XXI

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No recordaba mucho de lo que había pasado al final de la entrevista.

Solo recuerda que de un momento a otro se sintió mal y Aizawa lo tuvo que sacar arrastrando del escenario. Al siguiente día fue la coronación del tributo, evento el cual realizaba el mismísimo All for One. Después de saber la verdad y comprobar que sus teorías eran ciertas, no podía evitar sentir repulsión al estar frente a él. Solo al verlo deseaba asesinarlo con sus propias manos y decirle que todo su gobierno era una mierda. Pero no, lo único que hizo fue decirle el típico "gracias" y nada más. Y eso porque el gracias se tiene que decir por tradición.

No pasó mucho tiempo para que Izuku regresara a su Distrito junto a Midnight y Aizawa. En el tren —ahora en un silencio sepulcral por la muerte de Uraraka—, se encontraba Midoriya leyendo unos cuantos cuadernos y apuntes de Katsuki sobre el japonés.

Eso es algo muy curioso de contar, a decir verdad. Luego de que la familia de Bakugo se enterara que no ganó los Juegos, decidió eliminarlo completamente de su linaje. Ni siquiera reclamaron su cuerpo, cosa que dejó desconcertadas a muchas personas. A causa de esto el de pecas decidió reclamarlo, haciéndose pasar por su pareja fue todo muy fácil.

Así que ahí estaba, de nuevo en el tren, tratando de aprender algo de japonés porque ahora tenía todo el tiempo del mundo para hacerlo. De ratos dejaba de leer y pensaba en lo ocurrido en la entrevista y en Shigaraki, que, después de estar horas pensando y aclarando la verdad, llegó a una simple conclusión.

All for One infiltró a los Juegos a su sobrino, para así no atacar directamente al portador, sino atacar a la gente que apreciaba. En un inicio iba a ser solo Uraraka, pero, al ver el lazo que el chico estaba formando con Katsuki, decidió asesinarlo también a él, aunque eso representaría una gran perdida económica para el Capitolio, ya que la familia Bakugo pagaba una fuerte suma de dinero para hacer lo posible por que sus tributos ganaran.

— ¿Estás bien? — preguntó Aizawa, interrumpiendo los pensamientos del menor.

— Un poco.

Midoriya no había salido de ese vagón desde que subieron al tren. A su parecer era el vagón más bonito: Los grandes ventanales que remplazaban el techo hacía el viaje muy ameno. Mirar el cielo lo tranquilizaba demasiado.

— ¿Qué estás haciendo?

— Leyendo las notas de japonés de Kacchan.

— ¿Se puede saber por qué le llamas Kacchan? — preguntó el mayor. — Dímelo solo si quieres, no quiero que te sientas presionado.

Izuku se talló la cara en un intento de despejar sus pensamientos. Rápidamente le contó sobre las pequeñas terminaciones de las palabras y Aizawa parecía entender todo, ya que solo asentía una y otra vez.

— En verdad lo querías, ¿Cierto?

— Lo amaba.

— Yo también amaba a Shirakumo.

A Izuku le vino el recuerdo a la mente de la plática que habían tenido días antes de los Juegos, donde Aizawa dijo algo sobre no hacer alianzas ni involucrar sentimientos en la arena.

— Debí de hacerte caso cuando dijiste que no debíamos de hacer alianzas en los Juegos.

— ¿Por qué lo dices?

— Si no lo hubiera conocido, probablemente yo estuviera muerto y no estuviera sintiendo todo esto que estoy sintiendo justo ahora. — Shota pudo escuchar como se le fue la voz durante un momento, haciendo al niño lagrimear de nuevo.

— Hey, calma. — contestó el mayor mientras lo abrazaba. — Los sentimientos valen la pena, aun cuando estos duelen.

Midoriya se separó de Aizawa y se giró sobre si mismo para poder apreciar el techo de cristal de nuevo. Su mentor entendió que necesitaba estar solo y salió de aquel vagón. El pecoso lloró otro poco, sus ojos ya dolían de tanto llorar, pero le habían arrebatado al amor de su vida y a su mejor amiga, no podía hacer menos.

***

— ¿Cuándo y dónde será el entierro de Ochako? — preguntó Midnight.

Esas palabras aún dolían. El trio estaba ya en el Distrito 11, reunidos alrededor de la chimenea que se encontraba en la nueva casa de Izuku, en la aldea de los vencedores.

— No lo sé. ¿Mañana, podría ser? — propuso Izuku.

— Me parece bien. Contrataré servicio de funeraria, y-

— Midnight, aquí no existe eso. — dijo el hombre adulto. — Aquí no es igual al Capitolio.

— Quiero que sea algo sencillo, algo familiar. — dijo Midoriya.

Nadie más en la sala dijo nada después de las palabras de Izuku. Lo había dejado todo bien claro, no quería que se corriera la voz.

El entierro terminó siendo a la mañana siguiente. Estaban presentes solo Inko, Aizawa, Midnight e Izuku. Fue en la colina de amapolas rojas donde ellos dos solían pasar sus tardes, platicando y riendo de cualquier cosa. Midoriya no podía evitar soltar lágrimas mientras con la pala cubría el cuerpo de su mejor amiga de tierra, tanto así que Aizawa se ofreció a tomar su lugar para que no fuera una experiencia más dolorosa de lo que tendría que ser.

El de Bakugo fue después de dos días. Izuku no se podía decidir en donde enterrarlo: En la misma colina que a Uararaka o en cualquier otro lugar, pero al final terminó decidiéndose por la colina.

Fue incluso mucho más doloroso que el de Ochako. Todo el entierro lo tuvo que realizar Aizawa ya que Midoriya era incapaz de dejar de llorar en el hombro de su madre. Le había contado todo acerca de ese chico al llegar al Distrito, incluyendo desde cómo se conocieron hasta las lindas palabras que se dedicaban el uno al otro.

Cada que miraba las amapolas rojas se acordaba de como su amado había muerto desangrado en sus brazos, pero aun así decidió denominar esas flores su especie favorita.

La gira del vencedor duró mucho menos de lo que se imaginaba. Al día siguiente del entierro de Katsuki partieron a la gira por cada Distrito, donde le daban regalos, joyas, y todo tipo de riquezas. Para Izuku eran riquezas vacías. Casi todo era vacío después de mirar la vida como la veía Bakugo.

Le contó a su madre sobre el como se enteró del poder de su padre y las consecuencias que había tenido. Ella le confirmó todo, haciéndole incluso revivir los sentimientos de defraudación que tenía desde antes de los Juegos.

Ahora vivía en la aldea de los Vencedores, rodeado de todas las comodidades que en algún momento se pudo imaginar. Pero todos los lujos eran en vano si no los podía compartir con el eterno amor de su vida, Kacchan.

𝚑𝚞𝚗𝚐𝚎𝚛 𝚐𝚊𝚖𝚎𝚜 - 𝚋𝚗𝚑𝚊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora