11.

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Kate pov.

Me alegra saber que no le molestó y que al parecer estuviera consciente. Besar a Yelena la primera vez fue dulce y tierno, pero una ansiedad me consumía al no saber si estaba haciendo lo correcto. Pero, al besarla de nuevo esta mañana se sintió tan bien, se siente bien.
Sus manos estaban acogiendo mis mejillas y las mías estaban alrededor de su cuello, la posición era un poco incómoda puesto que aún seguíamos en la camioneta, pero eso parecía no importar, porque yo estaba bien con ello. Ella estaba bien con ello.
Volvimos a separarnos y nuestras respiraciones agitadas chocaban. Luego reímos, solo reímos. Estábamos siendo tan felices en ese momento.

- Entonces... ¿Que pasará ahora? - pregunté al no saber que hacer.

- Usted, señorita... va a entrar a su casa, hará los deberes que tenga pendientes y te llamaré después. -

¿Qué? ¿Como que me llamará después? Esto es acaso una entrevista de trabajo ¿O qué?

- ¿Cómo? -

- Te llamaré en la tarde, tonta. Dependiendo de lo que suceda en mi trabajo...¿Puedo venir a tu casa después de tus clases? - su voz ronca estaba suavizándose. Entonces a eso se refería.

- Claro. Puedes venir cuando quieras. - mordí mi labio para evitar que mi excesiva felicidad fuera notoria. Ella en cambio gruñó.

- Uhg, no hagas eso Kate Bishop, solo harás que no te deje salir porque quiero volver a besarte. - se recargó en el volante frustrada. Eso me hizo reír. - ¿ De que te ríes eh? -

- De ti, obviamente. - respondí.

- Hmm... niña burlona, sal de aquí antes de que te vuelva a besar, corre. - demandó y yo salí riendo aún. Pero giré hacia su ventanilla para despedirme como debía. Ella entendió lo que iba a hacer y su cabeza se asomó para poder darle otro beso más, solo que esta vez fue un beso pequeño.

- Te veré más tarde. - dije y caminé hasta mi casa. Mientras cruzaba el jardín sentí su mirada sobre mi, lo cual me daba más risa por los nervios. Abrí la puerta y ahí estaba Cotton restregándose en mi pierna. Ese gatillo quería comida. Lo tomé en brazos y giré para ver si Yelena ya se había marchado. Pero ahí seguía. Agité mi mano para decirle adiós y luego tomé la patita de Cotton para que el también pudiera decir adiós. Yelena nos correspondió y luego inició el motor alejándose hacia su casa.

- Ay Cotton... Creo que mejor te bajo para no ensuciar la ropa de Yelena con tus pelos. - lo bajé y soltó un maullido que para mi sonó como un "ridícula" de su parte.
Un recuerdo de la casa de Yelena... y aún huele a ella.
Fui hasta mi habitación y me quite la ropa. La dejé doblada en un cajón y procedí a tomar un baño de agua fría. El calor afuera era irritante y si añadía el calor del beso con Yels... bueno, fue demasiado. Una vez fresca y fuera del agua me puse ropa cómoda. Antes de empezar mis deberes de la casa y arreglar la sala para los niños le serví a Cotton agua y alimento. Así mientras el comía no intentaba treparse a la cama mientras la preparaba. Cuando terminé me tomé un minuto para replantearme los varios sucesos que pasaron son en cuestión de días. Me puse a pensar en eso de que el tiempo es relativo y qué tal vez Yelena llegó en el momento indicado a mi vida. ¿Estoy sonando muy cursi? No me gusta serlo, pero siento que con Yelena podría llegar a hacerlo.
Me perdí en un pensar de preguntas, respuestas y especulaciones sin fin, ya que siempre todo era Yelena, o si no era su nombre era la imagen de la chica rubia de ojos verdes. Creo que de verdad me está gustando.
La alarma de mi celular sonó algo fuerte, despertándome de mi trance.

5:00 pm. Marcaba el reloj. A esta hora ya deberían salir de su casa los Maximoff, ya que contando el tráfico y la distancia se hacen 30 minutos hasta acá.
Saqué de mi librero las partituras que íbamos a estar practicando hoy. Las puse en el piano y de paso preparé unas botanas por si tenían algo de hambre y también para que la señora Maximoff coma mientras ve sus procesos.
Después de unos minutos llegaron, y el auto se estacionó en la entrada. Abrí la puerta y los dos adorables niños llegaron corriendo a abrazarme. Les correspondí el gesto mientras su mamá bajaba del auto.

- Hola, Kate. ¿Como has estado? - se acercó y me dió un abrazo. - ¿Como te fue ayer ? - movió sus cejas alternándolas de arriba a abajo con una expresión graciosa que me dio mucha risa.

-Todo ha estado bien y gracias por preguntar, creo que de verdad necesito un concejo de usted. -

- Aw, cariño, claro que si, vamos entremos a tu casa y ya platicamos. - acarició mi cabello y no creo que la señora Maximoff sepa lo importante que ese gesto es para mi.

Entramos a la casa y cerré la puerta. Los gemelos empezaron por separado, encargué a Tommy crear una partitura de por lo menos doce compases de cuatro cuartos y mientras, Billy tocaba la partitura sobre el piano. Aún le faltaba un poco más de coordinación en la mano izquierda pero iban avanzando. Por un rato dejé que practicaran por si solos, necesitaba hablar con Wanda.
Puse más botanas en la mesa de centro y me senté a su lado en el sofá, y casi derrotada me recargué en su hombro.

- ¿Que pasa, cariño? - me abrazó.

- Estos días con Yelena han sido...complicados, confusos. Creo que me está gustando pero no sé si sea cierto puesto que solo llevamos días de conocernos. - mis manos jugaban con nerviosismo subiendo y bajando mis anillos. Al notar eso ella tomó mi mano y separó mis dedos para que estuviera más tranquila.

- Si algo te gusta solo lo sabes y ya, no hay mucho de que preocuparse por ello. Es como cuando pruebas... una galleta...- agarró una de las que estaban en la mesa. - es nueva, no conoces si es de marca o es casera y se ve prometedora pero cuando la muerdes y conoces el sabor... - dió una mordida- es ahí cuando tu cuerpo y tú deciden si te gusta o no. -

No entiendo... ¿Está diciendo que debo morder a Yelena para confirmar si me gusta o no?

Se escuchó una risa.

- No, no es eso a lo que me refiero.-

- Perdón, creí que lo dije en mi mente.- reí al mismo tiempo soltando un suspiro.

- Si empiezas a creer que te gusta porque la conociste un par de días está bien, no hay ningún problema, yo te recomiendo conocerla más a fondo pero si te gusta, te gusta y ya está... una cosa totalmente diferente es enamorarte. -

- ¿Es eso lo qué pasa entre tu y Natasha? - al decir el nombre de la chica ella sonrió.

- Eso creo. -

Hola, ando publicando capítulo nuevo desde la escuela asjdjs. Disfruten lo poquito mucho del capítulo.

- Amelia.

I'm here [Katelena]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora