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ALEX

Todo comenzó así, desafortunadamente así, podría decir que una linda historia es merecedora de un buen comienzo y un final feliz pero no, nadie dijo que esto es una linda historia, y si lo fuera nunca tuvo un buen comienzo ni un final felíz...

Y fue todo con aquel incidente, aquel hecho que me marcó tanto en la vida.

Si les hablara de mi mismo solo podría decirle que nada es lo necesario para conocerme porque cuando creas haberme conocido te darás cuenta de que no me conoces, esto es solo una máscara, un fragmento de mi.

(***)

Llovía, demasiado fuerte para ser normal en Heald, nunca había Sido un pueblo en el que las lluvias fueran muy frecuentes o abundantes. Era hoy, domingo 22 de julio de 2021.

La noche caía por cada segundo que pasaba. Cada vez más oscura y más hermosa, de hecho si, el cielo tenía uno de esos tonos entre naranja, rojo, negro y hasta azul. Por lo que miraba fijamente, plácidamente y mil adverbios para poder expresarte que todo lo relacionado a la naturaleza, era uno de mis mayores hobbies.

Todo me estaba viniendo de frente, todo desde que mis padres se separaron. Llevaban semanas desde que mi mamá decidió irse de viaje y no había vuelto. La depresión y la ansiedad se habían vuelto mis mejores amigos.

Por lo que mayormente me quedaba en blanco, neutro y en el vacío, sin pensar, ahí muriéndome. Pero me había adaptado a mi inestabilidad.

La persona junto a mi tose para hacerme recodar que aún seguía ahí, sacándome de mis pensamientos y volviendo la vista hacia el pelinegro.

—Porfa hazme caso que es importante— se quejó mi amigo algo molesto.

—Te estaba oyendo- mentí un poco pero al ver la cara que puso inmediatamente agregué—: ¿Haber que decías?

—Esta chica, me invitó a salir. ¿Cómo era que se llamaba?- pensó —¿Laura... Lara...?

—Liara— respondí torciendo los ojos.

—Si esa, ¿no se, crees que debería...?— dejó la frase en el aire, suponiendo que yo sabía cómo continuaba.

—Si me preguntas, no se que decirte, es que todos los días andas con una diferente pero nunca quieres nada— respondí como siempre.

—Solo es un momento de lujo que prefiero disfrutar con personas diferentes.— se quejó

—Eso es lo que dicen todos los mujeriegos.

Le di mala cara como siempre y volví a mirar como las gotas caían por el ventanal de cristal centrnadome en eso.

—¿Sabes? La escuela comenzará pronto— sacó el tema del aire pero está vez no lo miré.

—Si, claro

—Deberíamos aprovechar nuestras vacaciones, sabes, el tercer año no es tan fácil.

—No tengo nada que hacer— respondí cortante.

—Yo aún si, casi cumplimos 18, ya no somos niños y no quiero crecer. Podríamos ser niños por más tiempos, hasta que estemos listos, hacer travesuras como ellos, creo que de eso era lo único de que me preocuparía yo.

—Siempre lo eres, serás prácticamente mayor, pero mentalmente eres un niño, casi siempre...

Un sonido, una llamada, un teléfono y un padre. Interrumpieron mis palabras, de inmediato contesté.

—¿Alex, dónde estás?- preguntó

—Estoy con Alex, en el... Stock. ¿Por qué?

—Esperame y te busco— dijo antes de cortar la llamada. Solo le devolví la mirada a Leo y me quejé:

HASTA QUE TE VAYAS (Resubiendo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora