HASTA QUE TE VAYAS (Resubiendo)

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ALEX

Esto no era verdad supongo y esto era mentira que estaba pasando.

No entiendo las razones del porqué o como pasó, pero yo solo lo ví, lo ví con mis malditos ojos y no podía creer que algo tan obvio como lo que estaba sucediendo era verdad.

No podía pensar en otra cosa que no fuera en la traición que me había hecho, lo se, se qué no me debía ningún derecho a ser fiel a un algo que nunca existió.

Pero... Dios que sea más indiscreta

Mi cabeza ardía por lo que estaba sucediendo.

Hace un par de horas había llamado a Sabrina diciendo que si quería salir conmigo pero ella me rechazó rotundamente diciendo que ya tenía planes.

No dije más nada, ni mucho menos insistí, y bueno ya no iba a salir, pero Leo me convenció de que sí lo hiciera, que nuestra vida no depende del todo de una mujer, así que no tenía más que seguirle la corriente.

Llegamos a la nueva discoteca, después del gran evento de Leo, todo fluyó como estuvo planeado.

De Jota. Así le habían puesto no se el porqué pero Leo ganaba una gran parte solo por asístir a estas fiestas cada viernes. El me propuso que podría conseguirme un trabajo aquí, y yo le dije que lo pensaría.

Al entrar, todo  tenía un gran aire fiestero, algo sin límites y con buenas ofertas, o eso es lo que pensé.

La fiesta iba sin altas. Solo gente en sus cosas, Leo lo había perdido hace un rato por lo que estaba solo y me había sentado en la barra. Pedí un trago.

Miré en dirección de todos lados pero no vi nada qué me interesara.

El bartender me dio un trago de licor, en lo que me propuse a irme, vi a Sabrina. Pensé en ir donde estaba ella. Me levanté de la silla y cuando dí dos pasos observé que andaba muy cariñosa con un chico. Entonces me dí cuenta que no me querría ir, sería muy incómodo y ella ya me dijo que tenía planes al parecer con este chico y no quería interrumpir.

Ella estába hermosa, como siempre, he podido demostrar que cualquier cosa en ella le queda bien. Iba de vestido negro, y su cabello recogido en una cola.
Pero en mi cabeza había una pizca de celos y de dolor porque pude pensar que ese chico pusiera haber sido yo.

Simplemente decidí no mirarla más. Decidí quedarme aquí. Y me dije a mi mismo que de seguro era su primo, hermano o incluso su mejor amigo pero que más no eran.
Volví a sentarme en la barra.

—¿Alex, no?— preguntó el chico dentro de la barra que era mayor que yo por cinco años u algo así.

Asentí

—¿Y tú?— le di una sonrisa de labios cerrados como saludo, el tiempo en que pedí la bebida no habíamos hablado pero en este momento, el había notado como había cambiado de parecer al volver a sentarme.

—Ethan.

—¿Cómo sabes mi nombre eh?— pregunté, intenté no sonar frío o cortante pero no pude evitarlo.

—Bueno, todos sabemos de ti por Leo. Él está buscandobun sitio donde ponerte, ¿estás interesado en trabajar aquí?

—Le dije que lo pensaría pero aún no se.
En realidad si me hacía bien, tenía mucho tiempo libre últimamente. Y debía ocuparme un poco.

—En la barra, me falta uno, ¿tal vez te interese este puesto de trabajo?

Lo pensé, no sería mala idea después de todo, me haría falta también ganarme una buena pasta, a pesar de vivir en la casa de los Wilson no podía vivir a cuesta de ellos.