𝑃𝑟𝑖𝑚𝑒𝑟 𝑎𝑏𝑟𝑎𝑧𝑜

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Todavía recordaba el día que les anunciaron la pelea que se aproximaba contra la liga de villanos. Tenía grabada en su mente la cara de Aizawa, que parecía no querer que fuesen al campo de batalla. Nunca se habían enfrentado a algo así, hasta el momento todo había sido tranquilo. Sin embargo, cuando finalmente llegó el día y se pusieron sus trajes de héroe, notó un nudo en el estómago. Algo saldría mal, terriblemente mal. Y no le gustaba tener ese presentimiento

Miró a sus compañeros, algunos estarían en primera línea y otros en la retaguardia, como apoyo. Por su kosei le habían ubicado en la retaguardia, pero Kaminari no había tenido esa suerte. Estaba en primera línea de combate, sería de los pocos estudiantes que iba a enfrentarse cara a cara con los villanos, o al menos de los primeros.

—Tengo que irme por allí... —Kaminari le dijo, específicamente a él, con un hilo de voz. Sero pudo notar lo pálido que se encontraba el rostro de su amigo y la duda en sus movimientos.

—Denks, oye, ahm... —tomó aire, tratando de parecer más seguro—. Todo estará bien. —Fue lo único que consiguió decirle, posando una mano sobre el hombro del rubio, y pensando en miles de otras cosas que podría haberle dicho. Pero no lo hizo.

—Sí, estoy seguro —Kaminari pareció titubear, y le sonrió débilmente antes de alejarse de allí con Tokoyami.

Sero se arrepintió de no decirle algo más, no quería creer que alguno fuese a caer, pero existía la posibilidad. Abrazó su casco, quedándose al lado de Jirou por si ella podía percibir algo de lo que ocurriese en la primera línea, pero por un angustioso rato no supieron nada.

—Ha empezado.

De un momento a otro, Kyoka se tensó y entonces Sero sintió que su alma definitivamente se iba de su cuerpo. Ya habían empezado, eso era real y Denki ya debía estar peleando. Estaba atento a cualquier comentario, pero la chica se mantenía en silencio, escuchando.

Sin embargo, no tuvieron mucho tiempo para poder estar allí sentados. Pronto los villanos empezaron a llegar hasta donde estaban ellos, y Sero tuvo que dejar de pensar en Kaminari. No podía creer que ya estuviesen en la retaguardia, la primera línea tendría que haber aguantado más.

Estaba ocupado con un villano, cuando notó que Fatgum volvía con ellos. Entonces le vio, y todo su cuerpo se destensó. Kaminari estaba bien, pronto fue soltado junto a otros más en el suelo, y a pesar de que no pudo decirle nada por la distancia en la que estaban y la situación, se quedó tranquilo.

La batalla fue de todo menos fácil. De milagro no resultó gravemente herido, porque pudo apartarse de los escombros que estaban cayendo. Pronto dijeron que ya había terminado, y cayó al suelo rendido.

—Kaminari... y los demás —miró a su alrededor, y vio que varios héroes iban a los escombros. Al parecer había profesionales que resultaron heridos por ellos.

Fue corriendo para poder ayudar, aunque le extrañó ver allí a Sato y Shoji, algo desesperados. Se acercó a ellos, y entonces se puso blanco. Kaminari estaba inconsciente, con una grave herida en la cabeza, y con parte del cuerpo bajo escombros.

—¡Gigantomachia le dio en la cabeza, está grave! —Entre los tres, pudieron quitar el escombro y Shoji tomó en brazos a Denki para llevárselo.

Estaba cubierto de sangre, y Sero sintió que podría echarse a llorar en ese momento. Pero no le permitieron ir con su amigo, porque debía ayudar a sacar al resto de héroes de los escombros.

 Pero no le permitieron ir con su amigo, porque debía ayudar a sacar al resto de héroes de los escombros

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Pasó todos los días después de la batalla alternándose entre la habitación de su amigo y la de Bakugo. Los médicos dijeron que por suerte, Kaminari se recuperaría sin problemas. Se había roto algunos huesos y la brecha de su cabeza había sido lo más grave, pero, según mencionaron, se repondría por completo.

Hanta se quedaba tal vez horas viéndole dormir, fijándose cómo el suero que le inyectaban bajaba lentamente. No había despertado todavía, pero lo haría pronto. Jirou y Yaoyorozu se habían quedado junto a él la mayoría del tiempo, y de vez en cuando otros compañeros entraban para informar cómo iban los demás.

—Se mueve. —En el momento en que vio a su amigo hacer un mínimo movimiento, se levantó corriendo del sofá para ver con alivio que abría los ojos.

—Es como si me hubiesen aplastado... Joder, maldito gigante —empezó a quejarse dolorido, y Hanta suspiró a su lado.

Momo y Kyoka salieron de la habitación para decirles a todos que Denki ya había abierto los ojos, mientras Sero se quedaba junto a él. Dudó un momento antes de abrazarle, Kaminari tenía una pierna completamente escayolada y contusiones, pero necesitaba hacerlo.

Le abrazó conteniendo las ganas de llorar, y notó que a duras penas, Denki correspondía el contacto. No dijo nada, no sentía que hiciese falta, y Kaminari tampoco pronunció una sola palabra.

—Te dije que todo saldría bien. —Sero se aferró aún más a su camiseta, y notó que Kaminari también apretaba un poco más el agarre.

—Te lo prometo, Han... No volverá a pasar.

Nuestras primeras veces | SerokamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora