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Buenas nohes, Louis

Al siguiente día Louis se despertó con la alarma de su celular, eran las 8 de la mañana, pero se sentía extremadamente cansado, y enseguida hizo un flashback mental de todo lo que el día anterior le había impedido tomar la siesta que tanto necesitaba.

- Maldita sea, debí haberme dormido, estaría más descansado y tendría menos problemas - su voz salió como un gruñido, y se planteó seriamente la opción de volverse a dormir.

- Deja de pensar tonterías Louis, tienes examen en una hora - Se regañó a sí mismo, y con un verdadero gruñido se levantó de la cama, moría de sueño, pero no podía faltar a su examen, así que decidió tomar un baño para que el agua lo despertara un poco.

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Después de media hora Louis salió de su habitación, un poco más despierto, despeinado y con un humor de perros.

- Buenos días, bello durmiente - Fue lo primero que escuchó de Harry, que estaba en la cocina cerrando una bolsa de papel sobre la mesa.

- No me digas así, que de buenos no tienen nada.

- Vaya, parece que alguien se despertó de mal humor. - Harry fingió ofenderse, pero con una sonrisa permanente en los labios. - Aquí está tu almuerzo, no bello durmiente.

Louis rodó los ojos, pero no intentó reprimir su sonrisa - Está bien, tengo sueño, y tengo un examen importante en media hora, definitivamente podría estar mejor.

- ¿Estudiaste?

- Por supuesto que sí, llevo estudiando toda la semana.

- Entonces no tienes nada de qué preocuparte, te va a ir bien, como siempre - Al final de la frase Harry levantó ambos pulgares hacia Louis, a este último le hizo gracia el gesto.

- Okay, tal vez tienes razón, pero llevo estresado por este examen mucho tiempo, estoy nervioso.

- Tranquilo, eres el más inteligente de ese salón, te va a ir genial, ¿quieres ver una película cuando vuelvas? Así podemos relajarnos.

- Suena bien, ahora me voy, se me hace tarde - Louis agarró la bolsa con su almuerzo de la mesa. - Gracias por esto y te veo al rato ricitos, deséame suerte.

- No la necesitas, ten un buen día.

Dicho esto Louis salió del apartamento directo a la universidad.

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Dos horas después Louis salió del salón, ese examen sí que había estado difícil, y muy largo, pero Louis se sentía mucho mejor ahora, estaba seguro que obtendría al menos un ocho y por fin se había quitado ese peso de encima.

Enseguida salió su mejor amigo Liam, quien se veía casi tan cansado como el mismo Louis.

- A ese examen sólo le faltaba ladrar, hermano. - Liam lo dijo como si acabara de correr un maratón.

- Concuerdo, ¿qué tal te fue?

- Definitivamente no voy a reprobar, ya con eso cualquier calificación es buena. - Liam siempre había sido del tipo que no se preocupa más de lo necesario, eso le gustaba a Louis.

- Tú siempre tan aplicado. - Respondió Louis sarcástico.

- Una victoria es una victoria, Louis, además muero de hambre, tenemos una hora libre, vamos a la cafetería.

- Todavía es temprano, ¿ya quieres comer?

- Claro, no desayuné y además nos cancelaron la última clase de hoy, así que la siguiente clase es la última.

- ¿Hablas enserio? Qué alivio, necesito dormir mínimo doce horas seguidas, voy a correr a casa en cuanto salgamos.

- La verdad sí, no había querido decir nada, pero te ves horrible. - Liam lo dijo entre risas, así que Louis no se ofendió.