Capítulo 6

213 11 6
                                    

Entré a la sala común y, cuando subí a la habitación, vi que los chicos estaban ahí junto a Pansy.

–Hey –se quejó Terence cuando me vio llena de pintura–, esa era mi idea.

–Necesitamos perfeccionarla un poco –miré a Pansy y tenía la frente roja–, ¿a ti qué te pasó?

–Llegando aquí choqué con un poste llamado Zack, ¿y tú?

–Un idiota chocó conmigo y terminamos manchados –me quité la túnica–, por poco y Snape me...

– ¿Qué te pasó?

Blaise señaló mi brazo y tenía un moretón del tamaño de dos ranas de chocolate en la muñeca. Maldije haberme quitado la túnica.

–No es nada, fue...

–No mientas.

Me interrumpió Draco, lo miré y supe que hablaba en serio. Nunca usaba ese tono para hablarme.

–Fue el tipo con el que choqué. Básicamente lo hice enojar y no me dejaba ir.

– ¿Quién es?

–No lo sé –los tres esperaban una respuesta mejor que eso–. Hasta donde supe, Viktor se quedó hablando con él, yo hui cuando vi que Snape se acercaba.

Los tres se miraron entre ellos pero Draco se paró, azotando la puerta al salir.

–Vaya, no creí que Draco fuera de esos que ajusta cuentas con quien se meta con sus amigos –dijo Terence.

–Oh no –rió Pansy–, a él le da lo mismo si nos pasa algo.

– ¿Entonces qué...?

–Ella no le da lo mismo –me miró Blaise–, esa es la diferencia.

–Cambiando de tema –agarré una toalla–, ¿me esperan en lo que me baño? Discutir con ese idiota hizo que me diera hambre.

Una vez que nos pusimos algo más cómodo, nos dirigimos al gran comedor.

Pero, un trayecto de cinco minutos, se convertía en uno de más de media hora cuando Draco no nos supervisaba. Aunque bueno, no había apuro de nada.

CEDRIC DIGGORY

Media hora. Llevaba media hora parado afuera del gran comedor, esperando a que Lyra apareciera.

– ¿Y si le pasó algo? Digo, ella nunca se salta alguna comida. Nunca.

–Por Merlín, tranquilízate ya, Cedric –Zack resopló, cansado–. La conoces hace... ¿dos semanas? ¿Y ya crees conocerla?

–Sí pero he hablado con ella y...

–Los encuentros casuales donde se ven y la saludas o le preguntas si va a la biblioteca no cuentan.

–Por eso estoy aquí –me recargué en la pared–, para, tú sabes... salir.

–A veces no me creo que seas uno de los chicos más guapos de todo Hogwarts, y capitán de Quidditch, pero te pone nervioso invitar a una chica a una cita.

–Una cara bonita o un título no significa nada. La personalidad es lo que define a una persona, es...

–Sí, sí, sí, pero vamos, la cara bonita y el título son la primera impresión y el factor determinante para saber si una chica te escuchará o te ignorará cuando intentes hablarle.

Hablar con Zack era como hablar con un simio.

Pretendía meterme y dejarlo ahí, cuando vi a Lyra y me di cuenta porqué había tardado tanto: trataba de caminar con Terence encima mientras Pansy hacía lo mismo pero cargando a Blaise.

Una vez que las chicas se pararon del suelo porque, claramente cayeron al suelo por el peso, ellos tuvieron que cargarlas porque no podían parar de reír. Y cuando ya estuvieron a unos cuantos pasos, Lyra me vio y Terence la bajó.

–Hola Hufflepuff.

–Lyra.

–Sí, hola a ustedes también chicos –Terence se burló.

–Hola a ustedes también.

–Aquí sobramos –Pansy tomó a Blaise del brazo.

–Claro que no. Aquí todos...

–Dije que sobramos.

Pansy tuvo que arrastrar a Terence hacia el comedor mientras todos reímos porque él insistía que no había nada que no pudieran escuchar, si de todos modos se iban a enterar.

– ¿Y bien? –preguntó una vez que estuvimos solos– ¿Qué sucede?

–Ah sí, veras yo... me preguntaba si... bueno, tú sabes.

–No te estoy entendiendo.

–Lo que quiero decir es... a mí me gusta Hogsmade, ¿a ti te gusta?

–Sí, supongo –frunció el ceño–. ¿Estás bien? Puedo regresar después si es que...

– ¡No! Quiero decir, no hay necesidad. Estoy bien.

Pasé los cinco segundos de silencio más incómodos y vergonzosos de mi vida, hasta que Lyra me libró del sufrimiento.

– ¿Acaso... me estás invitando a Hogsmade?

– ¡Sí! Bueno, sólo si tú quieres o podríamos ir a otro lado también. O, si no quieres ir, también es válido, no tienes que aceptar si no quieres, yo sólo...

–Cedric, ¿me dejas hablar?

–Cierto –reí nervioso.

–Sí. Sí me gustaría ir contigo a Hogsmade.

– ¿En serio? –casi la beso cuando asintió– ¡Perfecto! Nos vemos entonces.

– ¿Cedric?

– ¿Si?

– ¿Cuándo iríamos?

– ¿Qué? ¿Cómo que...? ¡Es verdad! –quería azotar mi cabeza en la pared– ¿Te parece bien el sábado?

–Bien. Te espero en las mazmorras el sábado a las dos –se acercó y besó mi mejilla–. Adiós Hufflepuff.

Entró al gran comedor mientras yo la veía irse, embobado y procesando lo que acababa de pasar.

–Creo que no fue un fracaso después de todo.

– ¿Pero qué...? ¿Qué haces ahí?

–Apreciando las habilidades para ligar de mi mejor amigo –Zack se acercó–, bueno, su intento de.

–A veces eres odioso.

–A veces.

Y por supuesto, Zack tuvo que contarles a todos la peor vergüenza de mi vida. Como si no hubiera tenido suficiente ya con el simple hecho de que Lyra tuvo que adivinar lo que quería decirle y recordarme que ya iba a irme sin haberle dicho cuándo sería nuestra ci... salida.

Solo espero que ese día no sea como hoy o desearé ser un avestruz para meter la cabeza en la tierra.

x
NOTA DE LA AUTORA

Hola, hola chicuelos :)

¿Qué les parece? ¿Les está gustando?

Ahora, sé que las salidas a Hogsmade son con permiso y ajá, pero aquí no. Aquí las salidas son libres (únicamente fines de semana), ya que hay personas que cuidan a los alumnos mientras están allá.

Coman chocolates y tomen coca-cola <3

Xoxo

Cuando el destino nos alcanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora