𝑃𝑟𝑖𝑚𝑒𝑟𝑎 𝑣𝑒𝑧 𝑑𝑢𝑟𝑚𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑗𝑢𝑛𝑡𝑜𝑠

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Sero todavía podía recordar cómo Aizawa les había regañado esa mañana, antes de mostrar los dormitorios. Sus compañeros parecían estar todavía algo afectados por lo que había pasado, y lo confirmó cuando por casualidad, vio a Tsuyu llorar fuera de los dormitorios.

No quiso salir para no interrumpir el momento; había cruzado un par de palabras con Todoroki, que no parecía enfadado, pero trató de olvidar el tema lomás pronto posible. Sin embargo, estando a solas en su cuarto, le era difícil no pensar en la situación en la que habían estado sus amigos.

Dio un respingo al escuchar toques en su puerta. Se levantó y encendió la luz antes de abrirla, encontrando a Kaminari allí parado, con su pijama puesto y comiendo galletas que seguramente Sato había dejado en la cocina.

—¿Te he despertado? No tengo sueño y me aburro.

—No... pasa, tranquilo —se hizo a un lado para que entrase, y cerró tras él.

Kaminari fue directo a sentarse en la cama, ofreciéndole también a Sero comer algunas galletas, y este tomó una, sentándose a su lado. Podía ver que el rubio parecía inquieto, como si ocurriese algo que no pudiese explicar.

—¿Tuviste alguna pesadilla? —decidió preguntar por fin, y Kaminari negó.

—Suelo quedarme hasta tarde viendo la televisión, aquí no puedo hacerlo. No he dormido fuera de casa en mucho tiempo... Además a mis padres no les hizo gracia lo de los dormitorios, querían que dejase U.A.

—Es normal... a los míos les preocupó también la situación. Pero vamos a ser héroes, Kaminari, no podemos tener miedo a unos villanos —intentó sonar seguro, y aunque pensó que no lo había conseguido, el contrario sonrió levemente.

—Tienes razón.

Se quedaron en silencio, tomando las galletas que el rubio había cogido. Sero no sabía qué decirle; no tenían con qué jugar en ese momento, lo único que les quedaba era hablar. Pero no parecía que su amigo quisiese hacerlo.

—Si quieres... puedes quedarte esta noche. Ya es muy tarde y si te pillan fuera de tu cuarto van a castigarte. Además si no puedes dormir, al menos no estarás solo.

Le miró esperando una respuesta. Denki parecía estar en su mundo, pero asintió lentamente y se acostó en la cama de su amigo, mientras el pelinegro se levantaba para apagar la luz del cuarto.

Una vez lo hizo, vio que el cabello de su amigo se iluminaba y suspiró, se le había olvidado ese detalle de Kaminari. Se acostó junto a él, dándole la espalda, y cerró los ojos para poder dormir.

—Sero... ¿crees que tengamos que hacer frente a Shigaraki? —se dio la vuelta para encontrarse a Denki mirándole.

—Sí... creo que sí. Dudo que los héroes profesionales puedan hacerse cargo solos —vio que apretaba un poco las sábanas, e intentó calmarle—. Pero no tendremos que verle de frente, los adultos se encargarán. Nosotros solo seremos un apoyo.

Kaminari parecía no estar del todo seguro, pero asintió cerrando los ojos por fin. Sero, en cambio, se quedó un momento viendo a su amigo; ¿tenía miedo del futuro? Parecía ser así. Sin embargo, quería creer que ellos no tendrían que enfrentarse a ningún villano de alto nivel. Solo eran adolescentes.

Nuestras primeras veces | SerokamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora