『26』

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La niebla empañaba las ventanas de los coches. El lugar era llenado por el silencio y la inquietante presión inundaba el ambiente.

Esta misión podría ser un poco común para un yakuza; aunque la Toman está acostumbrada a las comunes peleas, esto es totalmente diferente.

Shiroi está demasiado preocupada, la seguridad de sus amigos es su prioridad.

Ahora se encuetra en su coche, aparcado frente a la base del enemigo. Todos los demás chicos de la Toman estaban dispersos, cada uno en una posición en específico.

Frente a ellos había una especie de bar que tiene varios pisos.

Mikey, debido al nerviosismo, estaba trazando círculos imaginarios en la palma de su mano.

La de ojos carmesí lleva en secreto una pequeña pistola en caso de alguna emergencia. Obviamente, ni él ni nadie más de la Toman tiene idea de que ella porta un arma de fuego.

Hoy es Kawata Shiroi, la hermana mayor de los gemelos ¿el motivo?, fácil, es infiltrarse en el edificio con un disfraz.

Ella se había negado anteriormente a la insistencia de Mikey en acompañarla, pero al final el rubio la dejo ir con la condicion de ir con un disfraz, y así fué. Aunque su disfraz parece necesitar ser un poco más convincente.

Mientras tanto, en el interior del bar, un humo desagradable consumía el aire antes estéril, los cigarrillos se acumulaban en el cenicero, los naipes estaban esparcidos por toda la mesa circular y había cinco personas a su alrededor. Otros dos tipos holgazaneaban cerca de las botellas detrás del mostrador.

Inesperadamente, tres peculiares adolescentes irrumpieron en el bar. Una de las manos de Shiroi se dirigió a su estómago y con la otra cubrió su boca. Los del lugar se estremecieron al ver a la chica con falta de aire.

Nahoya habló. ─¡Dejadnos usar vuestro baño, por favor! Nuestra hermana está enferma─

Los visitantes no invitados fueron seguidos por sus ojos maliciosos, pero no hicieron comentarios.

La llevaron a donde está el baño. Al entrar le puso el seguro a la puerta y llamó a la policía. ─¿Hola? Estoy en la calle Mitake, en una especie de bar al final de la calle. Hay hombres tocándome y acosándome, y... tienen una pistola... ayúdenme porfavor─ Susurró en voz baja.

Al otro lado de la puerta estaban los gemelos impacientes, aunque es razonable porque están en territorio enemigo.

Los ojos de Souta no se movieron por la paranoia cuando una mano fuerte desde atrás tiró de su hombro.

El humo se arremolinó hacia lo alto. Tatuajes intimidatorios se dibujaban por todo su cuello.

─Está bien, Souta. Todo saldrá bien─ Nahoya le dio unas palmaditas en la espalda de su hermano, intentando hacer que se calmara un poco.

Todo iba bien hasta que una pistola fue expuesta y fue apuntada a la frente de Souta.

─¿Qué tenemos aquí, Roshi?─ Preguntó desde lejos el vicecomandante de Daikokuten.

Roshi no respondió y en su lugar habló con los gemelos. ─¿Por qué no venís con nosotros afuera a esperar a vuestra hermana, eh?─

Ni aunque quisieran los gemelos podrían atacar estando en esa situación; uno: están en territorio enemigo, y dos: ninguno de los dos puede golpear tan rápido como para detener una bala sin hacerce daño.

La chica desbloqueó la puerta y se asomó con un ojo al exterior, pero no vio a los gemelos. Salió de este y su espalda se apoyó en la pared mientras fruncía las cejas. Justo después de reflexionar, acercó sus oídos a la puerta para escuchar su conversación.

➛ 𝐅𝐀𝐕𝐎𝐑𝐈𝐓𝐄 𝐂𝐑𝐈𝐌𝐄 ||  ➵ s. ᴍᴀɴᴊɪʀᴏWhere stories live. Discover now