𖤐 ₊˚. ❱❱❱ CHOCOLATE & LETTERS
a remus lupin fanfiction !
˚ ༘ 💌📜🍫 hasta en los ojos más atormentados ella logró ver un paraíso de color . . . ❜
. . . si pudiera ver lo que veo, el esplendor
de la guerra en su rostr...
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La imaginación de Isabella, después de mucho tiempo estaba a flote y encontró en su problema de control de la magia una hermosa temática para un cuento corto, que más que cuento parecía una especie de diario de vida donde sólo cambiaba su nombre por el de Atenea. Sí, últimamente había estado comenzado a tener una grave obsesión con la mitología griega y cuando Madame Pince no la veía, se escabullía en la biblioteca y husmeaba en el apartado de libros de mitología muggle.
—¿Quieres que te acompañe? —preguntó Winnona mientras caminaban por los anchos y hermosos pasillos de Hogwarts—. Porque desde que a Lupin y a ti se les ocurrió tener un ataque de risa están prácticamente vetados.
—¿Quiénes están vetados? —Lily Evans hizo su aparición quedándose al lado derecho de Isabella, mientras abrazaba sus libros contra su pecho con una sonrisa.
—Lupin y ella.
—Oh, ¿Dónde? —preguntó la pelirroja con curiosidad.
Bella puso los ojos en blanco y amarró su cabello con ayuda de su varita, haciendo que sus dos amigas se alejaran de ella en caso de que ocurriera algún accidente. Las comisuras de los labios de la rubia se alzaron en una pequeña sonrisa.
—No les voy a lanzar ningún hechizo —dijo mirándolas con tranquilidad—, ya aprendí a que no debo pensar en ninguna palabra en latín y así evitaré dejar calva a otra persona. Aunque en realidad, es bastante divertido ver como la gente se asusta cuando me ve con una varita. Me siento poderosa.
La dupla se acercó un poco más a la Ravenclaw, notando que se veía mucho más tranquila y feliz que hace unos días. Al parecer el hecho de empezar a controlar su magia le había quitado un gran peso de encima y se estaba esforzando lo más posible para expresar lo que sentía, pensaba y al mismo tiempo no dejar que eso perturbara la gran cantidad de magia que corría por sus venas. Era realmente increíble.
Dumbledore, McGonagall y Flitwick habían estado haciendo un trabajo maravilloso con ella, ayudándole a no reprimir nada, pero a mantener todo a raya. Isabella ya se estaba convirtiendo en una experta de la magia sin varita y, si se concentraba bien, podía empujar objetos bastante pesados y mover gente, pero prefería no hacerlo.
—Vale... —Lily frunció el ceño levemente—. Espera. ¿Sigues vetada de la biblioteca por el ataque de risa que Remus y tú tuvieron hace semanas?
Bella asintió con una pequeña sonrisa.
—Es ridículo.
—Así es Madame Pince.
—Isabella puede ser exagerada en muchos sentidos —la rubia miró a su amiga ofendida, más Winnona siguió su discurso—, pero cuando se trata de Pince dice toda la verdad. La mujer la detesta.
