➛ 𝐅𝐀𝐕𝐎𝐑𝐈𝐓𝐄 𝐂𝐑𝐈𝐌𝐄 || ➵ s. ᴍᴀɴᴊɪʀᴏ

『21』

Con esas lágrimas se limpió su alma que estaba llena de pesimismo.

Por fin dejó al descubierto su fragilidad frente a alguien, y ese alguien es ella.

─Te he echado tanto de menos...─ Le susurró.

Todavía no se han convertido en algo pero ya actúan como si estuvieran en una relación.

A cada segundo muchos problemas brotan en el mundo de cada cual, estos chocan cada vez que deciden estar juntos. Eso es muy peligroso, pero ya han cometido ese crimen mucho antes y lo seguirán cometiendo.

A cada minuto, piensan en dejarse, ya que quieren que la vida del otro sea feliz.

La solución es separarse.

Pero se quieren tanto tanto que no pueden hacerlo.

La chica llevó sus flexibles dedos a la cabeza de él y jugueteó con sus mechones rubios. ─Ya no está... El comandante de Daikokuten, el hombre que me perseguía ha desaparecido. La policía ya lo ha capturado─

Mikey levantó la cabeza para mirar su mejilla adornada con una curita, los moratones que manchaban su piel blanca y el vendaje envolvía la palma de su mano.

─¿Por qué te has metido en eso? mira como te han dejado, no tienes que hacer el trabajo de la policía─ La preocupación era notable en su voz.

─Ya pasó... no te preocupes... solo luché con unos pocos tipos...─ Lo tranquilizó endulzando la verdad mientras le contaba algunas de las cosas que pasaron.

Afortunadamente, él comprendió que ella sólo trataba de proteger a la Toman.

─Vamos, busquemos a Emma─ Su estado de ánimo cambió y le dedicó una sonrisa de oreja a oreja.

Los alumnos llenaban el aula de la planta en la que se encontraban. Frente a ellos, algunos estaban dormidos, otros jugaban con sus teléfonos, unos pocos se molestaban entre sí, pero la mayoría estaba hablando tranquilamente.

─Psst, Emma─ Llamó la atención de la nombrada. Esta al ver a la persona que la llamaba, la miró con los ojos muy abiertos.

Prácticamente abandonó corriendo la conversación que tenía con sus amigos y se apresuró a ir hacia donde estaba Shiroi.

Al estar frente a ella la abrazó fuertemente y Shiroi hizo lo mismo con Emma.

─¡Menos mal que estás bien!─ Habló entusiasmada.

Mirando detrás de Shiroi, vió a Mikey comiéndose un dorayaki mientras miraba a otro lugar.

─¿Os habéis reconciliado?─ Susurró Emma.

─Mhm─

─¡Han hecho las paces!¡Ya son novios!─ Emma se entusiasmó.

Sorprendida por su inesperada hipótesis, puso un dedo sobre su boca, haciendo callar a Emma. ─¡Shhh! ¡No!─

─¿Que?─ Emma entrecerró los ojos hacia ella. ─¡Eso es genial! Mikey no ha sido él mismo últimamente y no ha estado comiendo lo suficiente. No me sorprende que haya vuelto a la normalidad tan de repente─

Ella podía hacerle cambiar de humor tan rápido.

Lo hizo cambiar tan rápido al igual que cuando se marchó.

Se quedaron hablando por un rato más hasta que decidieron irse a casa.

─Yo os llevaré a casa─ Se brindó Shiroi.

─¿Vamos a caminar? Porque no creo que quepan tres personas en una moto...─

Shiroi y Emma entrelazaron los brazos mientras caminaban hacia la salida de la escuela. ─Lo sé─ habló extendiendo su mano por detrás para coger la de Mikey, y él la tomó con alegría.

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Un leve toque de menta inundaba el lugar mientras prendía el aire acondicionado del coche.

─No pregunten cómo conseguí mi licencia─ Sonrió.

Emma iba de copiloto mientras Mikey se quedaba voluntariamente en el asiento trasero, hiba felizmente comiéndose un dorayaki que encontró en el compartimento del coche de Shiroi.

El trayecto no fue largo ya que el campus está cerca de la residencia de los Sano. Aparcó frente a su morada y los dejó.

─Gracias, Shiori─ Emma la abrazó de nuevo antes de entrar en su casa.

Cuando Shiroi estaba a punto de volver a entrar en el vehículo, pudo ver a través de la ventanilla del auto la figura de Mikey. ─¿Mikey? ¿No vas a volver a tu casa?─

─Quiero quedarme contigo más tiempo─ Dijo, mientras se relamía las migas de dorayaki que tenía en la comisura de sus labios.

─Vamos, te prepararé la comida─ Le dijo antes de subir al asiento del piloto para luego dirigirse a su casa.

Entrar en su casa no era nuevo para Mikey, aunque es un poco cauteloso desde lo que pasó aquel día.

Al girar por el pasillo, Mikey se sentó en el sofá mientras ella se dirigía al pequeño armario donde se guardaban sus ollas. Las llamas del gas ardían entre azul y naranja. Rompió unos cuantos huevos y los vertió en la cacerola con aceite para freírlos.

Los ojos negros de Mikey estuvieron clavados en ella todo el tiempo mientras se movía de aquí para allá para agarrar los ingredientes necesarios, hasta que terminó.

La bandeja de plata emitía un poco de humo frente a él, dándole la señal de que estaba un poco caliente. ─¡Woahhh... esto tiene una pinta deliciosa!─ El entusiasmo brilló en sus ojos.

Agradeció por la comida y la probó, los sabores inundaron en su boca mientras disfrutaban del cómodo silencio que les acompañaba.

─Um...─ se aclaró la garganta, sin saber cómo empezar. ─¿Puedo pedirte algo?─

─Claro─

─Se trata de como la policía detiene a los delincuentes y de como los incrimina...─ Ante esto, el interés de Mikey se despierta. ─Quiero ayudar a la Toman. Así que... ¿puedes organizar una reunión para mí? Claro, si es que te parece bien─

Comandar a cientos de miembros de una banda no es tan sencillo, especialmente cuando son nuevos en el manejo de los yakuzas como enemigos. Así que su plan era acercarse a ellos y trabajar juntos. Quizá también dejar de mentir sobre todo.

Aunque liderar una yakuza es un secreto de primera que no compartiría tan fácilmente, así que eso queda fuera del tema.

Los ojos de Mikey estaban serios, al igual que durante las reuniones.

─Está bien. Si eso es lo que quieres, entonces lo haré─ Dijo con calma.

─Gracias, Mikey─

─...─

Luego de eso estuvieron en silencio hasta que terminaron de comer.

─Sabes, estaba pensando que tal vez...─ Sus palabras se silenciaron al ver a Mikey dormido con cara de angel.

Verlo dormido la convenció de bostezar; el otro sofá la esperaba. Agarrando dos mantas, cubrió con una de ellas la figura de Mikey, se inclinó para besar su sien y se dirigió al otro sofá.