Dulces sueños

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Era un lunes por la tarde, Louis acababa de llegar al departamento que compartía con Harry, su compañero y amigo desde preparatoria. Estaba completamente exhausto y solamente quería dormir.

- Harry, ¿estás aquí? - dijo, lo suficientemente alto para que se escuchara en cualquier parte del pequeño lugar.

Su departamento no era muy grande, pero era justo lo que necesitaban Harry y Louis en ese momento, quedaba a solo unas calles de la universidad, era pequeño y por lo tanto barato, así que entre los dos podían pagar la renta sin problema.

- Tomaré eso como un no - Dijo para sí mismo, siempre hablaba en voz alta cuando estaba solo, no era muy fanático del silencio.

Después de comprobar que Harry todavía no regresaba de la universidad, se dirigió a su cuarto, tarareando una canción alegre con voz cansada.

Se metió a la cama y se puso cómodo, con la intención de tomar la siesta más larga que pudiera, pero no tuvo tanta suerte.

Pasaron 10 minutos y Louis seguía dando vueltas en la cama, sin poder conciliar el sueño, empezaba a desesperarse, hasta que se le ocurrió una buena idea, según él.

- Seguramente lo que necesito es despejar mi mente de tanta escuela - Dijo después de pensar que tocarse un poco podría ayudarle a relajarse lo suficiente para quedarse dormido.

Con los ojos cerrados bajó la mano a su entrepierna y comenzó a masajear la zona por encima del pantalón, provocando que su respiración comenzara a salir pesada y ruidosa.

Con unos pocos minutos de masajear la zona, la tela empezó a estorbarle, así que sacó su ya duro miembro por encima del elástico de sus pantalones para comenzar un movimiento lento de arriba hacia abajo con su mano.

- Oh mucho mejor - Gimió Louis al sentir el contacto directo de su mano con su miembro, se sentía tan bien que Louis empezó a jadear.

Todavía con los ojos cerrados se dejó llevar, y comenzaron a salir pequeños gemidos de su boca, no le importaba hacer ruido, sabía que estaba solo en el apartamento y nadie podía escucharlo.

Después de un rato aceleró el movimiento de su mano, provocando que líquido preseminal saliera e hiciera la fricción mucho más sencilla y placentera.

Con el movimiento también aumentaron los gemidos, que comenzaron a salir cada vez más, y finalmente Louis terminó con un fuerte y agudo gemido, haciendo todo un desastre en su estómago con sus fluidos.

- Ah sí, eso estuvo bien - Dejó salir, casi en un gemido, con la respiración entrecortada.

Con los ojos todavía cerrados, trató de regular su respiración, que salía ruidosamente por sus labios entre abiertos.

Con la respiración todavía pesada, y completamente satisfecho, Louis abrió los ojos lentamente, para buscar algo con qué limpiar la piscina de fluidos que tenía sobre el abdomen.

Pero para su sorpresa, mala suerte y sobre todo terror, lo que encontró fue una intensa mirada color verde que lo observaba desde la entrada de su cuarto, con una expresión que Louis no pudo descifrar.

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