『12』

1.4K 187 16
                                    

Tres semanas pasaron; durante esos veintiún días se mantuvo la paz.

No ha pasado mucho en las últimas semanas, aparte de que su pie ha sido proclamado libre de los vendajes, y de que se ha acercado un poco a Mikey.

A pesar de que su pies ya estuviera sano, la familia Sano insistió en que se quedara con ellos por su seguridad.

Todavía no podía dejar de pensar en que todo estaba terriblemente tranquilo. Demasiado tranquilo para ser verdad.

Eso es lo que está apilando un montón de incertidumbre en su espalda.

La luz del día comenzaba a reflejarse en las paredes de la habitación de Mikey, que estaba acurrucado en el suave edredón. El único movimiento era el vago subir y bajar de su pecho. No parecía que fuera a despertarse.

Se agachó para ponerse a la altura de él y le tocó el hombro. ─Despierta. ¿No vas a salir con tus amigos?─ le recordó.

Otra cosa, debido a la cercanía entre ambos, la gente especuló que Shiroi, una colegiala normal, tiene como novio al presidente de Toman, siempre se ganaba múltiples miradas de escepticismo y resentimiento.

─Shiroi-chin...─ refunfuñó, fingiendo estar aún dormido.

Sin previo aviso, tiró rápidamente de su mano hacia la cama, haciéndola perder el equilibrio.

Luego de caer se levantó rápidamente.

─¡¿Pero qué demonios, Mikey?!─ siseó ella, arreglando su pelo ahora despeinado.

─¿No te he dicho que ellos van a venir?─ su voz se atenuó un poco.

Los informes sobre la detención de los miembros de las demás bandas aumentaron por razones desconocidas para cualquiera de ellos. Al menos dos docenas de delincuentes fueron enviados tras las rejas; ninguno cometió un delito.

Para alguien que se esfuerza por crear una nueva era para los delincuentes, es triste que los delincuentes se extingan por el miedo a ser arrestados sin ninguna razón en lo absoluto.

Sin embargo, sigue poniendo una sonrisa frente a los demás.

─Hmn─ tararea en respuesta. ─Hasta luego─ y salió de la habitación.

Cuando estuvo a punto de salir hacia la escuela, se detuvo frente a la puerta ya que tenía un papel pegado en medio, lo cual era extraño porque la factura de la luz suele estar en su buzón.

─Se acabó el tiempo─ decía.

─¿Eh?─ leyó el papel. Parpadeó varias veces para deshacerse de la confusión, maldijo mentalmente después de averiguar lo que significaba.

Metió la mano en su mochila para sacar el teléfono, marcó el número de su hermano.

Pero, como siempre había ocurrido, el número no era localizable. Soltó un fuerte suspiro.

...Hasta que un voz se escuchó.

─Shiroi, soy Kazuya. Estoy bien, pero aún no nos hemos ocupado de esto. Llámame sólo si me necesitas. Mantente a salvo─

Pero sólo era un mensaje de voz.

El agarre de su teléfono se tensó y se enfadó mientras cerraba los ojos.

Todo tipo de angustia inundaba cada pedazo de su ser. Aun así, se alegra de que su hermano esté bien.

════════ •『 ✿ 』• ═══════

Shiroi entró en la habitación de Mikey con la esperanza de descansar después de un largo día agotador. Al entrar fue recibida con caras familiares

─¡Shiroi-chan!─ Hina la agarró suavemente de la muñeca y el antebrazo, tirando de ella para que se uniera al grupo que jugaba al póquer.

Las sonrisas abarrotaron los alrededores mientras todos pusieron su atención en la chica.

Todos la saludaron, algunos con un saludo y otros ofreciéndole una simple inclinación de cabeza.

─Siéntate a mi lado, Shiroi-chan─ Emma, que también estaba al lado de cierta rubia, dio una palmadita en el espacio vacío a su lado.

Shiroi hizo lo posible por acomodarse en el espacio que había, pero todos los contactos involuntarios con la piel eran inevitables. Se movía un poco, en un pequeño intento de encontrar la posición perfecta sin sentirse incómoda por la falta de espacio.

De repente, un brazo se deslizó por su hombro, acercándola en dirección a la izquierda. En dicho lugar estaba sentado Mikey, que estaba disfrutando de un trozo de taiyaki.

Cruzando los brazos y mirando a cualquier cosa menos a él, se aclaró la garganta.

Después de eso, cogió una pequeña pila de cartas y las tomó para unirse al juego.

Tanto Mikey como Shiroi hablaban mucho entre ellos, pero en momentos como este siempre se mantenían en silencio.

Las cosas iban bien hasta que escucharon la conversación que tenían Mitsuya y Draken que estaban en la esquina de la habitación.

─Hablamos con la banda más importante de Setagaya. Tenían rumores de que hay un agente del gobierno observando a las bandas de Tokyo y quiere acabar con nosotros─ Mitsuya habló en voz baja.

A cualquier delincuente de una banda le resultaría aterrador pensar que los funcionarios están deteniendo a sus compañeros. Pero en el caso de Shiroi es diferente.

Puede que Yakuzas tenga alguna afiliación con el gobierno, pero ahora mismo no tiene tanto poder.

─Encontrar al traidor es la mejor opción, si ese es el caso─ Añadió Baji.

Un aura lúgubre se hizo presente, dejando ecos de pesimismo.

─Kobyashi os está asesinando a todos─ Smiley arrancó la creciente tensión mientras señalaba los naipes en los que ella llevaba la delantera.

─Creía que no te gustaba este tipo de juego. Se te da genial. ¿Dónde has aprendido?─ le felicitó Peh-yan.

─Solía jugar con profesionales en el bar Age Club que tenía mi tío─ explicó ella, sin darse cuenta de lo que acababa de decir.

─¿No es eso propiedad de una familia del crimen organizado...?─

➛ 𝐅𝐀𝐕𝐎𝐑𝐈𝐓𝐄 𝐂𝐑𝐈𝐌𝐄 ||  ➵ s. ᴍᴀɴᴊɪʀᴏWhere stories live. Discover now