➛ 𝐅𝐀𝐕𝐎𝐑𝐈𝐓𝐄 𝐂𝐑𝐈𝐌𝐄 || ➵ s. ᴍᴀɴᴊɪʀᴏ

『11』

Un breve escalofrío recorrió su columna vertebral.

Parpadeando repetidas veces, respondió con calma. ─Es mi hermano─

El anciano le ofreció una sonrisa. Mikey y Emma, la miraron con asombro.

En el subconsciente de Mikey aún quedaban restos de sueño. Sus músculos cedían a la somnolencia, sus mechones rubios estaban despeinados y sus ojos estaban caídos.

─Kazuya se entrenó conmigo cuando era joven. Si no recuerdo mal, creo que quería ser detective. ¿Cómo está ahora?─

-Qué ironía...-

─¿De verdad?─ se entusiasmó Emma, a lo que su abuelo se limitó a responder con un movimiento de cabeza.

─La verdad es que le va bien ahora. Sólo está ocupado con el trabajo─

Por el rabillo del ojo, vio que un adormilado Mikey tomó inconscientemente su bebida en lugar de la suya. Pero ella lo dejó; por un lado, ella es sólo una invitada, y por otro, él aún está medio dormido.

Después de terminar con el desayuno y de ayudar a limpiar los platos, Emma inició una conversación con ella. ─Dime, tú estás bajo la protección de Mikey, ¿verdad? Draken me habló de ti─

─Eh, sí. Algo así─ Esbozó una sonrisa.

─Me lo imaginaba─ Emma se rió, continuando con sus intercambios de palabras triviales durante un rato.

─Me preguntaba dónde está el baño. Si está bien que lo use...─

─Um, ¿estás bien? Por supuesto que sí. Te prestaré mi ropa─ dijo Emma.

─Gracias, Emma─

Ha pasado media hora, y Shiroi está descansando en la habitación de Emma.

La forma en que se presentaron mutuamente fue bastante fluida. Parecía el nacimiento de una gran amistad.

─Mikey es muy cercano a ti─ mencionó Emma inesperadamente en medio de su conversación.

─¿No es cercano a todo el mundo?─

─Mhm─ Emma sacudió la cabeza en desacuerdo. ─Honestamente, es duro frente a la Toman y a todo, pero trata a sus amigos cercanos de manera diferente. Especialmente a ti, Kobayashi-chan. Creo que también está un poco enamorado de ti─

─Bueno, entonces no es correspondido─ Expresó dejando caer algunos mechones para cubrir su rostro que estaba a punto de sonreír, evadiendo la mirada de la rubia.

─Negarlo no ayudará, Kobayashi-chan─ Se burló Emma mientras cepillaba su propio cabello.

¡KNOCK! ¡KNOCK!

Mikey tocó antes de irrumpir en la habitación, llamándola perezosamente. ─Shiroi-chin, vamos a salir. ¿A dónde quieres ir?─

─A ningún sitio─

─¿Eh? ¿En serio? Me aburro─ Hizo un puchero, el cuál fue ignorado por Shiroi, pero Emma, que sonreía infantilmente, ya la había empujado fuera de la habitación.

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Cuidando de no acercarse a su hombro izquierdo lesionado, se inclinó un poco más a la derecha en el asiento del pasajero.

Los sonidos calmados del viento que corría resonaban.

Las borrosas farolas multicolores corrían junto a ellos.

Sus ojos se quedaron contemplando la vista de la entrada de la feria. En el rostro de Mikey se dibujó una pequeña sonrisa que la de ojos rojos pudo ver a través del espejo lateral.

Recuperando la compostura, preguntó ─Me preguntaba cómo descubriste que yo era la que se metía contigo─

─Oh, sólo te acusé, no esperaba que fuera cierto─

-¿Eh?-

Se le escapó una risita, que ni ella misma esperaba. ─Qué idiota─ susurró para sí misma.

La moto de Mikey se detuvo para que luego el motor se apagara lentamente.

Diversas luces iluminaron los senderos.

Los gritos asustados y a la vez entusiastas de las atracciones resonaban, y las sanas olas llenas de risas de los niños rodeaban los alrededores.

─Siéntate y mira─ Mikey señaló el saco de boxeo colgante. Con un rápido movimiento de su pie, el marcador se elevó, convirtiéndolo en el máximo anotador.

─¡Intenta ganarme, Shiroi-chin!─

Sonriendo, Shiroi tiró de él hasta un campo de tiro. Por supuesto, ella también quería lucirse.

Con compostura y firmeza, acomodando el dedo en el gatillo, entrecerró un ojo para tener una visión más aguda. En su cara se formó una mirada siniestra.

Las balas salieron disparadas del rifle del juego, dando en el centro de todas los dianas más difíciles, asombrando a Mikey.

─Supongo que tenemos nuestras propias especialidades, Mikey─ comentó, devolviendo la pistola a su dueño. ─¿Adónde vamos ahora, Mikey? ¿Quieres competir de nuevo?─

  Mikey ya la había arrastrado para explorar el lugar aún más.

En la víspera de su escapada, el cielo claro ya se había desvanecido.

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Tras la noche inundar todo el cielo, se sentaron en una zona tranquila del parque, mirando las estrellas con un dorayaki en cada mano.

─Es divertido estar contigo, Shiroi─

─Lo mismo digo─ reconoció ella

De pronto se sumergieron en un aire húmedo, que enfriaba el ambiente.

Ella se estremeció un poco por el repentino contacto entre la tela suave y cálida y su piel.

Él la miró mientras la rodeaba con su chaqueta.

─No me vas a dejar, ¿verdad?─ Su mirada se encontró con la de ella.

─No─ Ella volvió a mirar el cielo estrellado. ─Tú mismo lo has dicho: no hay devoluciones en el trato─

¿Estaba siendo egoísta? Si es así, ¿lo es para usarlos simplemente como guardias? o ¿es egoísta porque no quiere cancelar el trato y dejar a Mikey?

De alguna manera, ella encontró la paz estando con él en medio de todo el caos.

Pero la paz nunca es permanente.