🍒Epílogo🍒

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Amenecer todos los días al lado de SooBin se sentía como una bendición, inclusive después de todos estos años. Unos ajetreados años.

Después de graduarme de la universidad, casarme y mudarme con SooBin, había sentido mi vida ir a las carreras. No había día que no lo sintiera como un maratón, algo inexplicable ciertamente pues solo eramos nosotros dos.

Solo nosotros dos.

Que hermosa oración; Tan perfecta como lo fue y tan rápido que terminó de ser.

—En la buenas y en las malas hyung —me recordó— En las buenas y en las malas.

Rodé los ojos con un ligero fastidio, después de todo eran las 3 am y a nuestra bebé se le oía llorar por el monitor.

Hace un año que había llegado a nuestras vidas.

Al menos ya teníamos razones para ir a las carreras todo el tiempo.

Suspiré y levanté mi flojo cuerpo de la cama pues parecía que nada la iba detener, mientras iba en camino a su habitación me hacía afirmaciones que este tipo de situación eran los beneficios de ser un padre de familia y no algo por lo cual me voy a arrepentir en seis horas cuando esté en la oficina y ni siquiera mi tercera taza de café pueda despertarme.

Hablando de lo laboral, era de gran orgullo mencionar que por fin había conseguido el trabajo de mi sueños y lo mejor de todo era que no parecía deterse. Tener una marca propia de ropa parecía cada vez más cerca.

Todo parecía marchar a la perfección; tenía al mejor esposo del mundo, tenía una preciosa bebé, mis amigos eran los mejores y me llenaba de orgullo verlos evolucionar y lograr sus sueños y metas, el trabajo era espectacular. Mi vida se había tornado en más de lo que algún día pude imaginar.

Había logrado tener mi propia familia.

Eso era algo que jamás en mi vida había podido ver venir.
Incluso en los momentos malos,estaban para mí.

SooBin, él se había convertido en una persona tan, pero tan importante que hoy más que nunca no sabría que hacer sin él. Nuestro amor parecía nunca detenerse, creí que esa emoción en mi pecho, el cosquilleo en mi estómago y la explosión de sentimientos en mi corazón eran solo cosas de adolescentes enamorados. Me doy cuenta que puede durar toda la vida y esperaba eso con ansías.

Tal como su madre me lo dijo alguna vez, nuestro amor cambió y maduró como nosotros. Tan perfecto.

Incluso en momentos que no lo eran, como aquélla vez que recibí una extraña llamada mientras comíamos la cena.

—¿Quién era, cariño? —me preguntó con curiosidad mientras con una mano le daba de comer a nuestra hija y con la otra trataba de darse de comer a si mismo.

Miles de veces aquello me parecía tierno, pero esa vez simplemente lo omití.

Sin aliento había vuelto a mi lugar, totalmente consternado por la noticia que mis oídos había captado.
SooBin me miró con preocupación.

—¿Todo bien, Junnie? ¿Quién era? —dejó todo de lado, la bebé no le importaba mucho pues se puso a jugar con las pequeñas migajas en su mesita.

—Era mi tía —hablé sobre un hilo de voz— Mi padre... Él falleció.

Noté como sus ojos se abrieron en sorpresa, no pasó ni medio segundo cuando sentí sus abrazos tomarme entre ellos y de su boca oir palabras de consuelo.

Sin embargo yo no me había movido ni un centímetro ni derramado alguna lágrima. Simplemente me sentía extraño.

Incluso hasta aliviado.

Roller Coaster |SooJun|Where stories live. Discover now