chocolate & letters ♡ remus lupin ❜ ✔️

chapter four

✶ 📜 ⋆｡˚ ⁞ CAPÍTULO CUATRO ˚.*ೃ
donde los merodeadores se enteran
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—¿Detención con Filch? —la cara de Remus Lupin mostraba la más profunda decepción, pero sus amigos no dejaron de sonreír—. ¿Tres días seguidos? ¿En serio?

Sirius Black, un joven de ojos grises y cabello negro ondulado hasta los hombros, con una sonrisa extremadamente encantadora y un sentido del humor gigante, asintió con mucho orgullo, chocando los cinco con su mejor amigo y compañero en el crimen: James Potter, un muchacho de pelo indomable, ojos avellana, lentes redondos y un brillo en los ojos que gritaba travesuras.

—Estamos rompiendo un récord ¿No es así, Canuto? —preguntó James.

—Así es, mi estimado amigo.

Remus puso los ojos en blanco y se acostó sobre su cama, la cual estaba relativamente ordenada.

La habitación de los Merodeadores era un completo desastre. La cama de Sirius... ¿Se podía llamar cama de hecho? Las sábanas estaban en el suelo, había ropa sustituyendo su almohada, camisetas y pantalones rodeaban el lugar y solo había una colcha tapando todo el desastre que probablemente había encima del colchón.

Por otro lado, la cama de James estaba un poco más... decente, la misma cantidad de ropa (junto con el uniforme de Quidditch), estaba en el suelo, pero al menos habían más frazadas cubriendo el colchón.

Para la sorpresa de todos, Pettigrew solo tenía unas cuantas cosas en el suelo y todas las colchas hacia el final de la cama. Se notaba mucho que antes de levantarse el muchacho pateaba las sábanas.

Lupin, un amante del orden, aunque un poco más flexible con la limpieza, hubiese reclamado sin cesar a sus amigos para que mantuvieran su habitación decente, pero sus pensamientos estaban en todas partes menos en el cuarto que compartía con sus amigos.

Primero que todo: La detención de Canuto y Cornamenta.

Amaba a sus amigos con el alma, después de todo no habían sido más que amables con él todos esos años y le habían traído demasiada alegría a su vida, pero no eran un trabajo fácil, especialmente ahora que era Prefecto.

Sabía que una de las razones por la cual ahora vestía con honor la insignia con una "P", era para poder controlar a los dos Merodeadores que sin importar qué, debían hacer una broma de aspecto monumental, pero no podía. No podía enojarse con ellos, no podía decirles que no, no podía detenerlos y a veces era frustrante.

No quería saber que broma habían hecho (otra vez) a Filch para ganarse otra detención más con él, pero se preocupaba. No quería que los terminarán expulsando por su comportamiento o algo por el estilo.

Sabía con claridad que a pesar de sus bromas los profesores los amaban, eran los causantes de decenas de risas diariamente y en tiempos oscuros la alegría y las sonrisas son la mejor arma, pero eso no evitaba su miedo.