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Tomó un sorbo de té, acomodo uno de sus esponjosos rizos rubios detras de su oreja, cruzo sus piernas, acomodo su estola rosa pastel. Sandró se ve justo como lo que es, un hombre rico de prestigioso y apellido, subio su vista unos segundos y luego volvió a bajarla a su taza de té mostrandoles una sutil indiferencia a los oficiales de policía y a el alcaide de la prisión que entraron a su casa como intrusos e invasores, sin ni si quiera tener permiso 

—No tengo idea de donde esta la hija del gobernador—Insistió—Edmond es mi esposo, pero no se nada sobre ésto—Se excusó—Sean competentes ustedes y busquen a la niña solos—Apoyo sus codos en la mesa—Y aunque lo supiera no delataria a mi marido ¿Quien les hizo pensar que lo haría?

—¿Entonces serias su complice?—Cuestióno el alcaide—Porqué eso es lo que seras, si sabes donde esta la niña y no, nos lo dices seras complice de secuestró, dudo que quiere regresar a la cárcel, señor diamante

—¿Yo? No—Respondió Sandró con una sonrisa—No seria su complices porque simplemente no se donde esta la niña, cuando visito a Edmond en prisión hay cámaras y micrófonos al ver las grabaciones verán que no se nada del asunto

El oficial al lado del alcaide desvio su mirada al rubio y luego a su feje—Señor dice la verdad tenemos esas grabaciones ellos no hacen mas qué bueno usted ya sabe

—¡Ya lo se, se que es el sexo gay y no, no tienes que decirmelo!—Dijo el alcaide—Malditos pervertidos homosexuales

Sandró tomo un sorbo se Té—Nosotros solo tenemos sexo como una pareja normal, el que decidió grabarnos señor alcaide fue usted, asi que el pervertido homosexual sería usted

—¡Ya me tienes arto!—El viejo golpio la mesa—Escúchame bien si sabes algo y no lo dices seras su complice y me encantaría meterte de nuevo tras las rejas

—Que yo no se nada—Respondió

—¿Pero podrías saberlo?—Dijo el oficial—¿Que desea señor diamante? Podemos ofrecerles lo que este cerca de nuestro alcance para que usted le saqué información a Edmond sobre la ubicación de la hija del gobernador, pida algo y se lo daremos

—Quiero a Edmond libre—Respondió encogió de hombros—Lo quiero libre y conmigo sin las incómodas esposas y sin ese horrible uniforme naranja

—¡Todo menos éso!—Protestó el alcaide—¡¿Que quieres? Vamos otra cosa ¿Dinero? ¿Que quieres a cambio de la cabeza de tu marido?!

—Estoy enamorado de Edmond, nadie en su sanó jucio me pidiera que atentara contra él ¿Porque acudieron a mí para ésto? ¿Se les estan acabando las ideas? O ¿Estan desesperados?

—¡Por supuesto que no, tenemos todo bajo control, hay muchos planes y estrategias que hacer, si encontramos a los aliados de Edmond que solian estar en prisión encontraremos a la niña, no crean que ganarán!—Dijo el alcaide

—Bien, entonces empiezen a buscar por haya y no involucrarme a mi, ya les dije que no tengo nada que ver

El hombre tomó el cuello del sueter del rubio y la amenazo con la mirada, Sandró no solto su taza de té y tomó otro sorbo—Escúchame bien, maldita muñequita de aparador

—Ya se que soy bonito, pero no es para tanto—Respondió con modestia

—¡No es un alago, escuchame bien, tendremos que hacer esto por la fuerza y creame señor Sandró diamante no querar que lo hagamos por las malas

—¿va a amenazarme con quitarme la empresa? No me importa, podra ser una herencia familia para no es importante para mi, no me importa cuántos millones valga ¿Van a amenazarme con mi padre y hermanitos? Dudo mucho que ustedes que son los buenos hagan algo asi y si piensan hacerlo creanme que la abogada de Edmond va dejar salir a la luz la evidencia de que uno de sus oficiales nos atacó por venganza y le causo un coma a Edmond, ¿Que va a quitarme? Nada es mas importante para mi que Edmond ¿o planea golpiarme? No creo que Edmond se tome eso bien, si me tocan un pelo mi hombre va a devolverselos dos veces  poer y por romper la tregua seria muy malo para ustedes ¿No?—Sonrio fingiendo amabilidad—Ahora creo que están haciendo añadamiento de propiedad privada

—Maldito marica, Edmond no va a salir de ahi ¡Entiendes! Se quedara hasta que se lo coman los gusanos—Dijo el Alcaide

Sandró giro su rostro ingnorando sus palabras—¿Ya terminó? Mas bien porque en vez de interrogarme a mi no interrogan a Edmond

—Técnicamente no se puede su abogada lo prohibió y bueno la manipulación y tortura sigcologica no funciona con Edmond lo intentamos y mordió el cuello de mi compañero le arranco un pedazo, asi que ahora nadie quiere hacerlo—Dijo el oficial al lado del alcaide hablando mas de la cuenta

—Ya, qué sexy—Dijo Sandró riendose de la situación—Me hubiera gustado verlo

El oficial arrugo su entrecejo y miro al alcaide con una expresión de turbación

—Eres un puto enfermó—Dijo el alcaide señalando a el joven diamante—¡Tu marido es un caníbal, ¿como puedes acostarte con un hombre asi?!

—Morder alguien no es caníbalismo, de seguro fue en defensa propia—Se excusó

—¡Como puedes dormir de noche casado con alguien asi!

—No puedo hacerlo, me acostumbre tanto a dormir a su lado, que no importa cuando me abrigue me dará frío si no estoy con mi marido

—¡No es lo que quise decir!

—No. La verdad no, me da igual que es lo que haga Edmond o lo que haya hecho Ya pasé por eso y aprendí a no preocuparme por éso

—¡Eres igual que él!

—Calmese señor alcaide le va a dar algo—Dijo Sandró—Edmond es un hombre muy colaborador y amable si saben como tratarlo, es evidente que ustedes no saben como tratarlo

—¡Como deberiamos tratar a un criminal!—Grito en la cara de Sandró

—Señor—Interrunpio el Oficial—Creo que nesesita un calmante está algo alterado—Toco el hombro del alcaide

—¡Estoy calmado!—Golpeo la mesa—Ésto no se va a quedar así—Señaló a Sandró—Voy a regresar—Acomodó su sacó

—No, no lo esperó

El sonido de un teléfono Interrunpio la conversación, el oficial sonrió modesto por la Interrunpio repentina—Perdón debe ser importante—Sacó el teléfono de su bolsillo—Son un par de mensajes

—Apaga eso, estamos trabajando—Dijo el alcaide

—Es mi feja señor, el gobernador esta listo para negociar

Sandró Sonrió ladino—Genial, llevaré algo para el camino

BarrotesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora