Capítulo veintidós

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   Abrió la puerta sin prestar atención, sin prepararse para atacar o incluso para poder defenderse de buena manera. Owen, que había ido por más comida para Akira, terminó en el suelo gracias a ella: piernas y brazos estaban entrelazados, ambos rostros permanecían a centímetros del otro y las respiraciones aceleradas se mezclaban sin parar. Una patada la hizo retroceder, y soltándolo para poder recuperarse, le dio la oportunidad de dañarla, pero por alguna razón que él no lograba explicar, no resultó ser así.

   Esquivó un golpe, se aleja de sus patadas, intentó hablarle en vez de solo lanzar maldiciones, pero al recordar que ella no entendía su idioma ni él el suyo, gruñó de rabia. Akira, entendiendo esto como una advertencia, tomó sus brazos con rapidez y trató de herir su abdomen con su rodilla, pero el moreno tuvo otros planes al tomarla y rodearla con sus brazos. Sus narices se tocaron, y solo por un segundo, Owen pudo volver a ver ese brillo característico que ella tenía en la mirada, pudo volver a sentir su corazón latiente, pero esa normalidad duró muy poco, ya que ella toma su frente y la estampa contra la suya, haciendo que el joven se desoriente hasta caer al suelo.

   El alien tiene la certeza de que la muchacha trae el chip, y aunque no pueda comprobarlo, sabe que es cierto. Se levanta del suelo, y sintiendo una especie de vaivén en su cabeza, camina en su dirección. Ella no se inmuta, ni siquiera mueve un dedo: la manipulación hace que sus ojos se achiquen, que su cabello rojizo se pegue a sus sienes y que sus fosas nasales se abran a cada segundo. No era la misma, ni tampoco se veía como la misma.

    Una navaja es abierta a las espaldas de Owen, y tragando saliva, se mantiene quieto a unos centímetros de Akira. Su pecho arde de indignación, y prometiéndose hablar de ese asunto con Samuel, abraza el cuello de la chica con rapidez, la pone contra su pecho y, susurrando un "lo siento" en su odio, hace una pequeña incisión en su nuca. La japonesa grita y lanza puñetazos contra sus costillas, e intentando alejarse, solo logra que él la jale de la coleta para retenerla. Owen mete sus dedos debajo de la piel, y buscando esa cosa destructora, hace que Akira chille y suelte lágrimas de impotencia.

   Un suspiro de alivio sale de la boca del chico cuando el rectángulo es encontrado, y sacando el metal, termina con los dedos llenos de sangre roja y con ella desmayada en sus brazos. Una caricia temblorosa es esparcida por él, y palpando esos labios finos pero suaves, se propone protegerla de lo que sí puede llegar a ponerla en peligro.

    Los invitó a pasar luego de encontrarse con ellos en el porche, y tanteando las paredes que en un tiempo la hicieron sentir a salvo, Catherine se sienta para luego alisar la falda larga que llevaba ese día

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    Los invitó a pasar luego de encontrarse con ellos en el porche, y tanteando las paredes que en un tiempo la hicieron sentir a salvo, Catherine se sienta para luego alisar la falda larga que llevaba ese día. Las explicaciones que nunca habían salido de su boca le quemaban la garganta, y carraspeando un poco, empezó a hablar:

—No esperaba encontrarlos aquí.

—Nosotros tampoco— dijo Ricardo, el padre de Julia.

—¿Dónde están nuestros hijos? Primero pensábamos que en un lugar de la luna, contigo, pero ahora resulta que están del otro lado del mundo— rechista el papa de Peter, Conall.

Luna de Hielo [Saga Moons #2] {➕}Where stories live. Discover now