19. Una boda

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Nunca habían visto tan unidas a Lady Violet y Lady Portia. Desde que se anunció el compromiso de Penélope y Colin, ambas madres se habían vuelto inseparables con ideas para hacer una ceremonia a lo grande para sus hijos.
Aún debían determinar la fecha y preparar todo el festín. —La boda podría ser en el jardín de la mansión Featherington, es un lugar hermoso, y podremos mandar a poner un arco, las mesas con los postres, tener el interior del salón para el baile y el resto de la fiesta.

—Me parece una buena idea, Lady Portia, y podríamos decorar con los colores que deseen Penélope y Colin. ¿No sería hermosísimo? Penélope, linda, ¿Podrías decirme tus colores para incluirlos en la ornamentación?

Penélope alzó la vista del diario de Colin que la tenía atrapada en su narrativa y asintió. —Amarillo y azul. Son nuestros colores, son los colores que quiero en la ceremonia. ¿Ya tenemos fecha? —Llevaba unos días pensándolo bien y quería que su boda no tardara tanto en llegar. —Pensaba en dos semanas.

—¡Dos semanas! ¡Santo cielos, Penélope! Nunca, la gente hablaría, apenas ha iniciado el cortejo del señor Bridgerton. —Soltó Portia negándole la idea a su hija. —Es mejor en un mes.

—¿Colin está de acuerdo con que sea en dos semanas? Es muy pronto querida.

—No tan pronto considerando que ya hemos tenido un cortejo bastante largo. Un año, más o menos. —Dijo cerrando el diario para levantarse del sofá donde estaba sentada. —les mostraré. —Ya lo había pensado, y había leído las cartas de Colin mientras iba leyendo el diario para ubicarse en los hechos. Por las fechas, su carta desde Francia le había llegado una semana después de que él hubiera arribado en el país vecino, por lo que determinó que había sido de las primeras personas a quién le escribió. Fue hasta su habitación y tomó todas las cartas de Colin atadas con cinta y fue de nuevo al salón para entregárselas a Lady Violet. —Son todas las cartas que me envió Colin cuando se iba de viaje, Lady Violet.

—¡Oh cielos! —Tras tomar las cartas y deshacer el lazo de la cinta comenzaron a ver algunas al azar, Violet sonreía feliz, encantada de lo sutil que era el romance entre ambos jóvenes y todo el cariño que desbordaba Colin al escribir. —Esto es precioso, Lady Portia. Desde Francia, Grecia, todo el viaje de Colin en Mallorca. Todo su viaje después desde lo que pasó con la señorita Thompson le escribió a Penélope.

—Y yo contesté cada carta, Colin lo puede decir. Y no fue lo único, hay misivas que contenían miniaturas en acuarela con paisajes, dibujos de los lugares donde estuvo y también los conservo todos. —Y como si lo hubiera invocado, en aquel momento llegó Colin a visitarla. El mayordomo lo anunció y Penélope pidió que le trajeran otra bandeja de comida para él. —Colin, ¿Cómo has estado?

—Con Eloise arrastrándome de tienda en tienda. Me llevó al sastre para que tenga mi traje listo. Lady Portia, Madre.

—Colin, que bueno que estás aquí, Penélope nos ha mostrado cartas que tú le enviaste, un año completo de correspondencia.

—Sí, le escribí estando en París, desde Versalles y también en las Tullerías. Sé que sería visto como cortejo y le pedí entonces que mantuviera el secreto. —Le tomó la mano a Pen y le sonrió. Lucía radiante y era fabuloso para él volverla a ver de amarillo.

—Penélope nos la ha mostrado porque ha sugerido que la boda sea en dos semanas. Ya han tenido un cortejo prolongado...

Lady Portia miraba a Colin y él miraba a Penélope. Le parecía una buena idea lo que ella sugería, él también quería hacerla pronto su esposa, pero no quería exponerla al ridículo pidiendo una licencia especial. —Sí. Hemos tenido un cortejo prolongado. ¿Quiere mostrar nuestras cartas en la iglesia para que nuestra boda sea en dos semanas?

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