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La resaca

Louis estaba cansado y con la mente en blanco, no estaba seguro si era por el alcohol o por la cantidad industrial de fluidos que había expulsado, pero definitivamente necesitaba dormir.

Seguía recargado en el lavabo y por fin había  logrado regular su respiración. Entonces sintió que Harry lo tomó de los hombros y comprendió enseguida que le estaba pidiendo que se enderezara.

- ¿Estás bien, bonito? - La voz de Harry ya sonaba tan tranquila como siempre.

- Estoy bien - Contentó Louis, mientras se giraba para mirar a Harry, quien lo observaba con una sonrisa amable, casi tierna.

- Entonces levanta los brazos - Esa ya no era una orden, Louis conocía perfectamente a Harry, ahora en más facetas de las que hubiera imaginado.

Pero aún así obedeció - ¿Para qué? - Louis preguntó levantando los brazos.

El repentino cambio en la voz de Harry era casi cómico, nadie imaginaria que alguien con esa voz hubiera azotado el trasero de Louis hace solamente unos minutos.

Pero Louis lo sabía, vaya que lo sabía, sentía el trasero adolorido, y sonrió con el pensamiento de que ese era un secreto que había solamente entre ellos dos.

- No creo que quieras salir desnudo - Harry hizo una pausa - Aunque si quisieras  podríamos darte ese gusto - Hablo sonriendo, y pasó la camiseta de Louis por sus brazo y su cabeza hasta dejarla bien acomodada.

- Cállate - Dijo con el mismo tono divertido - ¿Sí sabes que puedo vestirme yo sólo verdad?

- Claro que puedes, pero me enseñaron que después de jugar tengo que regresar a su lugar todo lo que ocupo - Se notaba que Harry estaba de buen humor, porque estaba haciendo sus característicos chistes malos.

Louis sintió cómo le contagiaba el buen humor, y se rió muy a su pesar - Como comediante te morirías de hambre, ricitos.

Harry se rió también y le ofreció a Louis sus bóxers y pantalones, los cuales se puso rápidamente.

- ¿Listo? - Preguntó Harry con una sonrisa, cuando Louis estuvo completamente vestido.

- ¿Listo para qué? - Louis contestó con otra pregunta, mientras abrochaba su cinturón.

- Pues eso depende de lo que quieras hacer, podemos bajar a la fiesta o podemos irnos a casa, tú decides.

- Ah ¿entonces ahora sí puedo decidir? - Bromeó, y el comentario hizo sonreír a Harry.

- Ya se me hacía raro que hubieras pasado más de diez minutos sin quejarte de algo.

- No te acostumbres - Louis se sentía de buen humor, pero estaba exhausto - Mejor vámonos, ni de chiste voy a soportar una fiesta después de tus estúpidos juegos.

Harry soltó una carcajada por la respuesta - No te parecían estúpidos hace cinco minutos - Harry dio un paso hacia Louis, invadiendo su espacio personal, cosa que ya parecía ser una costumbre suya en estos días.

- Lo entretenidos que sean no les quita lo estúpido - Contestó como si nada, aún cuando sintió escalofríos con el recuerdo y la cercanía del contrario - Ahora vámonos.

Louis caminó hacia la puerta, seguido de Harry, quien se reía bajo por la nariz.

Cuando Louis abrió la puerta del baño la música se escuchó mucho más fuerte, y de inmediato comenzó a dolerle la cabeza.

- Genial - Dijo para sí mismo con sarcasmo, luego volteó a ver a Harry.

- Voy a buscar a Liam para avisarle que nos vamos - Louis habló alto para que su voz se escuchara por encima de la música y Harry asintió con la cabeza.