『18』

1.2K 167 21
                                    

La música extranjera comenzó a sonar en la tienda de ropa. Las prendas estaban colgadas en percheros y maniquíes.

Recorriendo pasillo tras pasillo, buscando ropa para mantener su exposición al mínimo, cogió un abrigo negro y echó un par de gafas de sol negras en la cesta, sin molestarse en mirar la etiqueta del precio.

Sacó una tarjeta de su cartera mientras la deslizaba sobre el mostrador. ─Son ciento cuarenta y siete mil yenes. Aquí tiene, señora. Gracias por comprar. Vuelva pronto─ Dijo la cajera, entregándole a Shiroi su bolsa de ropa y la tarjeta.

Justo después de recibir la bolsa, se dirigió directamente al baño para ponérsela.

Había estado evitando las zonas concurridas, o los lugares conocidos en general. Toman tiene un gran número de miembros y saben que ella no puede haber ido tan lejos todavía.

El anochecer pronto envolverá la ciudad, ocultándolo en su aterciopelada oscuridad. Para cuando llegue a su propio escondite, la luna de platino ya habrá florecido por completo.

Ocultando la mayor parte de sus piel y su rostro, el abrigo teñido de un fuerte tono negro la cubría en su mayoría.

Le hizo señas a un taxi para que se detuviera. ─Hinohara, por favor─ Le habló al conductor para luego dirigirse a la zona rural.

Las brillantes estrellas titilablan en los negros cielos y exuberantes flores guarnecían el amplio campo. Habría sido una visión límpida si no fuera porque la velocidad del coche limitaba su visión.

La impresionante vista la distrae, pero sigue pensando en lo que hizo, imaginando lo que Mikey y el resto están sintiendo: ¿traición? ¿inquietud? ¿dudas? ¿preocupación? O tal vez todo.

Su teléfono fue bombardeado con mensajes de texto, sus amigos le enviaban pregunta tras pregunta. También había al menos cincuenta llamadas perdidas de Mikey.

─Gracias─ se despidió del conductor mientras pagaba y se alejaba del taxi.

El aroma a campo flotaba en el aire, llegando a sus fosas nasales, provocando una sensación de nostalgia. Los árboles de hoja perenne residían en ese lugar y abundantes coches estaban aparcados en la orilla de la calle.

Ese lugar se construyó hace años. Desde armas, hackers, peleadores y ejecutivos, todos estaban en ese mismo lugar, esperando las órdenes de Shiroi.

Apoyó el pulgar en una minipantalla, ésta escaneó su huella dactilar para que luego se abrieran las puertas.

─¡Buenas noches, jefa!─ Los guardias se alinearon a los lados mientras ella se dirigía a un determinado despacho.

Al girar la perilla y entrar por la puerta, todas las miradas se dirigen hacia ella.

Una mujer con chaqueta y cola de caballo dejó caer su bandeja de café al ver Shiroi. Un tipo con gafas se sentó frente a un ordenador, pero su atención se centró en ella. Tres hombres que merendaban en el sofá también dejaron de hacer lo que estaban haciendo.

─¡Kobayashi-sama!─

─¡Te hemos encontrado!─ dijo uno de ellos con entusiasmo.

─¿Están bien?─ preguntó Shiroi, quitándose el abrigo.

─Sí, jefa─ respondieron sincronizados.

─Bien. Quiero que rastreéis dónde está Daikokuten─

La chica colocó la bandeja en otro lugar antes de mirar atentamente a su líder. ─Espera, espera, tu hermano se está retirando por un tiempo, por eso está en Kagoshima, ¿no? No estoy seguro de que sea una buena idea seguir a Daikokuten ahora mismo─ proclamó abiertamente a lo que los demás asintieron también.

─No, tenemos que hacerlo─ insistió. ─Están apuntando a mis... amigos─

Sus mentes comenzaron a reiniciar el Windows, procesando lo que su líder acababa de decir. Simplemente se quedaron sin palabras después de descubrir que había hecho amigos y que se preocupaba de verdad por ellos, completamente fascinados por su repentino cambio.

─¡Bien, chicos, a trabajar!─ La mujer que estaba frente a ella formó una sonrisa radiante en sus labios, instando a los demás a cumplir los deseos de su jefe.

Shiroi decidió sentarse un rato en el sofá. Buscando su teléfono en el bolsillo, pensó si revisar su bandeja de entrada.

Ella quiere estar al tanto de lo que hace Mikey, pero le duele ver que sus llamadas son ignoradas por ella.

─────────────────────────

𝖬𝗂𝗄𝖾𝗒:
Shiroi
Shiroi
Shiroi
¿No vas a responder a mis llamadas?. Emma me dijo que dejaste todas tus cosas en su habitación
Así que vas a volver, ¿verdad?
Shiroi
Deja de ignorarme
Sólo contesta
Shiroi
¿Dónde estás?
Shiroi
¿He hecho algo malo?
¿Por qué tienes que hacer esto por tu cuenta?
Shiroi
Me prometiste que no te ibas a echar atrás en cuanto a nuestro trato
Por favor respóndeme
-visto

─────────────────────────

─¿De verdad no se va a dar cuenta de que yo soy la causa de todo?─

Siguió mordiéndose los labios con nerviosismo mientras leía sus mensajes para luego guardar el teléfono.

Poniendo las palmas de las manos a los lados de su cabeza para ocultar de alguna manera su estrés a sus asistentes, pero la táctica fue infructuosa porque ya le lanzaban miradas de preocupación.

─Kobayashi-sama, tenemos una pista en el barrio de Minato. La última actualización es de esta misma mañana, así que aún deberían estar por allí─

Minato está justo al lado de Shibuya, así que si Mikey está en busca de ella, si tiene suerte, no se cruzarán.

─De acuerdo. Nos iremos mañana. Llama a todos los mejores en combate que tengamos. Emboscaremos el cuartel general de Daikokuten─ Declaró con voz severa.

Sus asistentes no sabían cómo reaccionar. Un segundo antes, ella está toda estresada y ansiosa, pero ahora parece sedienta de sangre.

Mañana, ella lucha.

➛ 𝐅𝐀𝐕𝐎𝐑𝐈𝐓𝐄 𝐂𝐑𝐈𝐌𝐄 ||  ➵ s. ᴍᴀɴᴊɪʀᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora