❝ 𝐕𝐈𝐂𝐈𝐎. [ ─𝑴𝑨𝒀𝑳𝑶𝑹 ] ❞ ✓

×32×

Hola:
Bien, hoy me sentí con motivación para escribir una carta más. Así que aquí estoy.
Charlie está dormido, lo que significa que la casa está en silencio y puedo por fin tener un poco de privacidad.
Amo estar con mi bebito, pero a veces necesito unos segundos para mí mismo.
Como sea, comenzaré con esta carta de una vez.

El cuerpo de Roger temblaba ligeramente, el sintió el momento en el que sus mismos barazos envolvieron su cuerpo, tratando de controlar el frío.

No podía despertar. Sabia que estaba dormido, pero no podía abrir los ojos, su cuerpo no se lo permitía.
Se acurrucó más entre la cama, intentando inútilmente encontrar un espacio que le diera calor.

Hasta que la imagen en negro en su mente se convirtió ahora en un recuerdo.

—∆××××∆—

Era la cena de navidad. Winifred se encontraba de un lado al otro en la cocina, Clare jugando con Freddie y Michael hablando con sus amigos. Lamentablemente Roger cometió un pequeño accidente. Tiró una copa de vino, manchando la alfombra y rompiendo en pequeños pedazos el cristal. Estaba en su habitación, regañado y sin poder bajar en un buen rato.

Estaba el solo, en su cuarto, jugando con sus pequeños carritos.
Con no más de 10 años de edad.

Completamente entretenido inventando historias fascinantes, dándoles vida a sus momentos de juego.

Pero se distrajo rápidamente al ver un hombre entrar a su cuarto.

No era Michael, el se encontraba en el piso de abajo.

A pesar de que aquel hombre tenía puesto un elegante traje que remarcaba la figura de su cuerpo, tampoco era Peter.

Y era de reconocer el buen y conservado cuerpo de Peter, a distancia se notaba lo voluminoso y enorme que este era. Pero no, no era el.

Michael se comenzaba a molestar con Peter y de a poco le prohibía ver a Winifred, Clare y Roger. Así que el ni siquiera estaba en casa.

En el sueño Roger no le podía ver la cara. Sabia que era alguien a quien conocía, sabía que era un familiar. Pero no le podía mirar a los ojos.

- Hola Rog... -Susurró desafiante aquel hombre.

- Hola tío! -Le contestó con una sonrisa.

- Que haces aquí, eh? Deberías estar abajo!

- Rompí una copa de vino y mi mamá me regañó y me pidió que me quedara aquí -Respondió triste, bajando su mirada aún más.

- Así que te portaste mal, eh?

- Creo que sí...

- Sabes que se le hace a los niños que hacen cosas malas?

- No, que!? -Preguntó con miedo pero a la vez con intriga.

- Se les castiga...

- Oh... Y crees que mi mamá me vaya a casatigar? ¡No quiero que me quite mis carritos!

- Tal vez Winifred no te castigue, pero... Yo lo haré -Contestó firme. Provocándole un escalofrío al pequeñín.

- Como? Me vas a pegar? -Preguntó con voz temerosa.

- Tal vez... Ahora, levántate del piso y ven aquí. -Dijo mientras se sentaba en la cama y señalaba su regazo. Roger obedeció. Pronto el rubio se sentó dónde le indicó.