de Roger, quién apretaba sus ojos y lo abrazaba con fuerza, riendo a carcajadas.

Se veía precioso incluso estando asustado.

El más alto levantó un poco el rostro de Roger, quién confundido lo volteó a ver, aún riendo.

Se veía precioso con sus ojos entre cerrados debido a la amplia y linda sonrisa que sus labios poseían.

Se miraron por unos largos segundo hasta que el más pequeño decidió cortar la distancia con un beso profundo, tomándolo por su nuca para acercarlo más a él.

Se abrazaron para no caer y para unir más sus cuerpos, reviviendo la ocasión en la que se besaron por primera vez, en esa misma feria, en ese mismo juego, en su primera cita.

Ya no sabían si las mariposas en sus estómagos era por la emoción o por el juego que les estaba revolviendo hasta los pensamientos.

El juego se detuvo y segundos después ellos se alejaron de los labios del otro, mirándose otra vez a los ojos.

── Vamos al carro. ─Susurró Roger, a lo que el otro rubio asintió de inmediato y bajaron del juego casi corriendo.

El de ojos azules tenía de la mano al otro y era quien iba corriendo delante hasta llegar al carro en el que venían, que por cierto ya estaba bastante solo pues los demás autos ya se habían ido.