Asegurando los túneles

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Capítulo 13: Asegurando los túneles 

Harry se relajó cuando leyó la carta, pero no pudo evitar leerla de nuevo, sólo para asegurarse de que todo estaba sucediendo de la manera que él quería que sucediera.

Estimado Señor Potter:

Teniendo en cuenta lo que me ha contado sobre el ataque al metro de Londres, no estoy dispuesta a descartar la información. De hecho, tomará relativamente poco asegurar los túneles desde los puntos de entrada más convenientes desde el mundo mágico. Pero yo esperaría que Ya-Sabe-Quien golpeara en el propio territorio muggle. Para persuadir a los goblins de que tomen un riesgo adicional, su ayuda sería extremadamente valiosa. Sienten que les deben honor, aunque no tienen deudas; la hanarz sido bastante clara en el hecho de que su promesa de cambiar lentamente y no informar al mundo mágico en general de su libertad durante algún tiempo resuelve esa obligación. Pero al menos escucharán, y es posible que pueda llegar a otro acuerdo con ellos, para mostrarles por qué deberían cuidar a los muggles. Esperan verle en Gringotts entre las ocho y nueve de la mañana del catorce de agosto.

Los mejores deseos.

Griselda Marchbanks.

Harry envió una breve nota, y bajó las escaleras. Sabía que estaba sonriendo. No podía evitarlo. Argutus montó en su hombro y, a veces, llevaba la lengua a la mejilla de Harry y, a veces, preguntaba sobre ciertas cosas pasaban y qué hacían. Harry le respondía cuando pensaba que la serpiente Omen podía entender. Ya era notable lo mucho que podía entender en comparación con hacía dos semanas. Incluso parecía tener alguna idea de la naturaleza de la relación de Harry con Draco, que era más de lo que Harry podía decir sobre sí mismo.

Ahora, él dijo: —Observas al pálido muy a menudo, y hueles a preocupación por él. ¿Sospechas algo sobre él?

Harry se detuvo con una mano en la puerta de la sala de lectura donde Narcissa pasaba muchas de sus noches. —¿Cómo supiste eso, Argutus? —murmuró.

Argutus curvó su cuerpo en una figura de ocho, que había elegido como su equivalente a un encogimiento de hombros después de pasar toda la tarde preguntando sobre los gestos humanos de incertidumbre. —Parecía probable por la forma en que lo miras —dijo—. Y, por supuesto, los aromas humanos expresan todo tipo de información que nunca piensas ocultar de serpientes como yo.

Harry asintió lentamente. —He estado mirando a Draco porque creo que hay algo que no me está diciendo —murmuró, manteniendo su voz baja. Había tenido ocasión de reflexionar en los últimos días, cuando se dio la vuelta y encontró a Lucius mirándolo, que había otro que hablaba Pársel en la casa. Y una de las cosas que había notado por su observación fue la cuidadosa y fría cortesía con la que Lucius y Draco bailaban uno alrededor del otro—. Pero quiero resolverlo por mi cuenta, y asegurarle que puede decirme lo que quiera.

—¿Eso no es verdad ahora?

—Todavía no —dijo Harry—. No creo que me creyera a menos que ya sepa lo que es. Este es el regalo que le estoy dando: demostrar que lo conozco tan bien como él me conoce a mí.

Hmmm.

Harry sacudió la cabeza ante el comentario de la serpiente y abrió la puerta. Narcissa levantó la vista de la carta que estaba escribiendo, tensa como un basilisco enrollado, y luego se relajó al verlo. —Harry —dijo ella—. Pensé... no importa. ¿Hay algo que quieras decir?

Harry asintió. —Sé que planeamos ir al Callejón Diagon mañana de todos modos —dijo—. ¿Podemos ir unas horas antes, sin embargo? Madame Marchbanks acaba de enviarme una carta. Los goblins del sur quieren hablar conmigo en Gringotts, entre las ocho y las nueve.

Tormenta de mares y estrellas (Sacrificios 05)Where stories live. Discover now