Capítulo 16

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Por ratos me dolían algunas partes de la cara pero ver la de Hermione era el mejor analgésico: tenía la cara más hinchada que nosotras y no podía hablar bien.

El profesor Snape nos detuvo cuando íbamos a salir del salón, al parecer no nos habíamos salvado de él.

–La profesora McGonagall me comentó que su castigo fue un... desastre –nos miró con decepción–. Así que estarán aquí para mi siguiente clase, ¿entendido?

Asentimos, aunque sabíamos que eso no era una pregunta, era una afirmación.

–Bien, los chicos me acompañarán por material –nos miró a Pansy y a mí–, ustedes... esperen aquí.

Estábamos tan aburridas que empezamos a dibujar en el pizarrón y no vimos el momento en el que el salón se empezó a llenar.

– ¿Ahora qué hizo, profesora Black?

– ¿Siguen castigadas?

Podría reconocer esas voces donde fuera.

–Seguimos castigadas –miré a los gemelos–. Al parecer nos falta un poco más.

–No deberían quejarse –dijo Fred–, Snape puso a los de Gryffindor a limpiar los baños del segundo piso a limpiar las cocinas con un cepillo.

–Empiezo a sospechar que ustedes son los favoritos de Snape –agregó George.

– ¿Apenas se dan cuenta?

Borramos cualquier evidencia de que habíamos dibujado en el pizarrón y fuimos a sentarnos con las fotocopias en lo que llegaban los demás y regresaban los chicos.

–Hoy veremos la poción multijugos –entró Snape y acomodó todo lo que traía él y los demás en el escritorio–. ¿Alguien puede decirme qué sabe sobre dicha poción? ¿Higgs?

Nos sorprendió el saber que se dirigía a nosotros y no a su clase, quienes nos veían con superioridad al ver que nos quedamos pasmados.

– ¿Zabini? –se paró enfrente de cada uno, esperando que alguno le respondiera– ¿Malfoy? ¿Black?

–Sólo sé que le permite al consumidor volverse otra persona –mencioné y sentí que me sudaban las manos al ver que nadie decía nada, pero no lo demostraría–. Bueno, es como si fuéramos el doble de dicha persona.

–Por ejemplo –agregó Pansy–, si yo la hiciera y pusiera un cabello de Lyra, sería como tener dos Lyras en el mismo lugar.

Nos sonrió muy ligeramente y se giró a seguir con su clase.

Los hizo hacer cinco equipos y nos dijo que nos incorporáramos en uno cada quien, nuestra función sería ir por los materiales que les faltara, mantener todo limpio y en su lugar mientras ellos hacían el trabajo.

Me fui casi corriendo al equipo donde vi estaban los gemelos y Cedric, no iba a irme con completos desconocidos.

– ¿No deberían leer las instrucciones? –los cuestioné al ver que ya tenían todo y prácticamente ya habían empezado, con el libro cerrado a un lado– Digo, no es por criticar pero no nos vendría nada mal.

–Si quieres léelo –dijo uno, con tono grosero–, yo sé lo que hago, niñita.

–Déjala en paz –mencionó Fred–. Sólo quiere ayudar.

–Nadie le dijo que lo hiciera.

–Yo sólo lo decía porque somos el único equipo con el caldero apagado –señalé las demás mesas y vieron que tenía razón–, pero si sabes lo que haces, hazlo.

Fred aprovechó ese momento y sermoneo al pobre tipo mientras George le daba un zape, Cedric se sentó a mi lado y me miró como si hubiera hecho el descubrimiento del siglo y estuviera orgulloso de mí.

Dos horas después teníamos todo listo, sólo faltaba esperar a dos equipos para que Snape nos diera las siguientes indicaciones. Mientras esperábamos, Cedric y yo estábamos haciendo dibujos al azar en mi libreta: corazones, flechas, hongos, soles, flores...y un sinfín de dibujos pequeños.

–Sí hicieron las cosas como se supone debían hacerlas –habló Snape después de un rato–, el día de mañana verán que la poción se tornará un poco azul y querrá decir que es apta para continuar. Sin embargo, si eso no ocurre, tendrán diez puntos menos... por integrante. Retírense –todos empezaron a susurrar entre sí mientras guardaban sus cosas–. Black, Higgs, Malfoy, Parkinson y Zabini, a mi escritorio.

–Nos vemos en tu funeral –se burló George.

–Prometo usar algo bonito –añadió Fred.

–Por favor –dije–, como si no supieran que somos sus consentidos.

–Cinco galeones a que los regaña o los tiene de sus ayudantes por otra clase.

–Y una de sus bromas, completamente gratis.

–Te vemos afuera.

Esperamos a que todos salieran y nos acercamos al profesor, no parecía enojado pero tampoco desprendía felicidad, aunque nunca lo hacía.

–Mañana quiero que vuelvan a estar con el equipo que estuvieron hoy –nos miramos entre nosotros, sin entender muy bien hacia dónde iba la conversación–, aprovecharé y evaluaré qué tan buenos son en pociones. Dentro de un mes, si la poción de si equipo funcionó, exentarán el examen final.

– ¿Por qué? –cuestionó Blaise– Quiero decir, ¿vendremos hasta que terminemos la poción y, si el equipo la hace bien, pasamos el examen final de la materia?

–Sólo era una propuesta pero si no quieren, no es como que...

– ¡No! –lo interrumpí– Nos parece perfecto y aceptamos, muchas gracias, profesor.

–Pueden retirarse –tomamos nuestras cosas y caminas hacia la salida–. Señorita Black, deje de seguir los pasos de su padre. Tal vez tiene buenas anécdotas pero le aseguro que no recuerda muchas cosas de algunas materias.

–No se preocupe profesor, no seré igual –cerré la puerta poco a poco mientras salía–, seré mejor. O peor, dependiendo su perspectiva.

Los gemelos tuvieron que pagarme y, mientras íbamos hacia el comedor, les dije cómo quería mi nueva broma. Debía ser algo innovador, no quería más de lo mismo, ya me sabía todas y Draco también, lamentablemente.

Cuando nos sentamos en nuestros respectivos lugares, me sentía rara. No físicamente sino como incómoda, era como si alguien me estuviera viendo pero no lograba adivinar quién podría ser.

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⏰ Last updated: Jun 05, 2023 ⏰

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