Capítulo 17: Tomas

2.3K 354 159
                                    

No soy delicado, ni mucho menos sutil, llevo mi mano a su nuca, ejerciendo presión y adueñándome de su boca. Un gemido es ahogado cuando mi lengua se interna entre sus labios, buscando más contacto.

Sus labios se mueven sobre los míos mientras me encargo de pegarla a mi cuerpo con mi otra mano.

Se siente tan bien volver a besarla, tiene un ligero sabor a fresas en sus labios.

— Corte —señala el director, deteniendo la escena.

En estos momentos me vale mierda lo que diga.

Alexa trata de zafarse pero no lo permito. La apriciono más y jadea satisfecha cuando doy un apretón a sus caderas.

Ella no se detiene, y yo no pensaba hacerlo.

— ¡Corte! —vuelve a repetir el director.

Las manos de Alexa sujetan la trabilla de mi pantalón a cada lado de mi cintura, acercándome a ella, pidiendo en silencio que no me separara de sus embriagantes labios.

Unas palmadas en mi espalda y gruño sobre los labios de Bambi, soltando una maldición por tener que romper aquel momento.

Ambos nos apartamos y tenemos todas las miradas espectantes en nosotros.

— Disculpen —pide Alexa.

El director mira algo en la cámara a su lado y hace un gesto con la mano en señal de que le restemos importancia.

— Unan aquella escena con esta —pide—. Ese beso hay que ponerlo completo.

No solo mis mejillas se encienden ante esto. Miro a la chica a mi lado, y ella desvía la suya, avanzando y alejándose de mí.

Sonrío ante esto y muerdo mi labio inferior.

< ¿Cuánto podrás seguir negándote a mí? >

Pov Alexa

La noche ha caído. Eimi y Jeremy han salido a beber a algún sitio, no quiero saber que estarán haciendo Edgar y Lian, de Dylan no quiero saber nada, y Jade ha ido a visitar a una amiga.

Yo me he quedado sola con mi hija y nos vestimos con las pijamas de Stich. Comenzando a jugar juntas.

Comienzo a hacerle cosquillas y entre carcajadas caemos en la cama.

Me duele un poco saber que Gwen está teniendo que dar clases virtuales ya que mi hermana en estos momentos no se puede encargar de ella y Kail está en otro estado supervisando una de las obras.

Nunca me ha gustado dejarla con niñeras, para cuidarla estoy yo. Ella no parece afectarle el hecho de que no puede ver a sus conpañeros por un tiempo. Pero espero que pronto pueda volver a sus clases de manera presencial.

Escucho el timbre de mi teléfono y lo tomo, liberando del mounstro de las cosquillas a mi hija. Leo el mensaje y suelto una maldición.

Le timbro a Jade, espero pueda hacerme un favor.

(...)

— Jade —abro la puerta recibiendo a mi amiga y la abrazo—. Lo siento por llamarte tan repentinamente.

— Sabes que quedarme con Gwen es mi pasión —Me sonríe y suspiro con alivio de que no esté molesta.

— ¡Tía Jade! —Mi hija aparece en la entrada saludándola.

— ¿Como estás Gwen? ¿Preparada para una noche con tía?

— ¡Si! —exclamó y me mofé.

— ¡Hey! ¡Qué me pondré celosa! —Me agaché hasta quedar a su altura—. Portate bien, ¿de acuerdo? —Gwen asiente—. Te amo mi estrella.

Perfectamente conectadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora