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Al levantarme, pude sentir una presión ejercida en mi abdomen, la cual traté de sacar, pero no pude. Me vi obligada a abrir los ojos para liberarme de la incomodidad, y me encontré con el brazo de Exequiel apoyado sobre mí panza. No quise despertarlo, así que no lo moví e inconscientemente comencé a hacerle caricias.

Noté que había comenzado a moverse, así que dejé de tocarlo.

—no pares, es relajante— dijo aún con los ojos cerrados soltando un suspiro.

Obedecí su petición.

—que bueno que te quedaste— dijo soltando un suspiro.

—no te entiendo la verdad.

—¿eh?

—un día me celas, otro día te vas con tu novia, otro me tratas de poner celosa con tu novia, otro me decís que bueno que me haya quedado.

—no te estreses, ni yo me entiendo— dijo abriendo los ojos— que carajo Naiara, te acabas de levantar y estás re linda boluda.

—no me rompas las bolas que tenes novia— dije mirándolo con cara amenazadora.

—pero está de viaje, no entiendo qué tiene.

—amigo sos re infiel, pobre mina— dije riéndome.

—callate que bien que antes no le tenías lástima, cuando me comías la boca eh— dijo levantándose apenas, apoyándose sobre el otro brazo—cuando me llevaste a tu casa y querías...

—bueno si callate ya entendí— dije interrumpiendolo y él se rió—yo no sabía que tenías novia.

—ah si claro.

—en serio boludo no sabía, ay saca la mano de ahí que me da cosquillas— dije cuando movió su mano, quedando al costado de mis costillas.

—¿ah si?— dijo moviendo su mano, provocando que yo me ría.

—ay dale pará— le dije ya casi sin aire.

Dejó de mover su mano y me miró fijamente, yo también, había dejado de reírme y lo miré, noté que su mirada ya no estaba en mis ojos, sino más abajo.

—¿te puedo dar un beso?

No respondí, porque quería, pf sí que quería, pero no podíamos. El comenzó a acercarse a mi, y entré en pánico.

—no Exequiel no— dije empujándolo apenas.

—¿Qué pasa?

—¿sos joda hermano? tenes NOVIA— dije resaltando la última palabra.

—¿dónde? yo acá no la veo— dijo haciendose el boludo.

—ay d...—traté de hablar pero no pude.

Tenía los labios de Exequiel pegados a los míos, en un beso que al principio solo fue contacto, pero luego me vi abriendo mi boca, para dejar que se profundice.

El beso fue tomando intensidad, yo moví una mano para posicionarla en su nuca, y él me tomó de una manera que me dejó sentada encima suyo.

No sabía si estaba bien lo que estábamos haciendo, probablemente no, pero sería preocupación para después, supongo.

Comencé a darle besos en el cuello mientras él soltaba suspiros y llevaba una mano a mi glúteo, masajeandolo.

Llevó sus manos al inicio de la única prenda que llevaba puesta, para arrancarme la remera y dejarme en ropa interior. Volvió a besarme mientras yo comencé a mover mi cadera encima de él, notando cada vez más su ereccion. Me saqué la tanga y la tiré por algún lugar de la habitación, mientras él también se quitaba su bóxer y buscaba un preservativo en la mesita de luz el cual se colocó segundos después.

Volví a subirme encima suyo, dejando su miembro en mi entrada, pero sin hacerlo entrar, solo rosando y comencé a moverme lentamente, mientras ambos soltabamos jadeos. Bastó un solo movimiento suyo para que quede totalmente dentro mio. Me incliné para besarlo, y ninguno de los dos se movió por unos segundos, para que nos podamos acostumbrar al otro.

Comencé a mover mi cadera de arriba hacia abajo, soltando una serie de jadeos y suspiros, al igual que él. Exequiel también comenzó a moverse, y nuestros movimientos se combinaron, creando lindas sensaciones.

Estaba casi a punto de llegar, y él se había dado cuenta porque tensé todo mi cuerpo. Llevó su mano a mi clitoris e hizo un poco de presión, lo que hizo que acabe por fin. El seguía moviéndose un poco debajo de mí, hasta que acabó también, soltando un jadeo.

Me acosté arriba de él, mientras este llevaba su mano a mi espalda y comenzaba a hacerme caricias.

Me asustaba haber llegado tan lejos, y ser tan poco.

Tal vez me estoy ilusionando, pero creo que seriamente tenemos una conexión. No solamente porque hayamos llegado a lo sexual, sino desde antes. Cada vez que él me mandaba un mensaje, me ponía nerviosa automáticamente, y me pasaba lo mismo al enviarle uno. Siento que él siente casi lo mismo que yo, porque de lo contrario, no me celaría ¿o si?

Estaba hundida en mis pensamientos, cuando mi celular empezó a sonar ¿en serio alguien tenía que interrumpir este momento?

Lo tomé y respondí.

—hola

—HASTA QUE POR FIN DAS SEÑALES DE VIDA NENA—dijo Abril desde el otro lado— ¿donde estás?

—ya sabes donde estoy, no te hagas la boluda.

—ah disculpa, no sabía qué seguías ahí, escúchame, no sé si te acordas, pero tenes una amiga, a la cual le prometiste ir al cine a ver minions hoy, no sé viste por ahí capaz te llega el recuerdo.

Saqué el celular de mi oreja para observar la hora: 15:46

—en un rato voy a mi casa, me cambio y vamos— al decir eso, Exequiel dejó de mover su mano por mi espalda.

—bueno, sino vamos otro día, si estas muy ocupada haciendo, mhm cositas.

—no, está bien, buscame a la hora que quedamos, un beso— dije cortando.

Salí de arriba de Exequiel, y él dejó de estar dentro mio.

—¿te vas?— me preguntó, no sé cómo, pero estoy segura que quería que me quedara.

—Sí

—¿te llevo?— dijo levantándose de la cama, dirigiéndose a su armario.

—no, tranqui está bien.

—Dale te quiero llevar.

—bueno dale— dije sonriendo.

Ambos nos terminamos de cambiar y él me llevó a mi departamento.

—gracias por quedarte anoche— dijo cuando estacionó, mirándome.

—de nada, gracias a vos por traerme— dije acercándome a él para saludarlo con un beso en la mejilla, pero cuando vio que esas eran mis intenciones, habló.

—nananana, despedite bien— dijo poniendo una mano en mi nuca.

Me tomé el labio inferior sonriendo, y me volví a acercar para besarlo, pero esta vez en la boca. Me separé unos segundos después.

—nos vemos— dije abriendo la puerta del auto, sonriendo.

𝗵𝗮𝗰𝗲 𝗿𝗮𝘁𝗼 • ᴇxᴇϙᴜɪᴇʟ ᴢᴇʙᴀʟʟᴏsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora