Capítulo 11: No me iré

2.6K 411 177
                                    

— Dylan, ¿sabes que mierda acabas de decir?  —cuestiona Drake con voz fuerte al otro lado de la línea de llamada.

— Lo sé muy bien —aseguro.

— Dylan, amigo —Me toma paciencia—. Alexa tiene una familia y una vida donde no formas parte, ¿crees que puedes llegar y hacerla cambiar de opinión? ¿A la mujer más terca que existe?

— Si —respondo sin titubear—. No me voy a rendir sin luchar.

< Esta vez no. >

— Oye, creo que estás cansado, ya es muy tarde y debes dormir, ¿por qué no lo consultas con la almohada?

— Drake, no estoy confundido ni mucho menos, Alexa volverá a mí —he tomado una decisión.

— ¿Crees que es justo para ella? —cuestiona.

No, pero no me importa.

Por una vez quiero ser egoísta, por una vez haré lo que realmente siento que es correcto.

— Ella no lo ama —aseguro—, y no voy a permitir que arruine su vida.

Y es la verdad, cada vez que habla de él, lo hace con un tono amargo, creo que solo la he visto tratarlo como si de verdad estuviese enamorada cuando conversan en las noches.

— Amigo, has enloquecido, sabía que volverla a ver no era una buena idea, es que no sé como fue posible, ¿cómo rayos siguen conectados?

En ese momento algo dentro de mí hizo Clic, y sonreí.

— ¿Sabes? No tengo la más mínima idea, pero esta vez no la dejaré ir —Antes de que reproche cuelgo la llamada y voy hasta la agenda donde había intentado escribir la canción.

Pov Alexa

Abro mis ojos y la luz de la ventana pega directo a mi cara. Con un pequeño lloriqueo me volteo y vuelvo a cerrar los ojos.

< Me duele la cabeza. >

Escucho la puerta abrirse y con la sábana me tapo de pies a cabeza.

— Jade, déjame dormir —Me quejo.

— ¿Tienes resaca? —Aquella voz se cuela en mis oídos y me siento en la cama en un movimiento brusco, haciendo que me maree.

— No te muevas tanto —Me extiende un vaso y olisqueo la bebida verde—, es infusión de limón, a ver si se te baja la resaca.

Hago una pequeña mueca y luego bebo, arrugando mi nariz ante el fuerte sabor amargo.

— Eres muy tierna —abro mis ojos con sorpresa ante aquel comentario y subo mi vista a Dylan quien sonríe—. Tus mejillas están coloradas —Su deje burlón no se me pasa por alto.

Desvío mi mirada de él.

— Solo es la resaca —comento en un tono bajo dejando el vaso en la mesita de noche y me acurruco bajo las sábanas.

— Los demás han ido al set, dije que te sentías mal y te permitieron ir solo en la tarde.
Lo observo de reojo.

— ¿Y tú que haces aquí? —cuestiono.

Se encoge de hombros.

— Todas mis escenas de hoy son contigo, así que no me necesitan.

Asiento con la cabeza y froto mi cien, tratando de hacer memoria de la noche anterior, y entonces...

¡BOOM!

Siento la sangre subir a mi rostro y me escondo más bajo las sábanas.

< Una cagada más. >

Perfectamente conectadosWhere stories live. Discover now