『10』

1.5K 219 18
                                    

El cuchillo se clavó en su hombro. Tambaleó y casi cae sobre el mar de fragmentos de cristal que inundan el suelo.

Mirando a su alrededor, vió la trampa, que permitió que la daga fuera lanzada.

Se abstuvo de sacar la hoja para no agravar la hemorragia. No estaba tan profundamente clavada en su carne, pero tienen que moverse rápido, es sólo cuestión de tiempo para que se activen más trampas.

─¿Puedes moverlo?─

─Hm...─ musitó, poniéndose de pie como si una daga no estuviera perforada en su hombro.

Ella tomó el hombro no herido del chico y lo colgó alrededor de ella.

Debería haber sido ella la apuñalada.

¿Vio la carta?

En medio de la noche, se dirigieron a su casa que estaba a pocas manzanas.

Al llegar a la habitación de Mikey que estaba separada de la de las demás personas, lo hizo sentarse en el borde de la cama mientras tomaba el botiquín de primeros auxilios y un tazón de agua.

─¿Puedes quitarla?─ se refería a la camisa, a lo que él siguió su orden, dejando a la vista su bien construido torso.

Ella le dirigió una mirada comprensiva antes de sacar lentamente el objeto afilado, haciéndole apretar las mandíbulas.

─Lo siento─ murmuró ella en voz baja antes de aplicar presión con su mano. Sus ojos estaban pegados a ella mientras le enjuagaba la herida con agua.

Mordisqueando sus propios labios, tragando en seco. Que él la mirara fijamente mientras ella trabajaba en su herida era más que incómodo.

─Hay muchas cosas interesantes en esta habitación─ rompió la tensión. ─¿Por qué no miras eso en su lugar?─

─Una vez que me haya decidido, lo haré, Shiroi-chin. Por cierto, gracias por tratarme─ se burló él, haciendo que ella inclinara más la cabeza para que él no notara lo nerviosa que estaba.

Su pecho subía y bajaba, y cada cálido aliento que liberaba rozaba sus mejillas, dejando una sensación de cosquilleo.

Después de aplicarle un poco de antibiótico y asegurarlo con una venda, se alejó de el para buscar entre sus cosas el teléfono.

Aunque en vano, el número de su hermano seguía sin poder ser localizado.

Lo de antes fue un aviso de Daikokuten. Su puño se cerró al pensar en ello.

─¿Te pasa algo, Shiroi-chin?─ preguntó mientras se inclinaba hacia delante.

─¿Hm?─ se volvió hacia él. ─Nada. Acabo de enviar un mensaje a mi hermano─

De la nada, el sonido de motores monopolizó el sonido de la noche.

Llegaron corriendo con las manos ensangrentadas y las ropas sucias Mitusya, Chifuyu y los gemelos Kawata.

─¡Mikey!─ irrumpió en la habitación un Mitsuya sin aliento. ─Apenas escapamos, pero la banda con la que luchábamos acaba de ser arrestada─

─¿Eh?─

─Escuchamos a los oficiales decir que alguien los denunció por comercio ilegal de drogas─ Chifuyu se rebeló con la explicación. ─Mikey... ni siquiera estaban involucrados en las drogas─

Para Toman, escuchar algo así era aterrador. Mikey anhela crear una nueva era para sus compañeros delincuentes...

─Tenemos que tener más cuidado con la policía─ La determinación se plasmó en su rostro.

Cuando la adrenalina se desvaneció por fin de sus cuerpos, sus miradas se posaron en la camisa manchada y en el hombro vendado de Mikey.

Sin dejar que la adelantaran, habló en nombre de Mikey. ─Es mi culpa. Alguien puso una trampa en mi casa y Mikey recibió el golpe por mí─

Mitsuya se arrecostó contra la pared, con la pierna izquierda doblada. Miró a la de ojos rojos y luego a todos los demás. ─¿Tienes alguna idea?─

─Kobayashi-san, ¿has visto algo que no deberías haber visto?─ Chifuyu le hizo una pregunta. Todos los demás parecían perplejos como ella.

─Suelen perseguir a los civiles que presencian algo que no deberían─

Desviando sus calculadoras miradas, habló. ─No lo sé. Pero no creo haber presenciado nada─

─Quienquiera que sea conoce el paradero de Kobayashi-san. Debe tener cuidado─

─Su casa acaba de ser asaltada. Alguien está tratando de matarla, así que se quedará conmigo por ahora─ anunció Mikey.

Su mente se sacudió cuando escuchó a Mikey decidir por ella. ─¿Qué? No, el trato se cancela, Mikey. Ya no tienes que mantenerme bajo la protección de Toman─

Ella no podía ver cómo le hacían daño por culpa de sus patéticas mentiras.

Mitsuya se opuso a su respuesta, no permitiéndole hacer frente a la dicha decisión. ─Tiene razón, Kobayashi. Estarás más segura si estás con él en todo momento─

-¿Así que me quedaré en su casa...?-

════════ •『 ✿ 』• ════════

El crepúsculo se había desvanecido hace unas horas.

Se despertó temprano ya que le daba vergüenza dormir hasta la tarde bajo el techo de otra persona.

Anoche, Mikey había insistido en tener una fiesta de pijamas en el suelo. Al menos esperaba que le ofreciera su cama porque eso es lo que suele pasar en los animes románticos.

Una fiesta de pijamas en el suelo a pesar de haber una cama y un sofá, era una idea divertida.

Luego de estirarse un poco se dirigió al comedor. Nada más entrar en el local, pudo ver a los que estaban: el abuelo de Mikey y Emma.

─¡Buenos días!─ saludó Emma y Shiroi hizo lo mismo.

Frente a cada silla había platos hermosos de desayuno.

Mientras desayunaban en silencio, su abuelo habló. ─Te agradezco que cuides de este mocoso, querida─ señaló a un somnoliento Mikey que acababa de entrar.

─Por supuesto, Sano-san─ Se inclinó con una mínima sonrisa.

─¿Cómo te llamas?─ imploró su abuelo.

─Kobayashi Shiroi─ respondió ella, limpiándose cuidadosamente la boca con una servilleta.

─¿Dices que te llamas Kobayashi? ¿Tienes algún parentesco con Kobayashi Kazuya?─

-Mi hermano...-

➛ 𝐅𝐀𝐕𝐎𝐑𝐈𝐓𝐄 𝐂𝐑𝐈𝐌𝐄 ||  ➵ s. ᴍᴀɴᴊɪʀᴏDär berättelser lever. Upptäck nu